ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA

El análisis de la «memoria» como proceso sociocultural es un territorio que ha dado lugar al surgimiento de una amplia y rica bibliografía dedicada a dar cuenta de las vías de su creación, reproducción, distribución, preservación, estabilidad, cambios o desaparición; en este análisis comparten intereses la filosofía, la ciencia política, el derecho, la sociología, el sistema del arte y la literatura, la semiótica, el análisis institucional, la ciencia histórica, la ideología, etc.

La «memoria» es un proceso que no puede ser separado de sus vínculos y condicionamientos según las relaciones, subordinaciones, lealtades, beneficios y cualquier manera de fijar posición que quien recuerda pueda tener respecto al poder político concreto del lugar donde vive y respecto a quienes aquí ejercen la hegemonía cultural; de esta manera, aquellos acontecimientos que –por su impacto y efectos– alcanzan a quedar incrustados en la memoria de todo un país, también se encuentran fragmentados, según el grupo social desde el cual sean movilizados los recuerdos o vertidos los juicios al respecto. Es así que la «memoria» es un espacio de violentos y permanentes enfrentamientos según la ideología política que se defiende, la clase social a la que se pertenece, la ubicación de la persona según su raza, género, orientación sexual, fe religiosa, etc. De acuerdo con lo anterior, la «memoria» no es un relato de acontecimientos congelado y definitivamente establecido, sino una construcción que a diario se renueva, y en la cual el sentido es puesto a prueba constantemente.

De los diversos conceptos, procedimientos y metodologías que los «estudios sobre la memoria» han desarrollado para investigar la manera en la que el pasado dialoga y «opera» sobre el presente son ejemplo: el análisis de la «cultura material», en especial del «sistema de objetos» propios de la vida cotidiana en una época determinada (la moda, aparatos, mueblería o simples «cosas» presentes en el entorno doméstico a partir de toda la información histórica que nos revelan), y el análisis de las estrategias de memorialización y monumentalización, en tanto que producen un nuevo canon histórico-cultural e ideológico-político de orden general en el espacio público. En el primer caso, se trata de una manera de analizar la relación pasado-presente a través del estudio de las dinámicas de recuerdo y la transmisión cultural en el entorno privado; en el segundo, de los procedimientos estatales de producción de sentido histórico e identidad social. Desde diferente ángulo, otro estímulo para la intensificación de los «estudios sobre la memoria» está en la presencia de eventos traumáticos extremos como el Holocausto del pueblo judío en la II Guerra Mundial, el Apartheid sudafricano, las dictaduras militares en la Latinoamérica de los 70 del pasado siglo, estallidos de violencia como el de Rwanda en 1994, regímenes como el Khmer rojo en Cambodia y también el surgimiento de nuevos movimientos sociales (asociados a problemáticas de descolonización, raza, Tercermundismo y políticas de identidad, según género u orientación sexual). Otra zona donde los «estudios sobre la memoria» tienen cada vez más relevancia es en lo tocante a la conexión entre memoria, justicia, ejercicio de la voz y reconciliación en sociedades que han atravesado periodos de alta violencia y conflictos que han provocado largas y profundas divisiones internas.

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yuleisy dijo:

1

2 de septiembre de 2021

11:58:13


Muy interesante el articulo publicado por el autor