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Matanzas
La ciudad de Matanzas se
encuentra en la costa norte de Cuba, a unos 90 kilómetros al este
de La Habana. Matanzas fue fundada el 12 de octubre de 1693 con el
nombre de San Carlos y San Severino de Matanzas. Su superficie es de
11978.2 kilómetros cuadrados y su población es de 665 419. Destaca
en su territorio el hermoso y mundialmente conocido balneario de
Varadero, el principal polo turístico del país. La playa azul,
como también se le llama, se extiende por 31,6 kilómetros
cuadrados, al norte de la provincia. En Matanzas se halla la
Ciénaga de Zapata, la mayor área de pantanos de Cuba, con un
espacio aproximado de unas 300 mil hectáreas. Matanzas es conocida
como la Atenas de Cuba. (hacer un link a la definición, que la
pongo a continuación). Por qué a Matanzas se le conoce como la
Atenas de Cuba En octubre de 1693, se funda la ciudad de San Carlos
y San Severino de Matanzas. Matanzas resultó el sitio privilegiado
y acumuló por sí sola el esplendor de una buena parte del siglo
XIX.
En 1813 la ciudad
yumurina recibió los beneficios de la introducción de la imprenta.
Se considera que en este año se inicia el Siglo de Oro de Matanzas.
Eran esos los tiempos en que José María Heredia hacía versos y
ensayos teatrales. En 1835 se crea la Biblioteca Pública, a
iniciativa de Tomás Gener y Domingo del Monte, dos prominentes
figuras relacionadas con el fomento local. El segundo adquiere
singular relieve, a él se debe el desarrollo de uno de los hechos
más significativos de la historia literaria cubana : las famosas
tertulias delmontinas. Bajo este efecto escribe Milanés El Conde
Alarcos, cuyo estreno en el Teatro Tacón , en 1838, representó el
triunfo del romanticismo sobre nuestros escenarios y el primer
éxito de un escritor matancero.
Es febril el ambiente
literario en la urbe provinciana durante los primeros años de la
década del cuarenta. Es la época brillante de Milanés, de
Plácido y Manzano, de Miguel Teurbe Tolón y Félix Tanco, entre
otros.
En 1842 se funda La
Guirnalda, primera revista literaria matancera. El oleaje cultural
avanza, pero el ímpetu individual da la sensación de ir más de
prisa. El verdadero esplendor de la cultura llega a un punto
culminante en la sexta década del siglo XIX. En el bienio 1859-60
se consolida el Liceo Artístico y Literario, y en el 61 resultará
un resonante triunfo la llegada de La Avellaneda. Nunca antes la
población había respirado tanta gloria. En 1863 se inaugura el
Teatro Esteban, al año siguiente el Instituto de Segunda
Enseñanza. Ya por esa época el matancero José White, recibía el
homenaje del mundo entero, como uno de los violinistas más famosos
de su siglo.
Por eso, cuando en 1860,
Rafael del Villar lanza en público la propuesta del título
"La Atenas de Cuba", la aceptación es unánime, porque la
idea ya estaba desde mucho antes, en el habla y en la mente de
muchos. Todos los presentes respiran satisfechos, y esa noche los
poetas cantan con brío renovado. Ha triunfado el epíteto perfecto,
la definición esperada. Ese es el título conveniente para un
conglomerado social que sueña con una diáspora violenta y
promisoria de la literatura y el arte, con un período de oro,
similar al renacimiento europeo de varios siglos atrás. El
sobrenombre fue sin embargo, el orgullo de la ciudad y fascinó a
varias generaciones, hasta la más reciente, que aún no ha pensado
en renunciar a él. Era la corona de laurel propicia al esfuerzo
sistemático por elevar la cultura. El esplendor local era comparado
así con la gloria imperecedera del siglo de Pericles. La
aristocracia provinciana soñaría entonces con imponer a la
posteridad la gloria de un Prometeo o de un Edipo y hacia esa meta
lanzaba su reto.
Pie de fotos:
Matanzas-1: Vista del balneario de Varadero Matanzas-2: Vista de la
entrada a la ciudad de Matanzas
Por qué a Matanzas se le conoce
como la Atenas de Cuba
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