Cuando el buque mercante español Sierra Aránzazu navegaba a 12 nudos al Sur de las islas Bahamas, al atardecer del domingo 13 de septiembre de 1964, inesperadamente fue brutalmente ametrallado por dos lanchas rápidas piratas que se le aproximaron a babor y a estribor.
A mediados de agosto la nave española zarpó del puerto de Santander. Recaló en los puertos de Cádiz, Alicante y Algeciras, donde cargó 207, 919 y 18 toneladas respectivamente. En total transportaba 1,098 toneladas de carga general con destino al puerto de La Habana.

El 31 de agosto hizo su última escala en el puerto de Ceuta para avituallarse. De allí partió con 20 tripulantes a bordo navegando por el Mar Mediterráneo y, luego de cruzar el estrecho de Gibraltar su Capitán Pedro Ibargurengoitía García trazó una derrota de 262 grados hasta un punto de recalada en las islas Äbaco, para luego reconocer y adentrarse por el Canal de Providencia y el estrecho de Florida y a los 13 días arribar a La Habana.
Sin embargo no fue posible mantener el rumbo previsto porque al noveno día de navegación, la amenaza del ciclón Ethel forzó al capitán a variar la navegación de estima unos grados a babor para entrar por el Pasaje de Caicos, en las Bahamas, con más seguridad.

EL ATAQUE DE LAS LANCHAS PIRATAS
El 13 de septiembre amaneció con buen tiempo. Mucho calor y una visibilidad de unas siete millas. El Sierra Aránzazu navegaba a 12 nudos con rumbo 255 grados. Al medio día un avión de la US NAVY lo sobrevoló varias veces a baja altura sin ninguna consecuencia, lo cual quedó registrado en el cuaderno de bitácora del buque.
Alrededor de las 19:50 horas el mercante se encontraba a unas 15 millas al SW de Hogsty Reef (isla Gran Inagua), a 60 millas al Norte del punto más oriental de Cuba y a 80 millas de Guantánamo, en situación 21º 28”N y 74º 00” W. A esa hora toda la tripulación había terminado de cenar y proseguía con la rutina de a bordo.

En ese instante se escuchó por la popa el ruido de un motor que parecía ser el de una lancha que se aproximaba sin luces. A unos 15 metros encendió un potente reflector, iluminó el nombre del barco y su matrícula, dio una pasada a la popa y desapareció en la oscuridad.
El capitán subió al puente para relevar de la guardia al primer oficial quien le informó sobre las incidencias ocurridas, así como de la maniobra que realizó la misteriosa lancha. Acababa el oficial de rendirle el parte, cuando se escuchó de nuevo el sonido de motores, esta vez de dos embarcaciones rápidas que ahora se acercaban por la popa.

El Capitán y el primer oficial salieron al portalón de estribor para identificar a los tripulantes de las naves pero la oscuridad les impidió su reconocimiento. En cambio, sorpresivamente recibieron una lluvia de proyectiles que los obligó a tirarse en el piso para protegerse de la metralla.
Los grandes cristales del puente se hicieron añicos y los mamparos que lo separaban con el cuarto de derrota y la estación de radio fueron destrozados por los impactos de la metralla de grueso calibre que barríael puente y la superestructura.El Capitán resultó herido en el muslo izquierdo, en el pecho y en el vientre.

Aún con esas graves heridas, el Capitán, sin perder el sentido, ordenó que se arrancaran las bombas contra incendio y se enviara un mensaje solicitando auxilio
Una vez recuperados del sorpresivo ataque, los tripulantes intentaron arrancar las bombas contra incendio y procedieron a ejecutar otras maniobras de emergencia previstas. Una de las ráfagas había derribado la chimenea lo que originó un incendio en el tanque de combustible del motor principal que alcanzaba al panel del control eléctrico en el cuarto de máquinas.

El telegrafista no pudo enviar el mensaje de auxilio porque el incendió se lo impidió y la antena de radio había quedado inservible. Todo este destrozo había ocurrió en la primera pasada de ametrallamiento, en alrededor de cuatro minutos, mientras el incendio se propagaba con rapidez..
La segunda pasada sorprendió al primer maquinista, «que estaba herido en una pierna», en la oficina de cubierta donde se encontraba el botiquín de emergencia. Allí recibió dos nuevos disparos, uno en el vientre y otro en la cara.

Las luces de emergencia se encendieron y el Capitán al intentar llegar a su camarote arrastrándose, para salvar y proteger la documentación del barco, fue alcanzado nuevamente por un disparo en el pecho.
Estaba gravemente herido cuando ordenó el abandono del buque. Las luces no tardaron en apagarse totalmente.El segundo ametrallamiento duró unos tres minutos.

