Idea propuesta por Charles Landry y Franco Bianchini en el volumen The creative city (1998). Considera que muchas grandes ciudades atraviesan un período de transición debido a los cambios derivados del paso a la llamada «sociedad del conocimiento», la globalización y los cambios en las estructuras del trabajo y de la industria. En este contexto, para los autores, se hace necesario recurrir a la creatividad y la innovación a fin de recuperar la salud de los espacios urbanos; una transformación en la cual la cultura y la vida social del territorio ocupan un lugar fundamental.
La Unesco articuló la idea en una red internacional, cuando en el año 2004 instituyó la Creative Cities Network (Red de Ciudades Creativas). Este proyecto contiene elementos que, en sus niveles más elementales, interconectan, impactan y dependen de la toma de decisiones en los ámbitos de políticas públicas, economía, desarrollo local, cultura y turismo.
La ciudad creativa es un espacio de alto desarrollo en lo tocante a «la creación, la producción, la distribución y la difusión de actividades, bienes y servicios culturales». Lo anterior busca obtener crecimiento de carácter sostenible, respetuoso de las tradiciones y el patrimonio, en diálogo con el mundo, capaz de generar oportunidades para creadores y artistas, así como de incrementar accesos al disfrute de la producción cultural en «grupos desfavorecidos y personas vulnerables».
Si bien esta optimista visión nos propone un futuro cargado de oportunidades generosas, los proyectos de ciudad creativa también precisan de una mirada vigilante que nos ayude a no perder de vista que también es posible que en «la mayoría de las zonas metropolitanas, los desarrollos de este tipo probablemente continuarán existiendo solo como enclaves en un paisaje urbano donde la pobreza y la privación social seguirán prevaleciendo ampliamente».
Este llamado al orden, que nos hace Allen J. Scott –en su artículo Ciudades creativas: temas conceptuales y problemas de políticas– implica que, en paralelo al entusiasmo ante lo que pueda suceder en zonas de la ciudad tradicionalmente privilegiadas o con mejores condiciones para acoger el tipo de impulso económico inmediato que genera el turismo, deberán ser las «zonas del espacio urbano que permanecen aún fuera de los focos más privilegiados de producción, trabajo y vida social» las que constituyan «una prioridad principal en cualquier esfuerzo para construir ciudades creativas rigurosas».
BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA:
- La economía creativa. Una oportunidad para el desarrollo de los Centros Históricos. No. 3, noviembre de 2018. Cuadernos Informativos Plan Maestro-Guión Oficina del Historiador de la Ciudad de la Habana.
- Landry, Charles y Franco Bianchini. The creative city. Londres: Demos, 1998.
- Scott, Allen J. Ciudades creativas: temas conceptuales y problemas de políticas. Tomado de: Scott J., Allen y otros. Ciudades creativas. Conceptos, políticas y actores. Barcelona, 2017.
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Adrián Orúe dijo:
1
20 de septiembre de 2022
02:59:49
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