VERACRUZ.—Un suspenso rondaba la fría mañana en la Laguna Mandinga sobre las 9:35 a.m. En las posiciones de salida estaban los botes de dos remos largos que dirimirían las medallas de esa modalidad en los XXII Juegos Centroamericanos y del Caribe.
Particularmente inquieto se movía el campeón panamericano de Río de Janeiro-2007, Yoennis Hernández, hoy entrenador de la tripulación que esperaba la largada a las 9:40 a.m. Ya a la altura del primer kilómetro, de los dos que tiene la regata, desde la meta se divisaba el duelo entre Cuba y México y al exremero lo único que le faltaba era subirse a una embarcación y remar junto a ellos en pos de la victoria.
Las dos naves protagonizaban un cerrado duelo —más de lo que esperaba el preparador— cuando a la altura de los 1750 metros, las gargantas de la delegación cubana capitalizaron con su aliento la llegada a la línea de sentencia, en la que Solaris Freyre y Adrian Oquendo, firmaron la quinta presea áurea de la comitiva de la Mayor de las Antillas en este deporte, al rematar con medio bote de ventaja a la dupla mexicana de Leopoldo Tejada y Diego Sánchez.
“Esta era una de las pruebas que más oposición nos haría el país sede, por eso se vivió así. Fue muy reñida desde el principio, aunque nosotros nunca estuvimos detrás, si la lucha se cerró fue porque la corriente nos jugó una mala pasada sobre los 500 metros, cuando chocamos con una boya. Corregir el rumbo les propició a los mexicanos pegarse, pero solo eso”, dijo a Granma Solaris Freyre.
Juan Carlos Reyes, el entrenador principal del remo cubano, expresó que “esta era una de las preseas que previmos en plata, pero con muchas posibilidades de un resultado como el que tuvimos. En el Festival Deportivo Panamericanos, en la Ciudad de México, la habíamos perdido y aunque ahora reforzamos la tripulación, fuimos más conservadores”.
Esa modificación fue Adrián Oquendo. El camagüeyano estaba muy feliz, había hecho la diferencia. “Solo vine a cumplir, el compañero que reemplacé, fue operado de apendicitis, asumí la preparación con mucha confianza en el triunfo”, y mirando a su entrenador le dijo: “Campeón entrena a campeón”.
Solo diez minutos después en la pista se desplazaban los aspirantes del doble par de remos cortos de peso ligero, la otra modalidad, pronosticada por los especialistas antillanos como plata. Liosbel y Raúl Hernández pasaron con marcada superioridad los 1000 metros, pero los mexicanos Salvador Ramírez y Edgar Valenzuela tuvieron un segundo kilómetro muy bueno y por un momento hicieron soñar a quienes delirantemente los apoyaban en la laguna. Sin embargo, los dos Hernández coronaron la llegada con 100 metros finales de intenso ritmo que frustraron el enorme esfuerzo adversario.
“Ahora sí ganamos las 10”, dijo Juan Carlos emocionado y abrazado a los Hernández. “En la capital mexicana ese bote nos venció, la altura nos afectó entonces, pero ahora en igualdad de condiciones, aunque hubo que remar fuerte, le ganamos por un segundo, el desquite en los Juegos sabe a gloria”, comentó Liosbel, mientras su compañero calificó la competencia como la mejor que ha hecho con él.
El resto de las embarcaciones cubanas entraron solas a la meta, sin apenas oposición y ante las miradas de admiración de los presentes. Así Yariulvis Cobas y Aymee Hernández lideraron el doble par de remos cortos; la propia Cobas el single, mientras Eduardo Rubio y Ángel Fournier, hicieron lo mismo en el masculino y este último, además como singlista.
Fournier, el remero más laureado de Cuba y de Centroamérica y el Caribe, con sus premios mundiales, expresó: “Hemos venido a dar lo mejor de nosotros por nuestra delegación y para los Juegos, si lo hacemos a nivel del orbe, era un compromiso regalárselo a esta cita del área, estoy muy feliz de poder hacerlo”.
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orlando dijo:
1
28 de noviembre de 2014
16:43:16
Ada Martinez dijo:
2
28 de noviembre de 2014
20:37:52
Ednago Rodrigue dijo:
3
28 de noviembre de 2014
22:26:47
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