ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Foto: Armando Ernesto Contreras Tamayo

BAYAMO, Granma.—Las cenizas del Co­mandante en Jefe Fidel Castro partieron desde el parque-museo Ñico López, de Bayamo, hacia Santiago de Cuba, donde serán inhumadas hoy en el cementerio de Santa Ifigenia.

Foto: Armando Ernesto Contreras Tamayo

En el antiguo cuartel Carlos Manuel de Céspedes, presidieron la ceremonia los ge­nerales de cuerpo de ejército Leopoldo Cintras Frías, ministro de las Fuerzas Ar­madas Revolucionarias; los viceministros Ramón Espinosa Martín y Joaquín Quintas Solá; Federico Hernández Hernández, primer secretario del Partido en Granma y Manuel Santiago Sobrino Martínez, presidente de la Asamblea Provincial del Poder Popular.
Una multitud de personas, a ambos lados de la vía, despidieron al líder de la Revolución.

Foto: Armando Ernesto Contreras Tamayo

¡Yo soy Fidel!, gritaron enardecidos los bayameses al congregarse a ambos lados de la Carretera Central, ante el paso del cortejo fú­nebre que reedita, en sentido inverso, la Cara­vana de la Libertad de 1959.

Niños y jóvenes ataviados con uniformes de diversas enseñanzas, personas de todas las edades, pueblo comprometido, de forma masiva y disciplinada, fue a decir hasta siempre a ese Fidel que volvió sobre sus pasos a la tierra donde escenificó trascendentes ba­tallas.

Así, en sentida manifestación de dolor e infinito cariño, el pueblo de la ciudad que prefirió arder antes de caer en manos enemigas, se despidió a las siete de la mañana de este sábado 3 de diciembre de ese invicto Co­mandante que no estará más físicamente, pero que permanecerá siempre en el corazón de los cubanos.

Foto: Armando Ernesto Contreras Tamayo

Entre banderas cubanas y lágrimas, las cenizas de ese hombre de talla mayor, recibieron durante la noche y la madrugada el tributo silencioso y respetuoso de sus hijos, que peregrinaron por los frentes del parque-museo Ñico López, otrora cuartel

Carlos Manuel de Céspedes, luego de asistir a la vigilia efectuada en la Plaza de la Patria por espacio de dos horas.

Ni siquiera el «llanto» suave y hondo de la naturaleza las últimas horas de la jornada anterior, pudo detener a ese torrente de patriotas que una vez más demostró la vigencia del legado de sus héroes.

A su paso por esta provincia, por donde hace 60 años desembarcó junto a los expedicionarios del yate Granma, miles de personas se agruparon para dar gracias a quien trajo a Cuba la esperanza, luz de la enseñanza, la libertad y la dignidad plenas.

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