EL ABANDONO DEL BUQUE
Poco a poco se reunió la tripulación en la cubierta con un balance inicial de tres heridos graves. Comprobaron, además, que el bote de estribor estaba destrozado por lo que había que arriar el de babor que no disponía de motor ni de equipo de radio, aunque presentaba varios orificios en el casco. El incendio aumentaba y había que salvar la vida.
Al iniciar Pepín Vaquero, Tercer maquinista la maniobra de destrincar el bote para arriarlo inesperadamente fue alcanzado en el vientre por un proyectil explosivo. Entonces otros tripulantes lograron terminar la operación yayudaron a los heridos a embarcarse.

Eran aproximadamente las 20:10 horas cuando el bote salvavidas con toda la tripulación se alejaba del barco mientras el incendio continuaba consumiéndolo con peligro de que explotara en cualquier momento. Las lanchas artilladas regresaron nuevamente, iluminaron con reflectores la zona buscando el bote salvavidas. Como no lo encontraron le dieron una tercera pasada al mercante ametrallando la superestructura que ardía intensamente.
Del mando y del timón se hizo cargo el primer oficial. Los hombres que podían hacerlo remaban con fuerza; otros achicaban el agua que entraba al bote por los orificios que los proyectiles habían ocasionado y que intentaban taponarlos con pedazos de cartón de las cajas de galletas.

Pusieron proa al Norte, hacia Bahamas. El peligro no había desaparecido porque escucharon el sonido de una lancha que aparentemente los buscaba. Esa noche murió el Capitán y en la madrugada el Tercer Maquinista.
SALVAMENTO DE LA TRIPULACION
Al amanecer del día 14 los sobrevoló en círculos un avión de la US Navy lanzando bengalas de humo para señalarle al barco mercante holandés P.G.Thulin, que se encontraba en la zona, el lugar donde se hallaba el bote salvavidas con los náufragos. El salvamento comenzó sobre las diez de la mañana.
Una vez a bordo de la nave holandesa falleció el segundo oficial, entonces el Capitán decidió llevar a los sobrevivientes y los tres cadáveres hasta el puerto más cercano, Matthew Town, en la Isla Gran Inagua, a donde arribó a las cinco de la tarde.

En la noche un avión de la US Navy los trasladó para la Base Naval de Guantánamo, y al siguiente día para San Juan, Puerto Rico, de donde fueron repatriados para España.
SALVAMENTO DEL BARCO
Al conocer las autoridades cubanas del vandálico ataque al barco español, inmediatamente enviaron a esa zona aviones de reconocimiento y tres lanchas de la Marina de Guerra con la misión de trasladar a los náufragos a territorio cubano, lo que no se pudo ejecutar porque ya estaban a bordo del mercante holandés y tomada la decisión de su Capitán de llevarlos para el puerto de Matthew Town, Gran Inagua.

Las lanchas de la marina cubana encontraron al Sierra Aránzazu en un lugar conocido como Okinawa, abandonado, a la deriva y todavía ardiendo. Un avión norteamericano lo sobrevolaba y un submarino también yanqui permanecía allí.
Al filo de las doce del día del lunes 15 zarpó del puerto de Santiago de Cuba el remolcador 10 de Octubre, con los equipos y el personal adiestrado para este tipo de salvamento. A las nueve de la mañana del día 15 avistaron al mercante español y cerca de él, a varias unidades de guerra norteamericanas.
El remolcador tocó la sirena y un barco yanqui se apartó pero el US Coast Guard 615 en zafarrancho de combate se le atravesó y lo bloqueó para no dejarlo abordar a la incendiada nave, lo que se logró porque una lancha de la marina de guerra cubana se interpuso entre las dos naves.
Entonces el primer oficial y seis marinos del remolcador abordaron el Sierra Aránzazu para comenzar a tender los cables para el remolque mientras otros con un cañón de agua y varias mangueras lanzaban cuatro mil galones de agua salada por minuto que lograron extinguir el incendio en la cubierta. Faltaban por controlar los de las bodegas.
A las tres horas la nave comenzó a escorarse peligrosamente por la banda de babor con peligro de hundirse. En esas difíciles condiciones y con peligrosas marejadas comenzó el remolque que duró unas 18 horas, hasta la bahía de Nipe. Muy próximo a la costa oriental cubana se produjo un estrechonazo que partió los cables y el Sierra Aránzazu nuevamente quedó a la deriva.
Fue necesario abordar otra vez el mercante en medio de las marejadas para hacer firme los cables y continuar con el remolque.
Durante la peligrosa travesía siempre estuvieron acompañados por unidades navales y aéreas yanquis en flagrante violación de nuestro espacio aéreo y marítimo.
En la mañana del día 16 los remolcadores 10 de Octubre y Macabí, fondearon el mercante español en la bahía de Nipe, aproximadamente a una milla de Punta de Cigarro. Para controlar los incendios fue necesario inundarlo con unas 3 000 toneladas de agua, que lo reposaron en el fondo de la bahía con una escora a babor de 10 a 15 grados..
Se contabilizaron en el casco y en la superestructura cerca de 800 orificios de bala, algunos de hasta de quince centímetros de diámetro
Los trabajos del salvataje, que Cuba no les cobró a los armadores de la nave terminaron el 20 de septiembre y a mediados de noviembre el Sierra Aránzazu fue remolcado hasta el puerto español de Santander, donde fue reparado.
LOS AUTORES DEL VANDALICO ATAQUE

