A pesar de que en un "Cable de Información de Inteligencia del
Directorado de Operaciones de la CIA" fechado el 13 de octubre de
1976 y clasificado como de "prioridad", se reveló que la
jefatura del gobierno venezolano estudió seriamente entregarle a los
Estados Unidos a Luis Posada Carriles y Orlando Bosch, quizás para
protegerlos y quitarse de arriba esa "doble papa caliente", el
entonces presidente de Venezuela, Carlos Andrés Pérez, se vió
obligado a detenerlos y encausarlos junto a los autores materiales,
Hernán Ricardo y Fredy Lugo.
Después de 9 años de largos procesos judiciales, fallos y
apelaciones, "El Bambi" se cansó y planteó su dilema: o me liberan o
hablo.
Y eso funcionó: el 18 de agosto de 1985 Luis Posada Carriles se
"fuga" de la prisión en Venezuela gracias a una bien financiada
operación.
Jorge Mas Canosa, la FNCA y otros "amigos".
Lo primero, no es una afirmación gratuita, lo confesó nada más y
nada menos que el propio hermano de Jorge Mas Canosa, Ricardo, en un
proceso legal que entabló... contra su propio hermano, digno de la
bíblica historia de Caín y Abel.
El diario The New York Times tuvo acceso a esta declaración
jurada y así la describió:
De 1972 a 1985 Ricardo Mas fue el controlador de la compañía
Church and Tower, propiedad de su hermano. Afirmó que por
instrucción de este depositó un cheque en una de las cuentas de una
compañía panameña y regresó con el efectivo. "Me dijo (Jorge) que
necesitaba que yo viniera y trajera 50 000 dólares que se
utilizarían para sacar a Luis Posada Carriles de la prisión, que era
mejor que Carriles estuviera fuera, que podía empezar a hablar.
Creo, declaró, que el hombre se está rindiendo, había que sacarlo de
la prisión".
Según The New York Times, luego de la fuga "estuvo 15 días en
Caracas, después lo llevaron a Aruba en un barco camaronero; de allí
voló en un avión privado a Costa Rica y posteriormente a El
Salvador".
¿Quiénes lo trasladaron hasta allí?
En un documento recién desclasificado de la Oficina del Fiscal
Independiente que investigó el Irán-contras, se puede leer el
informe de un hecho insólito:
El
3 de febrero de 1992 dos agentes especiales del FBI, Michael Foster
y George Kiszynski (este último de una larga historia de complicidad
con los grupos terroristas anticubanos de Miami) se reunieron con
Luis Posada Carriles durante 6 horas y media en la habitación no.
426 de la embajada de los EE.UU. en Tegucigalpa, Honduras.
O sea, a un prófugo de la justicia venezolana, pendiente de
juicio por un delito de alta peligrosidad, buscado por INTERPOL, el
FBI lo localiza sin problemas y se reúne con él, en territorio
norteamericano. Del acto terrorista de Barbados apenas ni se habló
en 6 horas y media de "conversación"; en dicho informe solo
se dice que:
"Posada no fue responsable de la voladura del avión de Cubana en
1976", así sin más se afirma y lo ponen por escrito.
Antes de empezar, los agentes especiales le explicaron a Posada
que aquello era una "entrevista" para hablar solamente del
caso Irán-contras.
En su informe al Fiscal Independiente, los dos oficiales del FBI,
versionando lo que declaró Luis Posada Carriles, explicaron con
relación a quien lo sacó de la prisión en Venezuela: "Rodríguez y
otros amigos cubanos de Posada lo ayudaron a salir de Venezuela y
reubicarse en El Salvador".
Rodríguez es Félix Rodríguez Mendigutía, sobrino de un ministro
de Batista, agente de la CIA, infiltrado previo a Girón para volar
el puente de Bacunayagua, compañero de clases de Mas Canosa y Posada
Carriles en Fort Bening, torturador de la CIA en Viet Nam con la
operación Fénix, coordinador del equipo que asesinó al Che, enviado
por la CIA a países de la Operación Cóndor durante su ejecución, uno
de los máximos responsables de la operación Irán-contras y según
George Bush padre "su amigo personal". Rodríguez es
actualmente presidente del grupo terrorista de Miami, Brigada 2506.

En mayo de 1987, Félix Rodríguez declaró bajo juramento ante el
Comité Congresional que investigaba el escándalo Irán-contras; en
aquella sesión se le preguntó: "¿Quién es ese Ramón Medina, tan
mencionado en varios testimonios?
