(30
de marzo de 2006)
Ciclones
tropicales
¿Otra temporada de
insomnio?
ORFILIO PELÁEZ
La venidera temporada
ciclónica del 2006 tiene grandes probabilidades de extender a nueve
la cadena de años consecutivos en los que el número de ciclones
tropicales con nombre, formados en la cuenca del Atlántico supere el
promedio anual de 10.
La
doctora Maritza Ballester es una de las autoras del modelo cubano
para el pronóstico de la actividad ciclónica en la cuenca del
Atlántico, que será emitido el 2 de mayo.
Al fundamentar ese
criterio, la doctora Maritza Ballester, investigadora del Centro de
Pronósticos del Instituto de Meteorología y una autoridad en el
tema, indicó a Granma que todas las predicciones foráneas coinciden
en que nuevamente la temporada será muy activa, pues se esperan
entre 15 y 17 tormentas tropicales, de las cuales 8 ó 9 pueden
alcanzar la categoría de huracán.
Varios factores
sustentan dichos vaticinios. En primer lugar, explica la
especialista, la mayoría de los modelos plantean la permanencia de
condiciones neutras en el Pacífico ecuatorial oriental durante los
próximos seis meses.
El
doctor José Rubiera muestra cómo se verán por televisión las
imágenes animadas del cono de trayectoria de un ciclón tropical.
Entonces, al menos por
ahora, no se avizora el desarrollo de un evento ENOS (El
Niño/Oscilación del Sur), y eso favorece el surgimiento de los
ciclones en nuestra área geográfica.
Al cierre de febrero, la
temperatura superficial del mar en la zona del Caribe y el Golfo de
México, mostraba valores ligeramente más cálidos a los reportados en
igual fecha del 2005.
Tal escenario propicia
un incremento de la actividad ciclónica, que se verá incentivada,
además, por el predominio de condiciones favorables en la
circulación del viento en la estratosfera inferior, a alturas de 21
a 24 kilómetros.
Autora del modelo cubano
de pronóstico del estimado de ciclones tropicales para el Atlántico
Norte, junto a la también investigadora Cecilia González y el doctor
Ramón Pérez, jefe del Centro del Clima del Instituto de
Meteorología, la doctora Maritza Ballester señaló que si bien
emitiremos nuestro vaticinio el día 2 de mayo, de manera preliminar
creemos que el número de organismos con nombre (reciben denominación
una vez alcanzada la categoría de tormenta tropical) pudiera estar
en el orden de los 15, de ahí que compartamos las predicciones
hechas por científicos norteamericanos y británicos.
Todo lo anterior
confirma una vez más que la región transita por un periodo de gran
actividad ciclónica iniciado en 1995, el cual de manera general
podría prolongarse durante los próximos tres o cuatro lustros.
Otro elemento
demostrativo de esta tendencia es que desde 1998 las ocho temporadas
transcurridas registraron una cantidad de ciclones tropicales por
encima de la media histórica, hecho nunca visto antes en la
cronología recopilada a partir de 1886.
Consultada acerca de las
posibilidades de que la próxima temporada fuera similar a la del
2005 (estableció todo tipo de record, entre ellos el de 27 tormentas
tropicales), la doctora Ballester explicó que el pasado año ocurrió
un proceso de enfriamiento en el Pacífico ecuatorial, cercano a las
costas de Sudamérica, y ello estimuló de manera adicional la
actividad ciclónica.
Al parecer ese factor no
se dará ahora. Tampoco puede olvidarse el notable calentamiento de
la superficie del mar observado en toda la cuenca del Atlántico,
cuyos valores fueron los más altos desde el inicio de las mediciones
de ese parámetro en 1951.
Es oportuno apuntar que
la temporada del 2005 volvió a ser noticia, pues tras la revisión
final de los datos, la marca de huracanes quedó fijada
definitivamente en 15 (la primacía anterior era de 12, establecida
en 1969), al elevarse a ese rango la tormenta tropical Cindy,
mientras el récord de huracanes Categoría 5 para una misma temporada
ascendió a cuatro, al incluirse el Emily dentro de la relación
formada por el Katrina, el Rita y el Wilma.
AJUSTANDO LA
MAQUINARIA
Ante las expectativas de
otro verano matizado por la alta frecuencia de ciclones en el
Atlántico Norte, el Golfo de México y el mar Caribe, Cuba pone a
punto su arsenal humano y tecnológico para enfrentar esas amenazas.
Según señaló el doctor
José Rubiera, jefe del Departamento de Pronósticos del Instituto de
Meteorología, el país recibirá la temporada de huracanes del 2006
con la completa automatización de los ocho radares meteorológicos
que conforman la red nacional, lo cual garantizará la cobertura en
tiempo real del seguimiento de la trayectoria y evolución de
cualquier sistema tropical que amenace nuestro archipiélago.
Como una herramienta más
para aumentar la efectividad del pronóstico de las diferentes
variables de los ciclones, se incorpora al trabajo operativo el
modelo MM5, adaptado a las condiciones de Cuba por especialistas del
Centro de Física de la Atmósfera, de la propia institución.
Gracias al nuevo sistema
de presentación del parte del tiempo en la televisión, cuando haya
una tormenta tropical o huracán, nuestro pueblo podrá ver de forma
animada el cono de trayectoria, las áreas de influencia del campo de
vientos con la fuerza esperada, el movimiento de los núcleos de
lluvia, las zonas más expuestas al impacto directo, los lugares de
la costa que pueden recibir los efectos de la surgencia o marea de
tormenta, y otros elementos que permitirán una mejor comprensión de
las características del fenómeno.
Para tranquilidad de
todos, los meteorólogos cubanos ya calzan sus armaduras frente a
este nuevo desafío de la naturaleza. Alberto pudiera ser la primera
de las batallas.
Nombres de los
ciclones del 2006
Alberto, Beryl, Chris,
Debby, Ernesto, Florence, Gordon, Helene, Isaac, Joyce, Kirk, Leslie,
Michael, Nadine, Oscar, Patty, Rafael, Sandy, Tony, Valerie y
William.
Cantidad de ciclones
tropicales con nombre en las últimas ocho temporadas:
1998 |
14 |
1999 |
12 |
2000 |
14 |
2001 |
15 |
2002 |
12 |
2003 |
16 |
2004 |
16 |
2005 |
27 |
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