Desarrollado por especialistas del Centro de Biomateriales (BIOMAT)
de la Universidad de La Habana, el producto tiene entre sus
principales virtudes la de propiciar el cierre instantáneo y
hermético de tales lesiones, sustituyendo de forma total o parcial
el material de sutura en dependencia de la magnitud de estas.
Presenta, además, un marcado carácter hemostático,
bacteriostático y fungicida, por tanto reduce de manera
significativa el riesgo de infecciones y la posibilidad de
sangramiento, sin necesidad de proteger la herida.
También es fácil de aplicar, no requiere de anestesia y favorece
una cicatrización más rápida y estética, pues evita la aparición de
queloides y otras complicaciones asociadas al rechazo de los puntos
quirúrgicos.
Al ser biodegradable, en la mayoría de las ocasiones no requiere
de una segunda consulta para retirarlo, lo cual resulta más cómodo y
menos traumático al paciente, sobre todo en el caso de los niños.
Luego de ser evaluado en diferentes ensayos clínicos, el
Tisuacryl obtuvo a finales de la década de los noventa del pasado
siglo su registro médico para ser empleado en Estomatología, en las
especialidades de Periodoncia y Cirugía Maxilofacial y en Cirugía
General, específicamente en lesiones de la piel.
Más reciente, en el 2008, recibió similar aval para aplicarse en
cirugía esofágica como reforzamiento de la sutura tradicional, con
la finalidad de prevenir la aparición de fístulas.
Devenido en el producto líder de BIOMAT, el Tisuacryl mereció
Premio Relevante del Fórum Nacional de Ciencia y Técnica en 1997,
Premio Anual de Innovación Tecnológica 2002, Premio Anual del
Ministerio de Salud Pública en el 2004 y Medalla de Oro y Premio a
la Calidad de la Feria Internacional Salud para Todos 2005.
En 2007 el Ministerio de Educación Superior lo incluyó dentro de
la lista de impactos de ese organismo que, teniendo en cuenta su
repercusión en la sustitución de importaciones y aporte social y
económico para el país, deben ser financiados a fin de propiciar su
comercialización.
Sin embargo, como se reflejó más de una vez en las páginas de
Granma (enero del 2007, febrero del 2008), el producto sufrió
diversos contratiempos que incluso llevaron a la paralización de su
producción en el primer trimestre del propio 2008.
El no disponer de un efectivo mecanismo institucional que
respaldara, en todas sus aristas, el desarrollo y la introducción
rápida de los resultados de la ciencia y la innovación tecnológica
alcanzados por los centros de investigación de la Universidad de La
Habana, también limitó drásticamente durante varios años la
generalización del Tisuacryl.
Como refiere a Granma la Máster en Ciencias Lissy Wong
Hernández, jefa del Departamento de Transferencia de Resultados de
la Investigación de BIOMAT, en la actualidad el panorama es más
alentador, pues a través de la Dirección Nacional de Estomatología
del MINSAP, durante los primeros meses del 2013 fue distribuido en
alrededor de 70 clínicas estomatológicas y servicios de
estomatología y cirugía maxilofacial, en hospitales de las quince
provincias y en el municipio especial Isla de la Juventud,
seleccionados por esa dependencia.
Precisó que en el pasado mes de febrero el Centro de
Biomateriales entregó ocho mil ampolletas a la Empresa de
Suministros Médicos (ENSUME), mientras que, en respuesta a una nueva
solicitud, produjeron un segundo lote de igual cantidad cuya
comercialización debe materializarse en pocas semanas.
La especialista lamentó que solo existan pedidos del MINSAP para
Estomatología, cuando, atendiendo a sus reconocidas ventajas, en
particular el ahorro de material de sutura y proporcionar mayor
bienestar al paciente, debería estar al alcance de policlínicos,
postas de urgencia y consultorios médicos, así como en los cuerpos
de guardia de hospitales y otros servicios.
Sobre el tema, la doctora Mayra de la C. Pérez Álvarez, quien
desde hace alrededor de una década ha estado al frente de distintos
ensayos clínicos con el Tisuacryl, dijo que después de tanto tiempo
ya era hora de ponerlo a disposición de la atención primaria.
Con ello el laureado resultado científico ganaría el más preciado
de los premios: su completa generalización al servicio de la salud
del pueblo.