María Luisa García Moreno


30 de mayo de 2009

De la frase o locución adverbial de guagua, "de balde, sin pagar", que algunos creen voz indígena de Cuba, probablemente procede guagua; como se sabe, en nuestro país llamamos así al ómnibus o medio de transporte urbano colectivo, porque resultaba el más barato, casi "de balde" o gratuito; en Panamá —según refiere Esteban Rodríguez Herrera en su Léxico Mayor de Cuba— se le llama chiva, mientras que en otros países de América (Argentina, Chile, Ecuador, Perú y otros de Sudamérica) se nombra de ese modo al niño pequeño, "de teta".

Omni es elemento formador de palabras y significa "todo". Por eso, etimológicamente, ómnibus es "bus para todos" —"vehículo automóvil de transporte público y trayecto fijo que se emplea habitualmente en el servicio urbano".


29 de mayo de 2009

Se conoce como falsos amigos a aquellas palabras que son iguales o casi iguales en dos lenguas distintas; aunque en cada una tienen significados diferentes, con lo que se crean dificultades para la traducción en personas poco o nada expertas. Algunos ejemplos podrían ser: actual /actual, en inglés, "efectivo, real, de verdad" y en español, "de actualidad, hoy en día"; appreciable / apreciable, en inglés, "cantidad o magnitud considerable" y en español, "digno de aprecio", "que se puede apreciar"; consistent / consistente, en inglés, "consecuente, constante, uniforme, que no varía" y en español,"aquello en que consiste una cosa" y "que tiene solidez"; topic / tópico, en inglés, "tema, materia", en español, "lugar común", "expresión muy manida, cliché" o medicamento de uso externo y local.


13 de mayo de 2009

Según los diccionarios académicos, se llama leísmo al empleo como complemento directo de las formas le, les, variantes del pronombre personal él, correspondientes al dativo illi, illis, caso de la declinación latina en el que se expresaba el complemento indirecto; por ello, la norma culta del español establece su uso para ejercer dicha función. En la oración: "A María la vieron cuando salía de la tienda.", el uso del pronombre personal la es correcto, mientras que su sustitución por le, sería un ejemplo de leísmo y, por supuesto, incorrecto. Sin embargo, debido a su extensión entre los hablantes se admite el uso de le en lugar de lo en función de complemento directo cuando el referente es masculino singular. De modo que son correctas oraciones como: "A Jorge le vieron cerca de tu casa." o "A Jorge lo vieron cerca de tu casa.".


8 de mayo de 2009

El término yunto, -a, del latín iunctus es un adjetivo y equivale a "junto". "Ir yuntos los surcos" es el ejemplo que aparece en el DRAE. Otras acepciones serían: "par de bueyes, mulas u otros animales que sirven en la labor del campo o en los acarreos", "yugada (espacio de tierra arada en un día)". Se considera un americanismo para Argentina, Cuba y Uruguay entendido como "pareja de personas, de aves o de otras cosas" y para Puerto Rico y Venezuela como "gemelo" (del puño de la camisa). También puede usársele como adverbio de modo: "Arar yunto".


6 de mayo de 2009

Muchos piensan que si un término no aparece en el diccionario no se puede usar. En realidad, hay que hallar un equilibrio entre lo normado y lo que se dice, teniendo en cuenta que las palabras van a los diccionarios luego que el uso las ha impuesto.

Aunque los diccionarios académicos no recogen listado como sinónimo de lista, el prestigioso Diccionario del español de uso, de María Moliner, incluye en su tercera acepción: "lista, serie de nombres, datos, etc." "La lengua se hace en la calle", ha afirmado Víctor García de la Concha, director de la Real Academia Española.


1 de mayo de 2009

Me preguntan cuántas letras tiene nuestro alfabeto. En realidad el número de letras no ha variado: son 29 y ello incluye la ch (che) y también la ll (elle), que son dígrafos o conjuntos de dos letras con un solo sonido, cuya escritura es indivisible. Cuando con ellos comienza un nombre propio o a inicio de un texto, es decir, al escribirlo con mayúscula, solo el primer elemento se pone en alta, por ejemplo: China.

Para el ordenamiento alfabético, la Academia sigue el alfabeto latino internacional, que no tiene en cuenta estos dígrafos —y entonces hay 27 entradas—; por eso, las palabras que comienzan con ellos no se agrupan aparte —como ocurre en los diccionarios impresos antes de 1994— sino en el sitio que les corresponde dentro de la c y de la l.


El español nuestro

   

SubirSubir