Félix Rodríguez contestó: "Medina es Luis Posada Carriles, un
buen amigo mío; yo lo traje a El Salvador porque este hombre
honorable merecía estar libre".
Pero, ¿A dónde en El Salvador?
A la Base Aérea de Ilopango.
¿Qué hacia allí, cuál era su nueva misión?
Veamos, a partir de lo que reconoció el propio Posada, cómo
describen "esa misión" los dos agentes especiales del FBI en este
documento secreto que es el informe de su reunión con el terrorista
en la embajada norteamericana en Tegucigalpa en febrero de 1992:
"Se había dicho al FBI que Posada era el director sobre el
terreno de la operación en Ilopango".
"La operación" era el abastecimiento ilegal a la llamada
Contra nicaragüense de todo tipo de armas y suministros, pese a que
estaba prohibido por la ley norteamericana realizar aquellas
acciones. Primero buscaban ilegalmente el dinero, traían las armas y
los suministros desde Estados Unidos a la Base Aérea de Ilopango y
luego desde allí los entregaban clandestinamente dentro de Nicaragua
a los Contras que luchaban para el gobierno norteamericano contra
los Sandinistas.
En otro documento secreto desclasificado que se titula: "Diagrama
Operacional de la Compañía Benefactora, (BC) a cargo de la operación
de reabastecimiento en San Salvador", se lee que "Ramón es el
Director de Apoyo" (Posada estaba en El Salvador, como ya se ha
dicho, con identidad falsa a nombre de Ramón Medina).
El nombre de Compañía Benefactora se lo puso Robert Dutton, el
Administrador General de toda la Operación a la estructura creada
para implementar el abastecimiento ilegal a los Contras. Este
esquema llegó a tener bienes valuados en 4 089 millones de dólares,
según el informe final del Fiscal Independiente.
Pero en la Base Aérea de Ilopango, centro neurálgico del
Irán-contras, Posada, el "Director de Apoyo", hacía de todo,
según el informe de los agentes especiales del FBI: "pagaba,
guardaba los recibos, garantizaba la alimentación, incluyendo
cerveza, el transporte, el alojamiento, adquirió cuatro casas
incluyendo la suya y un pequeño hotel, contrataba empleadas
domésticas, y otros equipos no especificados, repartía armas y
suministros, incluido el combustible de los vuelos, e incluso
trabajó la radio durante los vuelos de abastecimiento".
Según el reporte de estos dos oficiales del FBI al Fiscal
Independiente que investigó este escándalo: "Posada ganaba cerca
de 7 000 dólares mensuales, además de tener pagados los gastos de
alojamiento, carro, empleada doméstica, alimentación y otros
gastos".
Y según este propio documento: "...además Posada voló en
numerosos vuelos de reabastecimiento y ganaba 750 dólares por cada
uno de esos vuelos".
Aunque cuenta este informe que "en una ocasión, Posada cometió
un error y se pagó a él mismo el doble en un mes".
Por otra parte, en la mente de Posada estaba claro para quién
estaba trabajando. Reportan los dos oficiales del FBI en su informe
que según les contó Posada Carriles, "el dinero nunca pareció ser
un problema. Jamás hubo un problema con relación a tener suficiente
dinero en Washington".
Y para que no quedaran dudas les confesó a los dos Agentes
Especiales del FBI que "él pensaba" que en la Base Aérea de
Ilopango "estaba trabajando para Ronald Reagan y que se trataba
de un proyecto aprobado por el gobierno de los EE.UU.".
Por eso, se cuidaba hasta de sus compinches, pues su lealtad era
hacia Washington, ni siquiera hacia Miami, la prueba está en lo que
los dos oficiales del FBI dicen que les reveló: "Jorge Mas Canosa
es amigo de Posada. Y Mas conocía de la operación de
reabastecimiento"... no quería ver a ningún cubano. Posada no quería
que supieran que él estaba en El Salvador, porque si ellos (los
cubanos de Miami) se enteraban, se iba a saber todo".
Hasta de su benefactor y jefe en la operación desconfiaba. Al
opinar sobre Félix Rodríguez les dijo a los entrevistadores del FBI:
"Félix Rodríguez es charlatán, inmaduro y tiene problemas de
ego... hablar sobre sí mismo con otros y hacerse el importante está
en la naturaleza de Rodríguez".
