(21 de
mayo de 2011)
Tormentas locales severas
Ni tan inusuales, ni tan predecibles
Orfilio Peláez
Las informaciones sobre el estado del tiempo
ofrecidas en los últimos días por especialistas del Centro de
Pronósticos del Instituto de Meteorología, han hecho alusión a la
ocurrencia de tormentas locales severas (TLS) en diferentes
regiones, como las reportadas en Jovellanos, Matanzas, Venezuela,
Ciego de Ávila, y la de este jueves en Jucarito, provincia de
Granma, con caída de granizos y vientos de hasta 121 kilómetros por
hora (lamentablemente la "severidad" está poco asociada al volumen
de precipitaciones ansiado).
Este
tipo de eventos son sumamente difíciles de pronosticar, por lo que
su ocurrencia sorprende en muchas ocasiones.
Algunas personas piensan que se trata de un suceso
natural poco usual, pero las investigaciones desarrolladas validan
la conveniencia de prestarle la mayor atención, debido a la
frecuencia y magnitud con que pueden presentarse en la mayor parte
del archipiélago cubano.
Según refleja la obra Climatología de las
Tormentas Locales Severas en Cuba, publicada en 1994 por el
fallecido meteorólogo Arnaldo Alfonso, las TLS suelen tener lugar
durante todo el año, pero el periodo de máxima actividad abarca de
mayo a septiembre.
De forma general, una tormenta recibe la
clasificación de severa cuando viene acompañada al menos por uno de
los siguientes fenómenos: tornados, caída de granizos, trombas
marinas y vientos lineales superiores a los 92 kilómetros por hora.
En
breve tiempo, las tormentas locales severas son capaces de ocasionar
considerables daños materiales.
Tienen la particularidad de que se gestan con suma
rapidez, casi siempre en horas de la tarde y, en breve tiempo, son
capaces de ocasionar considerables daños materiales y cobrar vidas
humanas.
El estudio realizado por un grupo de especialistas
del propio Centro de Pronósticos, encabezado por la doctora Gisell
Aguilar, encontró que entre 1987 y el 2002 sumaron alrededor de 1
600 las tormentas locales severas notificadas en el país de forma
confiable.
Aunque ocurren en todas las provincias, el mayor
número le corresponde a Matanzas, que reportó en esos tres lustros
un total de 468 TLS, seguida por Villa Clara (206), Camagüey (166),
y Holguín (158).
En cuanto a la distribución por meses, mayo encabeza
la lista al cuantificar 340. A continuación aparecen julio, con 274,
y junio con 273.
Sin embargo, los eventos de TLS más intensos y
destructivos registrados en Cuba fueron los sucedidos en marzo de
1983, 1987 y 1993, asociados a sistemas invernales.
Los resultados de la citada investigación mostraron
también que durante el periodo analizado, el máximo de granizadas
fue de 77 y se reportó en 1989.
Como explica el Máster en Ciencias Armando Caymares,
profesor de la asignatura de Meteorología de Mesoescala, en el
Instituto Superior de Tecnologías y Ciencias Aplicadas (INSTEC),
debido a su rápido desarrollo, las TLS son sumamente difíciles de
pronosticar en la mayoría de las ocasiones.
Su aparición es incentivada por la combinación de un
grupo de factores, entre ellos la presencia de significativas
diferencias en los valores de humedad relativa y temperatura, en los
distintos niveles de la troposfera (desde la superficie hasta los 18
kilómetros de altura en la zona tropical), lo cual genera gran
inestabilidad atmosférica.
Asimismo, muchas veces la severidad está determinada
por condiciones meteorológicas específicas del lugar en un momento
dado, y eso constituye otra dificultad a la hora de hacer una
predicción oportuna.
Hoy, el Centro de Pronósticos incorpora nuevas
herramientas científicas y actualiza los procedimientos operativos y
de información al público, a fin de ejercer una vigilancia más
efectiva y mejorar al máximo posible los pronósticos de TLS,
especialmente cuando están asociadas a sistemas de mayor escala. |
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