METEOROLOGÍA        

(31 de mayo de 2003)

Temporada ciclónica

¿Bill se llamará el primero?

Orfilio Peláez

Un comienzo peculiar tendrá la venidera temporada ciclónica. El primer organismo que alcance la categoría de tormenta tropical se llamará Bill y no Ana, como aparece en la lista de nombres del 2003.

¿Acaso se cambió el tradicional orden alfabético para denominar a los ciclones?

La respuesta está en una de esas buenas jugadas de la caprichosa naturaleza. Ana ya se formó el pasado 20 de abril, en un curioso hecho no reportado por los anales de la meteorología para ese mes desde hace más de cien años.

Surgida en el Atlántico, al Nordeste de Las Bahamas, Ana tuvo en sus inicios la característica de ser una tormenta subtropical, hasta transformarse en tropical el día 22, con vientos máximos sostenidos de 85 kilómetros por hora, y una presión central de 996 hectopascal.

Entonces y como bien explica la doctora Maritza Ballester, especialista en ciclones del Instituto de Meteorología, aunque Ana fue un organismo tropical fuera de la temporada ciclónica (se extiende del primero de junio al 30 de noviembre), se le considera el primero del año 2003, y por eso la letra B encabezaría esta vez la relación de nombres para los próximos seis meses.

A Bill le seguirían Claudette, Danny, Erika, Fabián, Grace, Henri, Isabel, Juan, Kate, Larry, Mindy, Nicholas, Odette, Peter, Rose, Sam, Teresa, Víctor y Wanda.

Otro elemento que podría darle un toque llamativo a la temporada del 2003 es la probable presencia del fenómeno de La Niña en el Pacífico central y oriental (consiste en un enfriamiento de esas aguas por debajo del valor promedio), lo cual si en definitiva ocurre, incrementaría la actividad ciclónica en nuestra área geográfica, por encima incluso de los 10 organismos pronosticados.

Según la definición más aceptada por los expertos, el ciclón tropical es un enorme sistema de vientos, que acompañado de nubes y lluvias, giran alrededor de un centro de bajas presiones en dirección contraria a las manecillas del reloj, en el hemisferio Norte.

Tienen una extensa zona de influencia que puede alcanzar un diámetro de hasta 800 o más kilómetros, por tanto de ninguna manera es correcto asociarlo solamente con el punto representado por el centro.

Cada organismo es clasificado de acuerdo con la intensidad de los vientos máximos sostenidos. Así se le llama depresión tropical cuando esos vientos son inferiores a 63 kilómetros por hora. Si alcanzan velocidades de 63 a 117 km/h adquieren la denominación de tormenta tropical.

Por cierto a partir de esta categoría es que se les identifica con la lista aprobada con anticipación por el Comité de Huracanes de la IV Región de la Organización Meteorológica Mundial, en los idiomas inglés, francés y español, que se repite cada seis años y alterna nombres masculinos y femeninos.

Nunca vuelven a emplearse los de huracanes célebres por el alto número de víctimas fatales y daños materiales. Así sucede con Flora, Andrew o Mitch, por mencionar algunos ejemplos.

Para los huracanes existe una escala específica llamada Saffir-Simpson, que los divide en cinco categorías: Categoría 1 si el sistema tiene vientos máximos sostenidos entre 118 y 153 kilómetros por hora; categoría 2, de 154 a 177; categoría 3, de 178 a 209; 4, de 210 a 250, y categoría 5, si sobrepasa los 250 kilómetros por hora.

Hoy prevalece el criterio científico de que hay un resurgir de la actividad ciclónica en nuestra zona geográfica, sobre todo a partir de 1995.

Así, el sistema nacional de pronósticos tiene bien preparada su maquinaria humana y tecnológica, para enfrentar los avatares de la venidera temporada y estar en condiciones de seguirle la pista a cualquier sistema tropical que amenace al país, y transmitir esas oportunas observaciones a la Defensa Civil, a fin de garantizar el trabajo operativo de esa entidad en la protección de vidas humanas y recursos materiales.

En principio los ojos de los especialistas vigilarán con detenimiento el mar Caribe occidental, en especial el Golfo de Honduras, lugar donde con mayor frecuencia suelen formarse los ciclones tropicales de junio.

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