Pero Posada sí sabía todo lo que pasaba allí, incluyendo las
comunicaciones secretas de Félix Rodríguez con la oficina del
vicepresidente Bush, pues como se lee también en dicho Informe:
"Rodríguez le dijo a Posada que él quería hablar con el entonces
vicepresidente George Bush y que él había arreglado un encuentro a
través de su amigo Donald Gregg... Posada sabía que Rodríguez
hablaba mucho con Gregg, porque Posada pagaba las cuentas de
teléfono, incluidas las de Rodríguez".
Donald Gregg había estado por la CIA junto a Rodríguez en Viet
Nam y en ese momento era nada menos que el Asesor para la Seguridad
Nacional del vicepresidente de los EE.UU. George Bush padre, ex
Director de la CIA.
¿Entonces, estaba al tanto la oficina del vicepresidente George
Bush del rol que estaba jugando Posada Carriles en esta secreta
operación?
Los hechos hablan por sí solos, veamos.
No fueron solo llamadas. Están documentadas al menos tres
reuniones de Félix Rodríguez en la oficina del entonces
vicepresidente Bush; además, se ha conocido de un continuado
intercambio personal de notas, tarjetas y fotos entre Félix y Bush
padre.
También durante las audiencias del Comité de Relaciones
Exteriores del Senado de los EE.UU. en relación al escándalo
Irán-contras se produjo el siguiente diálogo entre Donald Gregg,
asesor de Bush para Seguridad Nacional y el senador John Kerry:
Senador Kerry: "¿Usted recuerda el derrumbe de un avión de la
aerolínea cubana en 1976 como resultado del cual 73 personas
perdieron sus vidas? ¿Usted lo recuerda?"
Donald Gregg: "Sí".
Senador Kerry: "Un atentado terrorista. Y un cubano americano
llamado Luis Posada Carriles fue arrestado en Venezuela en conexión
con eso. Él escapó en 1985 con la asistencia de Félix Rodríguez,
quien lo trajo a Centroamérica para ayudar a los Contras bajo el
seudónimo de Ramón Medina, ¿correcto?"
Donald Gregg: "Ahora, yo sé eso, sí".
Senador Kerry: "Y ¿es apropiado por parte de Félix Rodríguez
ayudar a un hombre acusado en un atentado terrorista a escapar de
prisión e involucrarlo en las operaciones de abastecimiento que
nosotros estamos apoyando?"
Donald Gregg: "Yo no puedo justificar eso señor. Y yo no estoy
seguro de qué rol jugó Félix en sacarlo a él de la prisión... yo
creo que Orlando Boche (sic) o alguien de esa naturaleza fue
responsable de eso".
También sería interesante hacer notar cómo los dos agentes
especiales del FBI ponen en su informe que: "Posada está seguro
que William Casey y la CIA en Washington saben todo sobre esta
actividad..."
¿Por qué Posada afirma que Casey, el entonces Director de la CIA
"sabía todo de esta actividad", cómo lo podía afirmar, acaso
lo hizo por saber quién decidió traerlo desde la cárcel hasta el
centro neurálgico de la muy secreta operación?
Y si se continúa leyendo el Informe de los dos agentes especiales
del FBI al Fiscal Independiente sobre su entrevista con Posada se
descubre que este no era un simple participante en la delicada y
secreta operación de abastecimiento ilegal a la Contra.
Cuando los sandinistas derriban el avión en el que iba el piloto
mercenario Eugene Hasenfuss y se desata el escándalo al exponerse en
público lo que estaban haciendo en la Base Aérea de Ilopango, Posada
es el "designado" para cerrar toda la operación en el terreno.
Explican los oficiales del FBI al describir su última misión en
el Irán-contras que "dejaron a Posada solo para que desapareciera
todas la huellas... Posada tuvo que sacar de las casas todo el
equipamiento y clausurarlas, tuvo que sacar del país el personal
estadounidense, deshacerse de sus armas personales, equipos de
comunicaciones, cerrar los contratos de alquiler y de los servicios
de agua, de electricidad, pagar las cuentas pendientes, vender los
automóviles y televisores del personal de la operación y quedarse
con ese dinero en fin atar todos los cabos sueltos".
