Caracas, Venezuela-Los cuerpos sudorosos; el maletín al hombro; del lado del corazón, la bandera en los uniformes; sobre el pecho, en oro, plata o bronce, años de sacrificio, la gloria en las páginas del deporte y, sobre todo, la alegría de un país.
Por estos días, en Caracas, La Guaira y Miranda se vive la vorágine de los v Juegos Deportivos del alba. Fiesta «de igualdad con integración, de solidaridad con cooperación», como se escucha al ritmo de las voces de los artistas bolivarianos Omar Acedo, Aran One, Mabel y el grupo La Melodía Perfecta, quienes interpretan la canción oficial de la cita.
El tema es una invitación a Venezuela, «donde no hay fronteras, pa´ los hermanos de nuestra tierra». Así lo sienten los más de 2 400 atletas que llegaron hasta la nación sudamericana para crecer en las lides del deporte y la hermandad, evidencia de que esta alianza para los pueblos de Nuestra América es un mecanismo de integración en todos los ámbitos.
En este inicio de la primavera en la patria de Bolívar y Chávez, «puerto seguro, abierta al futuro», se siente el sol en los espacios abiertos, donde el deporte atrae a familias enteras hasta las gradas.
Aunque en las instalaciones techadas el calor hace de las suyas, no faltan los vítores a viva voz, las banderas desplegadas en los brazos de quienes animan a los que están en competencia. «Qué bonito se siente el ambiente aquí en mi nación», dicen los jóvenes intérpretes. Y es cierto, Venezuela es toda pasión desde el 21 de abril.
Tras la competencia, no es extraño que los ganadores abracen y besen su bandera, y luego, cobijados por ella, recorran el terreno donde «lo dejaron todo» por escuchar el aplauso de su pueblo.
Al podio sube una nación entera. Suenan las notas del Himno Nacional y pareciera que de nuevo empieza el combate, porque no hay alma que no vibre desbocada al saberse «responsable» de traer hasta tierras lejanas, un pedacito de la patria.
Acompañados por «el pana» Albarino –la mascota del encuentro– en estos días el ALBA escribe aquí su historia. «Sube tu bandera y yo alzo la mía en los juegos de la alegría», tararea Nuestra América.
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