(1de
octubre de 2003)
En hospital
holguinero
Opción quirúrgica
contra el cáncer
ALEXIS ROJAS AGUILERA
HOLGUÍN.— En dos años,
en el hospital Lucía Íñiguez Landín, se han practicado más de 30
intervenciones con la técnica de la braquiterapia —radioterapia a
corta distancia— o implante del material radioactivo para el
tratamiento de tumores cerebrales malignos.
El
implante de cápsulas de Iridium 192 es una opción en la lucha contra
los tumores malignos de cerebro.
Los pacientes proceden
de diferentes provincias porque en este centro hospitalario es donde
único se realiza sistemáticamente la operación, apoyada en métodos
estereotáxicos o estereotácticos, términos que significan localizar
de forma precisa lesiones mediante las coordenadas alto, ancho y
profundidad.
Las intervenciones las
practica un equipo multidisciplinario encabezado por el doctor Julio
César Selva Infante, quien refirió a Granma que los tumores
craneales cancerosos, son por lo general procesos que sugieren el
empleo de tratamientos locales. Cita, entre estos, la colocación de
un isótopo radiactivo en la lesión, en forma de agujas o alambres.
Los alambres utilizados
—de los que se emplea una fracción por implante— son normalmente de
50 centímetros de largo y menos de un milímetro de grosor. Cada uno
se adquiere en el mercado mundial por 900 dólares y permite realizar
unas 15 operaciones, cuyo costo internacional ronda los 12 000
dólares por acto quirúrgico. En Cuba se aplica sin costo alguno para
el paciente.
Apuntó que la acción
biológica de los isótopos empleados en la destrucción de los tejidos
enfermos es controlada y garantiza la radioterapia al área tumoral
durante unos tres años, tiempo útil promedio del material
implantado.
Agregó que las
intervenciones craneales se realizan a cabello íntegro, porque esto
ofrece ventajas psicológicas y estéticas importantes para el
paciente, mientras que al galeno le resulta una garantía contra
ciertas infecciones, en todos los tipos de abordaje. Normalmente se
rasura al enfermo antes de intervenir, pero nosotros no lo hacemos,
dijo.
En el caso de la
braquiterapia, el tratamiento se efectúa directamente sobre el
tumor, con menor daño para el tejido sano que el producido por la
radioterapia convencional; se adecuan las curvas de efectividad
mediante el software Stassis a la forma y tamaño de la lesión; es
menor el edema agudo por radiación, no hay quemaduras externas de la
piel ni daño sobre las estructuras nerviosas como la visión y
audición, entre otros saldos positivos.
En general, resumió
Selva Infante, las ventajas de esta técnica son apreciables, al
lograr una mayor calidad en la atención al paciente, reducir la
estadía hospitalaria y el costo, conseguir buena recuperación de los
enfermos comparada con la cirugía convencional y aumentar la
supervivencia del paciente con tumor maligno, en algunos casos ya
con más de dos años.
La braquiterapia
cerebral es una opción de tratamiento para pacientes que no tienen
indicación de cirugía directa, aprovechando las ventajas del mínimo
acceso por el sistema cubano Estereoflex.
Lo conseguido en el
hospital clínico quirúrgico Lucía Íñiguez con la utilización de los
procederes estereotáxicos y el desarrollo integral de las
neurociencias en Holguín, son las bases para la creación, señalada
en junio del 2002 por Fidel, de un Centro Oriental de Restauración
Neurológica, proyecto en el que se trabaja. |