Pero el viejo zorro, conocedor de su medio, les confiesa que hizo
algo más: "Posada recogió documentos, mapas, recibos de casas y
de combustible, diarios de vuelo, fotografías y otro tipo de
misceláneas las que puso en dos cajas".
Y más adelante se puede leer en el secreto informe de 31
páginas:.."cuando Posada fue atacado en Guatemala, dos de sus
amigos cubanos de Miami fueron a visitarlo, (tachados los nombres),
Posada les entregó una caja de documentos que ellos se llevaron para
Miami..."
¿Qué documentos tenía la caja? ¿Quiénes fueron los amigos cubanos
que fueron a visitarlo a Guatemala? ¿Por qué se tacharon sus nombres
al desclasificarse el documento?¿Estaría el veterano agente tratando
de garantizar su retiro con información comprometedora?
Y con estos elementos volvemos a la pregunta inicial: Luis Posada
Carriles, ¿era o no era agente de la CIA?
Si como dice en la versión oficial, la CIA cortó con él en 1976,
cómo es posible que lo saquen de una prisión dos personajes que
comprobadamente trabajaban para el gobierno norteamericano, como
Jorge Mas Canosa y Félix Rodríguez.
¿Fue iniciativa de ambos o cumplieron una misión?
¿Por qué, como después reconocen, lo llevan a una locación super
secreta donde se está desarrollando la muy secreta e ilegal
operación de abastecimiento a los Contras, bajo la supervisión
directa de la Oficina del vicepresidente George Bush, que fue el
Director de la CIA cuando el supuesto "corte" con Posada?
¿Cómo dos profesionales del espionaje como el vicepresidente Bush
y su asesor Gregg contratarían para realizar tan delicada misión a
alguien que no fuera de su total confianza?
¿Teniendo el vicepresidente aspiraciones de suceder al
Presidente, como efectivamente sucedió, se arriesgaría a trabajar
con alguien en quien no confiara totalmente?
Lo evidente es que no solo hubo "contactos ocasionales"
después del supuesto corte, sino que lo pusieron a ejecutar una
delicadísima misión, que el mismo Posada reconoce que la conocía
completamente el entonces Director de la CIA, William Casey.
¿Y por qué a Posada no le pasó nada en términos legales, siendo
protagónico en un escándalo que llevó incluso a sanciones a altas
figuras de la Administración?
En el propio informe de los agentes especiales al Fiscal
Independiente que investigó los escándalos, se deja claro en la
narración de Posada la protección que recibía. Así, dejaron
constancia de una conversación con Robert Dutton, quien era el
Administrador principal de la Operación de Abastecimiento: "El
FBI nunca llamó a Posada. Más tarde, Dutton le dijo a Posada que
estaba okay, que el FBI no iba a investigar. Dutton dijo que
Washington había "parado la investigación".
¿Por qué no lo llamaron hasta 1992 y para una simple entrevista?
¿Por qué nunca les interesó hablar o preguntar sobre el acto
terrorista de Barbados?
¿Por qué nunca lo arrestaron pese a ser un prófugo y existir
varias obligaciones de tipo legal para enviarlo a Venezuela de donde
todavía hoy es un evadido?
Este último tema tiene otro componente. En el citado informe de
la entrevista con Posada en la embajada de EE.UU. en Tegucigalpa,
Honduras, realizado en 1992, se lee lo siguiente en su párrafo final
en la página 31: "Después de haber hablado con el agente especial
Foster sobre los arreglos para esta entrevista, Posada fue
recientemente a la Embajada de Venezuela aquí y se identificó ante
ellos. A él se le dijo que el gobierno de Venezuela `no tenía ningún
problema político' con que Posada fuera a los Estados Unidos".
Se desprende la complicidad del gobierno de Carlos Andrés Pérez,
cuyos funcionarios conocieron a principios de 1992 dónde estaba
Posada y que quería ir a los Estados Unidos. No les interesó ni
detenerlo ni hacer nada en relación con el prófugo de un juicio
pendiente por un brutal acto de terrorismo.
¿Por qué?
La pregunta merecería una respuesta, todavía hoy pendiente.
Pero sería una más, porque ninguna de las interrogantes del caso
han sido respondidas ni por la CIA ni por el gobierno de los Estados
Unidos.
Después de conocer todos estos elementos, solo puedo recomendar
volver a la pregunta inicial y que usted, amigo, saque sus propias
conclusiones.
22 de mayo de 2006
¿Era o no era agente?
(I)