ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Fidel interviene en la XV Asamblea General de la ONU, el 26 de septiembre de 1960. Foto: Archivo de Granma

La convocatoria a la xv Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) que se efectuaría en la sede de esa organización, en Nueva York, a mediados del mes de septiembre de 1960, llegó al despacho del entonces primer ministro del Gobierno Revolucionario, Fidel Castro Ruz, en un momento muy tenso de las relaciones entre Cuba y el Gobierno de Estados Unidos.

El vecino poderoso «miraba con malos ojos» cómo las jóvenes autoridades cubanas trabajaban intensamente en el Programa del Moncada, aplicando leyes de beneficio popular en todo el país.

Apenas habían transcurrido 20 meses del triunfo de la Revolución y ya el pueblo podía apreciar el vuelco que se le daba en toda la Isla a los principales problemas que por muchos años lastraban a sus habitantes y que, ahora, con el trabajo de todos los cubanos, y bajo la certera dirección de su máximo líder, se solucionaban.

Tan pronto como en EE. UU. conocieron que Fidel asistiría a la ONU –lo cual no podían impedir–, decidieron crear un clima de inseguridad antes de que partiera la delegación de Cuba, y de aislamiento tan pronto pisara suelo estadounidense.

Insólitas medidas, con el sello de la CIA, buscaban que Fidel cancelara el viaje, y ejercer presión para desestabilizarlo en suelo norteño.

El 2 de septiembre, unos días antes de que el Comandante en Jefe partiera hacia Nueva York, una multitud de más de un millón de cubanos –en la Plaza Cívica (hoy Plaza de la Revolución José Martí)– aprobaron por aclamación la histórica Declaración de La Habana. Allí, frente a ese mar de pueblo, Fidel mostró y rompió en pedazos el texto del Convenio Militar de Ayuda Mutua, suscrito entre la tiranía batistiana y el Gobierno yanqui.

El 9 de septiembre, el Diario de las Américas, radicado en Miami, publicaba: «Si Rusia establece base en Cuba, solicitaremos de la OEA una acción drástica, declaró el secretario adjunto de Estado, Francis Wilcox. Si viene Fidel, será confinado a Manhattan por medidas de seguridad».

Comienzan abiertamente las presiones en contra de la visita del joven líder a Nueva York. El día 14, el mismo diario informa sobre la descarga en La Habana de armas rusas: «posiblemente sean tanques, artillería pesada y municiones», decía.

 

CONFINADO A LA ISLA DE MANHATTAN

Edición del 17 de septiembre de 1960. Foto: Archivo

El día 13, el secretario de Estado, Christian Herter dijo que había notificado a la Embajada de Cuba que, por «razones de seguridad», Fidel no podía salir de la isla de Manhattan.

La nota, aunque mostraba la «preocupación» del Gobierno de Estados Unidos por la seguridad del Primer Ministro, fue tomada por el Gobierno cubano como lo que realmente era: un intento de intimidación y el preámbulo de lo que podría suceder después.

Como Fidel se mantenía firme en la decisión soberana de asistir al cónclave de la ONU, las amenazas fueron in crescendo. El 17 publicaba el Diario de las Américas:

«Registrarán a los acompañantes de Fidel Castro al llegar a Nueva York».

«Embajador de EE. UU. notificó al Gobierno de Cuba la prohibición de portar armas. Se las quitarán si las llevan».

«La delegación cubana trata de alquilar un piso cerca de la ONU sin conseguirlo».

«Tramitarán los documentos de Fidel en el avión».

«Posible embargo del avión en que viaje el primer ministro Fidel Castro a Estados Unidos».

La respuesta del Gobierno de Cuba no se hizo esperar: dispuso reducir los movimientos del embajador Phillip Bonsal, en La Habana, al Vedado exclusivamente, autorizándolo a utilizar varias vías de comunicación para trasladarse de su residencia en el reparto Siboney (antiguo Country Club) a la Embajada, mientras sesionaba la Asamblea de la ONU.