El Comunicado del Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Cuba (MINFAR) del 15 de septiembre de 1964, que informa sobre la agresión al mercante español denuncia lo siguiente:
“Este hecho forma parte de la política de agresión y bloqueo de los Estados Unidos contra Cuba. En esta ocasión, como en otras anteriores en que han sido atacados barcos de distintas nacionalidades u otras fechorías por el estilo, las Agencias Cablegráficas se dieron inmediatamente a la tarea de divulgar la noticia del ataque pirata tomadas de fuentes contrarrevolucionarias. Como esta vez tres tripulantes españoles perdieron sus vidas y varios resultaron gravemente heridos a consecuencia del vandálico hecho, el Gobierno de Estados Unidos trata de lavarse las manos, alegando que lamenta los hechos ocurridos.

“Tales hechos no ocurrirían jamás sin la política de pirateo y bandidaje contra Cuba que se lleva a cabo por el Gobierno de dicho país utilizando bases situadas en el propio territorio norteamericano y en otros países del Caribe y Centro América”
A las pocas horas de ocurrido el ataque una de las organizaciones contrarrevolucionarias que la CIA armaba, entrenaba y financiaba contra Cuba, el Movimiento de Recuperación Revolucionaria (MRR) reivindicó el ametrallamiento, pero cuando se enteraron de que la presa era un mercante español, trataron de desmarcarse con otra versión de lo ocurrido.
Dijeron entonces que habían confundido al Sierra Aránzazu con el Sierra Maestra. Una mentira que no podía sustentarse porque el mercante cubano hacia tres días que había cruzado el Canal de Panamá rumbo a China, y eso lo sabia la CIA. Además, el Sierra Maestra era cinco veces mayor que el mercante español, por lo tanto no cabía la confusión. Fue un ataque premeditado.

Tanto es así que en 1998 se desclasificó un cable enviado desde Paris el 6 de octubre de 1964 por un agente de la CIA donde informaba en el punto número tres lo siguiente:
“3. DIJO ( el agente cubano captado por la CIA) QUE PLANEABA REUNIRSE EN PARIS CON LA PERSONA QUE “ARREGLÓ” EL ATAQUE AL “SIERRA ARÁNZAZU” MEDIANTE EL PAGO AL RADIO OPERADOR QUE ENVIÓ LA POSICIÓN A LA NAVE ATACANTE. DIJO QUE R/O (¿RADIO OPERADOR?) HABÍA CONTADO TODA LA HISTORIA A LA POLICÍA ESPAÑOLA”.
“3. SAID PLANS MEET PARIS WITH PERSON WHO "ARRANGED” SIERRA ARANZAZU ATTACK BY PAYING OFF RADIO OPERATOR TO SEND POSITION TO ATTACKING CRAFT. SAID R/O HAS TOLD WHOLE STORY TO SPANISH POLICE.)”
Fuentes:
Periódico Revolución, 18 de septiembre de 1964
Periódico Hoy, 18 de septiembre de 1964
Historias de la mar. El ataque al mercante Sierra Aránzazu, por Manuel Rodríguez Aguilar, Oficial de la Marina Mercante de España.
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martha dijo:
1
13 de septiembre de 2019
09:12:38
BabyHL dijo:
2
13 de septiembre de 2019
09:27:18
Daniel Noa dijo:
3
13 de septiembre de 2019
12:27:07
Calvito dijo:
4
27 de septiembre de 2019
14:50:41
Jesús dijo:
5
7 de diciembre de 2019
15:07:38
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