Término derivado del activismo, periodismo e investigaciones académicas sobre las luchas antirraciales; hoy día integra el arsenal discursivo de los movimientos contra la discriminación de la mujer, personas LGBTI, indígenas y otros grupos en situación de subvaloración. Las microagresiones engloban comunicaciones verbales, no verbales y/o visuales que implican o provocan enjuiciar o clasificar capacidades, habilidades y valores de una persona tomando como dato principal su género, orientación sexual, etnicidad, raza, lugar de nacimiento o cualquier otro identificador ajeno a la espiritualidad, ideales, trayectoria de acciones y pensamiento del agredido. Debe ser aclarado que tanto la representación falseada de una persona (sumando falsedades y prejuicios) como la omisión de sus virtudes y valores son actos de agresión. Según Sue (2010), sus procedimientos principales son: el emplazamiento directo, el insulto escondido y la subvaloración tácita.
La microagresión suele ser una intervención automática e inconsciente que se «diluye» en el contexto de la situación comunicativa, pese a que el aludido lo experimenta como algo ofensivo, que lo hiere y le causa dolor. En estos actos, al menos hasta cierto punto, agresor y agredido, comparten y/o estiman naturales los prejuicios, estereotipos y asunciones asignados a quien padece el ataque; del lado opuesto, cuando el silencio es roto y el agresor resulta confrontado, muchas veces, ni siquiera entienden por qué el «agredido» reacciona con ira, incomodidad o disgusto.
Algo que hace de la microagresión un momento sumamente complejo en la comunicación humana es que, si bien puede tener origen en alguien hostil, no pocas veces proviene de personas que –al mismo tiempo que aprecian, de manera sincera, a quien hacen objeto de la acción o comentario– no son capaces de calcular la significación, ramificaciones, sentidos implícitos y consecuencias del acto; o sea, que ni siquiera caen en la cuenta de la violencia implícita y ausencia de solidaridad de que dan muestras en sus palabras, acciones o gestos. La diferencia entre intencionalidad y efectos, es un momento clave para revelarnos «más allá de la imagen que el agresor intente proyectar de sí mismo– su verdadera violencia lingüística y cognitiva.
La manera más inmediata de luchar contra las microagresiones es recordando que la única forma de conocer al otro es a partir de sus acciones y atendiendo a la coherencia de estas con sus proyecciones verbales; ello convoca a la autorevisión permanente de nuestras actitudes, así como a la apertura a la crítica y al diálogo para corregir errores. Lo otro que tampoco debe ser olvidado es que –en toda situación– quién posee el derecho de decidir si un pronunciamiento o actitud es hiriente, así como la cantidad de dolor que por ello está sintiendo, es la víctima y nunca quien agrede.
PRINCIPALES TÉRMINOS RELACIONADOS
Racismo – Discriminación por motivos de género – Homofobia – Acoso – Violencia simbólica – Representación – Privilegio – Blancura
BIBLIOGRAFÍA UTILIZADA (PRINCIPALES FUENTES)
Sue, Derald Wing. Microaggressions in everyday life: race, gender, and sexual orientation. Hoboken, NJ: John Wiley & Sons, Inc., 2019.
Torino, Gina C. y otros (editors). Microaggression theory: influence and implications. Hoboken, NJ: John Wiley & Sons, Inc., 2019.









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