III Conferencia "La Nación y la Emigración"

Una relación estratégica e irreversible

Desde la década de los años 20 del siglo XIX se establecieron los primeros núcleos de criollos en el exterior: a Europa y New York, fundamentalmente, emigraron cubanos de mejor nivel, mientras que en Tampa y Cayo Hueso se estableció una numerosa comunidad de obreros

Félix López y Lourdes Pérez

El tratamiento del tema migratorio en Cuba no pasa por un prisma oportunista, es estratégico e irreversible, aseguró Benigno Pérez Fernández, director de Asuntos Consulares y Cubanos Residentes en el Exterior del MINREX, al presentar el panel Asuntos Migratorios, con la presencia de cerca de 500 emigrados cubanos que viven en 48 países.

Fotos: Alberto BorregoBenigno Pérez Fernández, director de Asuntos Consulares y Cubanos Residentes en el Exterior, en el MINREX: lo único que se interpone a la voluntad de Cuba de normalizar las relaciones con los cubanos residentes en el exterior es la política de agresión del Gobierno de los Estados Unidos y su fracasada obsesión de mantener el bloqueo.

Sin pretender narrar la historia de la emigración hacia los Estados Unidos, Benigno ofreció algunas cifras que confirman que desde la década de los años 20 del siglo XIX se establecieron los primeros núcleos de criollos en el exterior: a Europa y New York, fundamentalmente, emigraron cubanos de mejor nivel, mientras que en Tampa y Cayo Hueso se estableció una numerosa comunidad de obreros.

Ya en 1952 más de 72 000 cubanos habían emigrado a los Estados Unidos, y el triunfo de la Revolución, en 1959, marcó la modificación del patrón migratorio tradicional: pasaron a un papel central los elementos políticos y económicos, lo que se reflejó no solo en el número sino en el cambio de los actores sociales envueltos en el fenómeno migratorio.

Fue a partir de ahí que el Gobierno norteamericano cambió su actitud hacia Cuba, utilizando la emigración como un arma contra la Revolución. En el transcurso de la historia, añadió el funcionario del MINREX, se aprecia una marcada diferencia entre quienes emigraron de 1959 a 1965 y el resto de los que llegaron en sucesivas olas migratorias. Los primeros se definieron como exiliados, pero los cerca de 200 000 que salieron de Cuba a partir del acuerdo migratorio, se reconocen como una emigración económica y son poseedores de un indudable nivel cultural.

Pero no es solo en Estados Unidos, aunque es la mayor comunidad, donde viven emigrantes de la Isla. El apoyo internacionalista llevó a miles de cubanos a países de Asia, África y América Latina, donde muchos de ellos se casaron y establecieron familias, algo similar ocurrió en los vínculos educacionales con los países de Europa del Este, y de manera adicional la apertura de Cuba al turismo llevó a que muchos cubanos se unieran sentimentalmente a nacionales de muchos países.

En la medida que esa emigración creció, y fue más agresiva la actitud del Gobierno de los Estados Unidos, Cuba tuvo que implementar medidas de respuesta al tipo de guerra que se nos impuso. Hoy, aunque cambian los métodos, los intereses imperiales siguen inalterables; y en esa circunstancia el Gobierno de la Isla sigue dando pasos para mejorar sus relaciones con los emigrados.

Tras recorrer la saga de las acciones emprendidas por Cuba para mejorar su relación con los emigrados, Benigno aseguró que el país agradece la actitud de respeto y cooperación con su Patria que habita en la mayoría de los emigrados, que nada tienen que ver con esa minoría mafiosa y plattista de Miami, que sigue amenazando a los que vienen a la Isla. Pero en respuesta a ellos, crece por años el número de los que viajan: 1994: 37 000, 1999: 132 000, 2003: 167 000.

Mucho se habla en los medios de la Florida, dijo Benigno, sobre las trabas a la salida de los ciudadanos cubanos al exterior, manipulando y tergiversando la realidad: emigrar y viajar es un derecho ciudadano, pero para nadie es un secreto que Cuba es un país en guerra, y si alguien lo duda los invito a leer las medidas actuales de la administración Bush, declarando su apoyo logístico a lo que llaman oposición interna, con el aumento de las campañas subversivas, y nuevas agresiones a la economía.

¿Tenemos o no derecho a la legitima defensa?, se preguntó Benigno, antes de que los delegados iniciaran un interesante diálogo, reconociendo en sus reflexiones que pese a la coyuntura, el Gobierno cubano da muestra de voluntad para mejorar las relaciones con su emigración, y abre nuevas posibilidades para que hijos de emigrados puedan acceder a becas universitarias en el sistema de educación cubano.

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