Mientras, en Nueva York, alguaciles de la Policía asaltaron y saquearon las oficinas de Cubana de Aviación. Irrumpieron violentamente y destrozaron parte del local y las cajas de seguridad; sustrajeron documentos y se robaron una suma grande de dólares en efectivo. Además, desde el jueves 15 permanecía retenido-incautado un avión Britannia, de Cubana, en el aeropuerto Idlewild.

Aun así, el domingo 18 de septiembre, alrededor de las 11 de la mañana, Fidel partía rumbo a Nueva York.

 

LLEGA LA DELEGACIÓN A NUEVA YORK

Edición del 20 de septiembre de 1960. Viaje de Fidel a la ONU. Foto: Archivo

A las 4:34 de la tarde (hora local) aterrizaba el avión de Cubana en el Aeropuerto Internacional Idlewild (hoy John F. Kennedy). Cuando la nave aún se deslizaba por la pista principal, los pilotos fueron notificados por la torre de control de que no podían acercarse a la zona de llegada, que tomaran una pista de rodaje –en la cual permanecieron más de 20 minutos–, hasta el hangar 17, distante unos tres kilómetros de la Terminal de Pasajeros.

Acudieron a recibirlos Manuel Bisbé, jefe de la Misión Cubana; el Jefe de Protocolo de la ONU; y el personal de Inmigración. A los pocos minutos salió Fidel. Una multitud estaba concentrada a unos cien metros del hangar, para darle la bienvenida.

Aunque la Policía no permitió que los periodistas se acercaran, se calcula que unos mil fotógrafos y camarógrafos aguardaban para cubrir la llegada del líder cubano.

 

PROVOCACIÓN IRRESPETUOSA

Edición del periódico Revolución, 19 de septiembre de 1960. llegada de Fidel a Nueva York. Foto: Archivo de Granma

Cuando la caravana de automóviles que transportaba a la delegación avanzaba rumbo a Manhattan, centenares de cubanos concentrados en varias partes del trayecto vitoreaban y aplaudían a Fidel. El Comandante en Jefe los saludaba con la mano, pero un policía –que se suponía que estaba para protegerlo–, intentó impedírselo de manera irrespetuosa. Fidel lo increpó y sus acompañantes protestaron: comenzaban a escalar las provocaciones contra la delegación cubana.

Al llegar al hotel Shelburne, en el que se hospedarían, situado en la Avenida Lexington y la calle 47, en Manhattan, el edificio estaba prácticamente tomado por la Policía, civiles del fbi y en la azotea había francotiradores apostados.

Todo tránsito de personas y vehículos en torno al inmueble estaba cerrado. Sin embargo, eso no impidió que centenares de cubanos y latinoamericanos, cerca del hotel, dieran ¡Vivas! a Fidel y a Cuba.

A media mañana del siguiente día, el gerente del hotel informó que cancelaba la reservación y debían abandonar el inmueble, y se negó a reintegrar 5 000 dólares en efectivo depositados como garantía de pago. Ante esta inadmisible actuación y al negársele a la delegación cubana alojamiento en otros hoteles de la ciudad, Fidel decidió presentarse en la sede de la ONU y tratar el asunto directamente con el entonces secretario general, Dag Hammarskjöld.

 

EL HOTEL THERESA, EN HARLEM

El Secretario General tenía sus oficinas en el piso 38 del emblemático Palacio de Cristal y allí, por espacio de casi hora y media, recibió a la delegación cubana. Fidel, tras ponerlo al tanto del trato que había recibido al llegar a la ciudad, le dijo que de no encontrar alojamiento, estaba dispuesto a acampar en los jardines del emblemático edificio.

Estando allí, el Comandante en Jefe recibe una llamada telefónica. Escucha, se vira hacia el Secretario General y le dice: Ya tenemos alojamiento, el hotel Theresa, en Harlem. Detrás de esa gestión estaban Roa Kourí, Malcom X y Bob Taber.

