El 15 de noviembre se cumplieron 238 años del descuartizamiento del líder indígena boliviano Túpac Katari, quien junto a miles de sus seguidores cercó la ciudad de Nuestra Señora de la Paz durante varios meses creando el caos y el pánico entre los españoles y sus descendientes que habitaban en la pequeña ciudad.
Antes de morir Katari formuló esta profecía: «Yo moriré pero volveré y seré millones». La histórica frase fue rescatada por el líder aymara Evo Morales cuando asumió la presidencia de Bolivia en el 2006, y su gobierno comenzó a trabajar por la reivindicación de los derechos de los pueblos originarios.
Realmente Katari se llamaba Julián Apaza Nina; nació en 1750 en la comunidad aymara de Ayo Ayo, provincia de Sica Sica, cerca de La Paz, hijo de un minero que murió en las minas de Potosí. Este caudillo indígena lideró una de las rebeliones más importantes contra el colonialismo español en el Alto Perú, junto a su esposa, la heroína Bartolina Sisa y su hermana menor Gregoria Apaza.

Cuenta la leyenda que cuando Julián nació en 1750, dos enormes cóndores se posaron en las montañas cercanas. Uno en representación de los aymara y el otro, de los quechua. Así conocieron que ese niño sería muy importante para las dos comunidades nativas. Como así ocurrió.

El joven Julián adoptó el pseudónimo de Túpac Katari en homenaje a los líderes indígenas Túpac Amaro II y Tomás Katari, para luchar contra la dominación española, organizando a los indígenas y a los mestizos para la gran rebelión que preparaba.
Un ejército de más de 40 000 indígenas venidos desde distintas regiones como Calamarca, Caracato, Sapahaqui, Laja y Viacha, dirigido por Túpac Katari cercó dos veces la ciudad de La Paz en 1781, durante ciento nueve días, ocasionándole graves daños a las fuerzas españolas, principalmente por la falta de suministros, sin embargo, las tropas enviadas en auxilio desde Argentina evitaron la caída de la ciudad.
Katari fue traicionado, apresado y condenado a ser ejecutado mediante el descuartizamiento, que se realizó el 15 de noviembre de 1781 en la pequeña población de Peñas, a dos horas de El Alto.
Le hicieron dar una vuelta a la plaza principal, le cortaron la lengua, lo descuartizaron estirándolo de sus extremidades por cuatro caballos, y después atravesaron su cabeza sobre la punta de una picota para intimidar a los sublevados. Y como si fuera poco, partes de su cuerpo fueron expuestas en distintas regiones.
Pero su ejemplo propició otros alzamientos que lograron la expulsión de los conquistadores de la tierra boliviana. Y el cerco quedó esculpido para siempre como la epopeya indígena que doblegó a los conquistadores españoles por unos meses.
Ahora en Bolivia se está produciendo la reedición de aquel cerco. Representantes de organizaciones sociales de la ciudad de El Alto, y las federaciones de productores de hoja de coca de el Chapare, decidieron cercar La Paz para que cesen los asesinatos de los campesinos y del pueblo movilizado; cesen las violaciones a los derechos humanos y se restituya al gobierno legítimo y no al golpista.
Desde México el presidente Evo Morales recordó en un tuit al líder indígena boliviano:
«El imperialismo español pensó que al descuartizar a Túpac Katari hace 238 años, cortaría la fuerza de los pueblos para romper las cadenas del colonialismo. Hoy más que nunca la lucha sigue. Ante la represión del golpismo racista, repetimos la sentencia: ¡Volveré y seré millones!», publicó.
Fuentes: Internet
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Aday63.cu dijo:
1
21 de noviembre de 2019
10:57:14
ruben dijo:
2
21 de noviembre de 2019
14:37:51
Rolando Marvin Tola Mamami dijo:
3
27 de julio de 2020
18:07:27
María dijo:
4
9 de noviembre de 2020
13:27:48
Stefani dijo:
5
17 de mayo de 2021
20:36:39
Jose Manani Lucana dijo:
6
25 de octubre de 2022
18:09:44
camila dijo:
7
18 de enero de 2023
20:22:53
ito Respondió:
7 de abril de 2023
19:25:45
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