ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
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La capital cubana inicia este 2019 pletórica de festejos por su medio milenio de historia. Los hijos y adoptivos de la séptima villa fundada por el Adelantado Diego Velázquez convierten esta fiesta en un incentivo para devolverle el esplendor a una de las ciudades más hermosas y mejor conservadas de América Latina.

Múltiples obras sociales, económicas y culturales mantienen en constante ajetreo a los hombres y mujeres que la habitan, para llegar a la fecha fundacional -el 16 de noviembre-, con una ciudad más bella y ordenada.

Por supuesto, un sitio como la capital de todos los cubanos, punto de influencia para Las Américas durante siglos, ostenta una rica historia de hechos y personalidades que le brindaron a la urbe ese halo legendario que la caracteriza.

Nombrarlos a todos haría una lista interminable, pero sin lugar dudas, contar entre sus hijos al Héroe Nacional de Cuba José Martí, es un acontecimiento a destacar.

A pesar de vivir la mayor parte de su corta pero fructífera existencia fuera de Cuba, el más universal de los cubanos, dejó huellas en su paso por la ciudad asentada en las márgenes del puerto de Carenas.

A propósito del medio milenio de la urbe habanera, Granma se adentra en los sitios relacionados con el Apóstol de la independencia de Cuba.

UNA CASA EN LA CALLE PAULA

En una pequeña vivienda ubicada aledaña a la Muralla habanera, nació el 28 de enero de 1853 José Julián Martí y Pérez. La modesta casa fue construida en 1810, y muestra elementos típicos de las viviendas populares de la época: paredes de argamasa y techo tejas.

La familia Martí la habitó hasta 1856 y la casa pasó por diversos propietarios españoles y órdenes religiosas, hasta que en 1900 la Asociación de Señoras y Caballeros por Martí- organización creada por sus antiguos amigos y compañeros de lucha- la adquirió y se la entregó a Leonor Pérez, la madre de José Martí, quién volvió a residir durante 5 años.

La placa que se encuentra en la entrada de la casa fue develada en 1899 conmemorando su natalicio.

El 28 de enero de 1925 por iniciativa del periodista Arturo de Carricarte, fue fundado el Museo Casa Natal de José Martí, que constituye el museo más antiguo de La Habana. Desde su nacimiento hasta el triunfo de la Revolución funcionó sin apoyo oficial, dirigido por un patronato que realizó una estoica labor para cumplir sus objetivos.

Después de 1959, el Museo adquiere una dimensión social diferente. Se encontraba en malas condiciones constructivas, por lo que se restauró en 1964.

En su interior se siente la presencia del Maestro. En el sitio se guardan con celo documentos, fotos y objetos personales de José Martí; una panorámica de su vida y obra. Adjunto al museo una biblioteca especializada atesora sus obras y aquellas consagradas a su figura.

Este sitio es Monumento Nacional desde 1949, se ha convertido en lugar de peregrinaje para los cubanos, por el valor histórico, patrimonial y simbólico que encierran en sus muros.

Lea aquí: ¿Nació Martí en la fortaleza de La Cabaña o en la casa de la calle de Paula?

UNA FRAGUA EN LAS CANTERAS DE SAN LÁZARO

Un lugar ubicado en la céntrica calle del municipio Centro Habana, el joven Martí fue testigo presencial de toda la crueldad de un régimen colonial. El sitio conocido como las Canteras de San Lázaro, el régimen colonial español enviaba a todos aquellos cubanos acusados de infidencia.

El área que ocupaba este horrendo lugar fue urbanizada por el crecimiento desenfrenado de la capital cubana. Después de varios años de intentos infructuosos, y que se remonta al año 1938 cuando Gonzalo de Quesada y Miranda, hijo del ilustre discípulo martiano, Gonzalo de Quesada y Aróstegui, y el Dr. Federico Castañeda apoyados por el Historiador de La Habana el Dr. Emilio de Roig comenzaron las investigaciones sobre el lugar exacto donde se hallaban las Canteras de San Lázaro.

El 28 de enero de 1952, en la intersección de las calles Hospital y Vapor fue inaugurado el Museo Fragua Martiana, como lugar de encuentro con la historia.

Tras el nefasto golpe del estado del 10 de marzo de 1952, los estudiantes de la Generación del Centenario encabezados por el joven Fidel Castro, en señal de protesta se dirigieron a la Fragua para enterrar la ultrajada Constitución de 1940. Allí sellan con la Marcha de las Antorchas su promesa de liberar a la Patria en el año del centenario del Maestro.

El Museo Fragua Martiana es monumento nacional desde 1996. Desarrolla una activa labor en la sedimentación de valores patrióticos y morales en las nuevas generaciones.

UNA ESCUELA EN LA CALLE PRADO

En una de las más hermosas casonas de la calle Prado, se ubica un sitio singular en la historia patria. Rafael María de Mendive, el insigne educador fundó en este lugar, en el siglo XIX, el Colegio Superior San Pablo para Varones.

Desde 1865 José Martí, con 11 años, llegó a terminar sus estudios primarios y estuvo hasta 1869. La presencia del Apóstol durante su adolescencia en este colegio motivó a devolverle al inmueble los valores arquitectónicos e históricos. Se trata de la edificación antiguamente identificada como Prado 89, cuando Rafael María de Mendive lo arrendó para vivir con su familia y fundar el Colegio de San Pablo, en el cual se formó el más universal de los cubanos.

Devolverle a La Habana esta institución, al decir del Historiador de la Ciudad, Eusebio Leal Spengler, «es una apelación intensa a la figura de Mendive, poeta y maestro altamente comprometido con la causa de su pueblo. Precisamente de ahí sale preso el maestro; ahí Martí escribirá las palabras que, enjuiciando a un compañero que ha tomado un camino extraviado, le conduce a un juicio sumario, al presidio político, al destierro finalmente. Quiere decir, la escuela es un monumento ético, de una belleza indescriptible».

Educar, enseñar y aprender entre estas paredes en las que el Apóstol aprendió la importancia del amor a la libertad y a la patria, el decoro, la humildad y la dignidad, servirá de motivación para las nuevas generaciones de alumnos y maestros que coexistan en el antiguo Colegio de San Pablo, ubicada en la hermosa y muy habanera Paseo del Prado.

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