Minutos después, como por arte de magia, aparecieron otros hoteles que podían ofrecerle alojamiento a los cubanos. Uno de ellos, el Commodore, situado a tres cuadras de la ONU, sin costo alguno.

La delegación cubana partió rumbo al barrio negro de Harlem. Alrededor de las 11:30 p.m., bajo una fría llovizna, los esperaban cientos de manifestantes, la mayoría negros, y les dieron una calurosa bienvenida frente al hotel Theresa. «¡Cuba sí, yanquis no!», y «We want Castro! (Queremos a Castro)», era lo que se escuchaba.

 

Foto: Korda, Alberto

ALTOS DIGNATARIOS VISITARON A FIDEL EN HARLEM

Durante varios días, el humilde hotel Theresa estuvo en los cintillos de importantes periódicos del mundo, y casi se convirtió en una extensión de la ONU por las personalidades que lo visitaron, entre ellos el primer ministro soviético, Nikita Jrushchov; el activista Malcolm X; los poetas Langston Hughes y Allen Ginsberg; los presidentes de Egipto, Ghana y Guinea, Gamal Abdel Nasser, Kwame Nkrumah y Ahmed Sékou Touré, respectivamente; el primer ministro de la India, Jawaharlal Nehru; y el sociólogo radical Charles Wright Mills.

 

EL HISTÓRICO DISCURSO EN LA ONU

El 26 de septiembre de 1960, a las 2:57 de la tarde, el joven de 34 años de edad, y máximo líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz, inició su improvisado e histórico discurso –18 taquígrafas tomarían sus palabras–, ante el plenario de la xv Asamblea General de la ONU, integrado por jefes de gobierno de 15 naciones, centenares de diplomáticos, funcionarios de 96 países y cientos de periodistas y camarógrafos de todo el mundo.

Durante su alocución criticó cómo se utilizaba la guerra para monopolizar a los países subdesarrollados y arremetió contra la política estadounidense hacia Cuba y otras naciones de América Latina, Asia y África. Respaldó el Plan de Desarme presentado por Rusia y proclamó el derecho de la República Popular China a ocupar un escaño en la ONU.

El discurso duró cuatro horas y 29 minutos, y resultó ser el más prolongado, desde 1945, en la historia de la ONU.

Sus palabras, de hace 65 años, bien podrían escucharse hoy en ese mismo estrado, cuando el mundo sigue luchando contra los mismos demonios.

Fidel llega a las 11:30 de la noche (20-9-60) al hotel Theresa en Harlem, luego de ser recibido por Dag Hammarskjold, secretario general de la ONU Foto: Prensa Latina
Nikita Khrushchev al abrazar a Fidel en su habitación del hotel Theresa. Foto: ALBERTO KORDA
El presidente de la República Arabe Unida (RAU) Gamal Abdel Nasser, arribó las 10:05 de la mañana al hotel Theresa en Harlem, para visitar al Comandante en Jefe Fidel Castro. Foto: UPI
Fidel despide en la entrada del hotel Theresa, en Harlem, al primer ministro de la India, Jawaharlal Nehru. Foto: UPI
Encuentro de Fidel y Malcom X, dirigente afroamericano, en el hotel Theresa, Harlem, Nueva York. 21 de septiembre de 1960. Negativo: 15 de enero de 1993. Foto: Archivo de Granma
Fidel estrecha la mano del poeta afroaamericano Langston Hughes, que lo visitó en el hotel Theresa, acompañado por dirigentes de prestigiosas instituciones negras de Estados Unidos. Foto: Prensa Latina
Fidel Castro acompañado por Celia Sánchez, Juan Almeida (Comandante de la Revolución) y otros miembros de la delegación cubana almuerzan con los trabajadores del hotel. Foto: ALBERTO KORDA
Fidel almuerza con los trabajadores del hotel, se improvisa una conferencia de prensa con los periodistas y una botella sirve para colocar el micrófono. Foto: ALBERTO KORDA
Intervención de Fidel en la XV Asamblea General de la ONU, edición del 27 de septiembre de 1960. Foto: Archivo de Granma
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