ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA

No hizo falta mucho convencimiento para que Aliuska Lores Ramírez, la primera mujer que en Cuba desempeña la función de liniera, se enrolara en la aventura de ayudar a las provincias afectadas por el paso del huracán Rafael.

A la hora de decidir quiénes partirían hacia Mayabeque a restablecer las líneas dañadas, algunos miraron de reojo hacia la fémina, como con cara de compasión, pensando que esa era una tarea muy fuerte para ella. Mas, una expresión diáfana suya selló su compromiso de participación: «Para mí ni miren, que esta vez no me quedo fuera».

Ya suman unos siete días de labor de la brigada compuesta por 47 eléctricos villaclareños en áreas de Quivicán y Batabanó, con la misión fundamental de garantizar el acceso de la electricidad a las fuentes de agua, y ella ha cumplido un rol fundamental.

Con la agilidad que la caracteriza, se sube a los postes, coloca acometidas y tensa los cables, entre otras tareas, una labor compleja para hombres y mujeres, porque se desarrolla en medio del lodo dejado por las intensas lluvias y lo agreste del terreno.

«Si le digo que ha sido fácil, lo engaño. Muchas veces estoy enterrada en el fango hasta las rodillas y en medio de un monte de yerbas; pero nada, hacemos la tarea, porque para eso vinimos» expresa la santaclareña, quien reconoce, que muchas veces sus compañeros de brigada tratan de protegerla, enviándola a los trabajos menos difíciles y ella se opone de manera tajante. 

Sobre su historia en el oficio, Aliuska dice que llegar hasta aquí no fue tarea fácil, porque hasta su esposo, Yordany Rodríguez, también liniero de la Empresa Eléctrica en Villa Clara, se oponía a que desempeñara esa labor. Sin embargo, ella llevaba en sí el bichito de ejercer algún día ese difícil trabajo.

«Muchas veces me preguntaba: “¿por qué no puedo hacerlo?”. Yo creía que estaba en condiciones de lograrlo, hasta que un día me llené de valor y le comuniqué a mis superiores que quería comenzar el curso de liniera, y luego de persistir, al cabo de cuatro años, fui aceptada, aprobando sin contratiempos y con notas sobresalientes», recuerda.

Una vez graduada, Lores Ramírez comenzó a ejercer la profesión de sus sueños, y no olvida la primera vez que salió a trabajar con la brigada. «Ese día, cuando llegamos al lugar de la avería, un electricista se dispuso a trepar el poste primero y yo me interpuse en su camino para decirle, “ni lo intentes, esa tarea hoy es mía”, y hasta el día de hoy trabajo a la par de ellos», expone con firmeza.

Entre los mayores retos en este tiempo de labor, recuerda como algo muy fuerte la primera vez que tuvo que subir a un poste de la línea de 110 kV, a espuela. «Cuando llegué arriba, dije: “si logré hacer esto, creo que no hay meta imposible para mí”».

Sobre la experiencia mayabequense, reconoce que ha sido complejo dejar atrás a sus tres hijos, para lo cual contó con el apoyo de su familia; mas, si tuviera que hacerlo otra vez, no dudaría en dar el paso al frente y corresponder a la confianza depositada en ella.

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