De
la enfermedad de Parkinson sabemos "casi todo", afirmó en La Habana
el científico español José A. Obeso, profesor de Neurología e
Investigador Principal del Departamento de Neurología y
Neurociencias en la Universidad de Navarra, Pamplona.
En la actualidad, dice, se puede realizar el
diagnóstico prácticamente en un ciento por ciento de las personas
con esta dolencia, cuando hace apenas 20 años la imprecisión rondaba
el 30%. También es posible establecer un tratamiento eficaz durante
años y realizar la cirugía cuando es valorada como beneficiosa por
los especialistas.
Comunicador por excelencia en temas tan complejos
como el abordaje de las estructuras cerebrales, el doctor Obeso
explica que el Parkinson es una enfermedad que origina la pérdida de
neuronas de manera lenta y progresiva, principalmente en la zona del
cerebro donde fabrican la dopamina, una molécula encargada de
controlar y facilitar las actividades motoras. Es como el diabético
que le falta la insulina, indica.
Por tanto, cuanto menos dopamina exista, habrá menos
agilidad en los movimientos. Esa es la razón por la cual la marcha
en estos pacientes se va haciendo cada vez más lenta, más difícil la
escritura, parpadean menos y puede aparecer temblor o rigidez en los
músculos.
Las ciencias médicas están en capacidad de "reponer"
con medicamentos la falta de dopamina. Atendiendo a que este
padecimiento es de carácter progresivo, la pérdida de dopamina se va
acentuando con el decursar, lo que comporta que los efectos de los
fármacos sean menos óptimos. "La eficacia terapéutica disminuye,
precisa el doctor Obeso, porque no es posible modular el efecto de
la dopamina, y es entonces cuando la cirugía desempeña un papel de
importancia en el tratamiento".
En los años 1990 los investigadores descubrieron que
a menor existencia de dopamina, se producían más alteraciones en la
actividad de las neuronas, comprometiendo también una zona del
cerebro denominado "núcleo subtalámico" cuya función normal es
ejercer el control de los movimientos (literalmente frenar), a fin
de que no se originen movimientos indeseados. "Es como un policía
que regula la velocidad del tránsito", ejemplifica.
De ahí que una de las cirugías que se practica en la
actualidad es la subtalamotomía dorso-lateral selectiva, de la que
Cuba es pionera, que consiste en la eliminación de las zonas de esa
estructura del cerebro que funcionan en exceso y generan una
situación anormal del control de los movimientos.
Obeso considera que la "batalla pendiente" en el
tratamiento del Parkinson, objetivo prioritario de las
investigaciones en los próximos años, es detener el proceso
degenerativo de la enfermedad, impedir que avance y, a mediano
plazo, incluso curarla.
Conocedor de los avances científicos en Cuba,
considera que el Centro Internacional de Restauración Neurológica (CIREN)
es una institución de gran trascendencia mundial en su universo
asistencial y científico-investigativo, y en sus casi 20 años de
existencia se ha afianzado y se destaca "como una de las grandes
instituciones neurológicas del mundo".
El doctor Obeso acaba de participar en un evento
organizado por el CIREN, que no dudó en calificar de "fantástico",
con la presencia de líderes mundiales en investigaciones sobre el
Parkinson, porque esta enfermedad, además de los desórdenes motores
que produce, puede generar también trastornos emocionales y
conductuales, en lo que se realiza actualmente un notable esfuerzo
investigativo.