"Ingresé en la Universidad de La Habana en 1948 y recuerdo que en
esa ocasión se aplicó por primera y única vez una suerte de examen
de ingreso para esa carrera, cuyo único objetivo era tratar de
establecer un proceder selectivo para favorecer a determinados
aspirantes."
Con los dirigentes de la FEU al frente, recuerda, nos opusimos a
tan discriminatorio método y tomamos la Escuela de Estomatología.
Armamos tanto alboroto que quitaron para siempre la citada prueba y
todos los matriculados en el primer año lograron iniciar los
estudios sin problemas, manifestó.
Aunque al principio todavía añoraba ser médico, poco a poco le
fue gustando cada vez más la estomatología, y al graduarse de
cirujano dental en 1954, figuraba entre los mejores expedientes de
su curso, y había hecho prácticas de cirugía bucal en el entonces
Hospital de Emergencias, de la capital.
Paralelo a una intensa actividad política de lucha contra la
tiranía de Fulgencio Batista, que lo hizo incorporarse al Movimiento
26 de Julio y ser responsable de una célula clandestina, Santana
Garay sobresale por su entrega total a los pacientes.
Especialista
de Segundo Grado en Cirugía Maxilofacial, el doctor Santana Garay
creó y puso en marcha hace casi tres décadas el programa de
prevención del cáncer bucal en Cuba.
Sus vínculos con la oncología comienzan casi de manera fortuita,
cuando en una reunión de médicos de esa especialidad, el
desaparecido profesor Zoilo Marinello expresa su inquietud porque
los estomatólogos cubanos no se preocupaban por el tema del cáncer
bucal.
"Aquel encuentro le dio un viraje a mi quehacer profesional y
decidí dedicarme por entero a la investigación y tratamiento de ese
tipo de neoplasia, que tiene como principales sitios de aparición la
lengua, el suelo de la boca, el paladar, las encías y la mucosa del
carrillo."
En los comienzos de la década del 60 del pasado siglo, Julio
Santana gana por oposición una plaza en el claustro de la Escuela de
Estomatología, donde ocupa el cargo de jefe del departamento de
Cirugía y Patología por más de tres lustros. Luego sería designado
vicedecano de Investigaciones y Educación de Postgrado.
También por esa época se incorpora al Servicio de Cabeza y Cuello
del Instituto Nacional de Oncología y Radiobiología. Recorre durante
años casi toda Cuba impartiendo conferencias y talleres, lo cual
sentó las bases para la futura instrumentación de un programa de
detección del cáncer bucal a nivel nacional.
Finalmente este fue oficializado en agosto de 1982 por resolución
del doctor Abelardo Ramírez, viceministro de Salud Pública en aquel
momento.
"El programa preparó a los estomatólogos del país para dominar
los procedimientos clínicos del examen bucal y poder detectar en
estadios bien tempranos lesiones de menos de un centímetro, etapa en
que esta enfermedad maligna es altamente curable."
Nuestras investigaciones, aseveró, demuestran que lesiones como
las manchas blancas, rojas y ulceraciones, son indicadores
potenciales de la probable aparición del cáncer bucal y en un alto
porcentaje son el resultado de la prevalencia de prácticas nocivas,
fundamentalmente del hábito de fumar y la ingestión de bebidas
alcohólicas.
Sobre los resultados del programa, el profesor Santana afirmó que
lo más notable es haber logrado reducir la morbimortalidad de tan
agresivo carcinoma, capaz de provocar rápidas metástasis si no es
diagnosticado a tiempo en toda la región cervical, y mantener la
curabilidad del 52% de los casos detectados después de cinco años,
comparable a lo reportado por las naciones más desarrolladas del
mundo.
"Lamentablemente no siempre los especialistas hacen el examen
clínico con el nivel de detalle requerido, ni los pacientes con alto
riesgo acuden al estomatólogo. Por eso resulta oportuno insistir en
que toda persona mayor de 15 años debe acudir a chequearse la boca
al menos una vez al año".
Es recomendable, además, que cada individuo aprenda a hacerse el
autoexamen bucal, algo en verdad sencillo, pues basta con pararse
frente a un espejo, mirarse por dentro la boca, y palparse todas las
estructuras interiores y el cuello, destacó.
Para el también Investigador Titular y de Mérito del Instituto
Superior de Ciencias Médicas de La Habana, el uso correcto del
método clínico es fundamental en la esfera de la oncología
maxilofacial, pues "con los ojos y las manos" pueden detectarse
buena parte de las lesiones premalignas (como promedio alrededor de
800 personas son diagnosticadas todos los años con cáncer bucal en
Cuba).
Asimismo, defiende a capa y espada el estrecho vínculo entre
investigación, docencia y asistencia, algo en lo que el doctor
Santana Garay es un verdadero paradigma.
En julio del pasado año la Asamblea de la Federación Odontológica
Latinoamericana (FOLA), acordó proclamar el 5 de diciembre, fecha de
su natalicio, como Día Latinoamericano de Lucha contra el Cáncer
Bucal, para rendirle merecido homenaje por haber dedicado toda su
vida profesional a enseñar, investigar y estimular la conciencia de
los profesionales de la región y del mundo en lo relativo a la
prevención y el diagnóstico precoz de ese carcinoma.
"Es un reconocimiento al cual concedo un gran valor, pero lo
importante es que me obliga a trabajar sin descanso, mientras la
salud me lo permita, en mejorar más el programa cubano y poder
instrumentar proyectos similares en el resto de los países
latinoamericanos, más allá de los que ya hemos aplicado en lugares
de México, Argentina, Colombia, Guatemala y Panamá."