METEOROLOGÍA        

(3 de octubre de 2009)

¿Invierno a merced de El Niño?

Orfilio Peláez
pelaez@granma.cip.cu

La reaparición del publicitado fenómeno de El Niño en el Pacífico Ecuatorial centra el interés de los estudiosos del clima, dada su comprobada influencia en el comportamiento de los patrones meteorológicos globales.

Bajo la influencia del ENOS, en marzo de 1983 el litoral norte de la capital sufrió una inundación costera de gran magnitud, por penetración del mar.
 

Definido como un aumento de la temperatura superficial del mar por encima de lo habitual, en una amplia franja de agua que se extiende desde la zona central y oriental de la región antes mencionada hasta las costas de Sudamérica, el "terrible infante" suele surgir acompañado por cambios a gran escala de la presión atmosférica superficial entre los océanos Índico y Pacífico: la llamada Oscilación del Sur.

Lo anterior explica que los científicos prefieran nombrar ENOS a ese complejo proceso de interacción océano-atmósfera, capaz de provocar sequías extremas en diferentes lugares del orbe y lluvias torrenciales en otros, desplazamientos de especies marinas, brotes de enfermedades y pérdidas de cosechas, por citar algunos de sus más notables daños.

El término de El Niño fue acuñado por pescadores peruanos en la segunda mitad del siglo XIX, debido a que la corriente marina cálida casi siempre era observada en las costas del país sudamericano a finales del mes de diciembre.

Si bien las primeras evidencias sobre los efectos del fenómeno en Perú se remontan al año 1525, los investigadores han encontrado información geológica que datan su existencia desde tiempos milenarios.

Generalmente, aparece en intervalos comprendidos de dos a siete años. Los ENOS más intensos ocurridos en los últimos tiempos son los correspondientes a los periodos 1982-1983, y 1997-1998, en los cuales murieron miles de personas en diferentes partes del planeta, y las pérdidas económicas fueron astronómicas.

IMPACTOS SOBRE CUBA

El doctor Ramón Pérez, jefe del Centro del Clima del Instituto de Meteorología, dijo a Granma que la mayoría de los modelos de predicción sugieren que el calentamiento del mar en el Pacífico Ecuatorial continuará en los próximos meses, y para fines del presente año y principios del 2010, El Niño podría alcanzar la categoría de moderado.

Recordó que bajo la influencia del ENOS, el periodo seco en Cuba suele ser más lluvioso de lo habitual, y en ocasiones registra un incremento en la entrada de frentes fríos, acompañados de activas bandas de nublados con tormentas eléctricas y otras condiciones de tiempo severas, fundamentalmente de enero a abril.

De manera general, ello está asociado a la formación de una mayor cantidad de bajas extratropicales en el Golfo de México durante la etapa invernal. Así ocurrió por ejemplo en el primer trimestre de 1983.

Según indicó el especialista, desde el comienzo del verano el fenómeno ha sido uno de los protagonistas principales de la limitada actividad ciclónica registrada en la cuenca del Atlántico (solo seis organismos tropicales con nombre se han formado hasta ahora).

El Niño, apuntó el doctor Ramón, propicia la permanencia de fuertes vientos desfavorables al desarrollo de tormentas tropicales y huracanes en la atmósfera superior, al impedir que la energía pueda concentrarse en la incipiente circulación del aire en la vertical.

Las mencionadas corrientes actúan como si descabezaran el cuerpo del meteoro, reduciendo al mínimo sus probabilidades de desarrollo. Casi siempre en años con ENOS el número de estos sistemas disminuye de manera significativa en el área geográfica comprendida por el Atlántico Norte, el Golfo de México y el mar Caribe, y aumenta en el Pacífico oriental.

Pero de ninguna manera, aclaró, ello significa que Cuba no pueda ser azotada por algún ciclón en lo que resta de temporada.

Los investigadores del Centro del Clima mantienen un monitoreo permanente sobre la evolución de este verdadero engendro de la pareja océano-atmósfera.

Quizás para finales de octubre o principios de noviembre, sepamos con mayor certeza si nuestro benigno invierno transcurrirá a merced de los caprichos del bien llamado Niño "diabólico" del clima.

Relación de algunos años con apariciones de El Niño

1972-1973
1976-1977
1982-1983
1986-1987
1992-1993
1997-1998
2001-2002

 

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