MEDICINA             

(24 de febrero de 2005)

Nefrología acerca sus servicios al paciente

JOSÉ A. DE LA OSA

A 35 años del inicio en Cuba de los trasplantes renales, uno de los primeros países en América Latina en realizar estos injertos, el sistema de salud cubano viene multiplicando sus esfuerzos para el desarrollo y consolidación de una red nacional de servicios de Nefrología.

Algunos de los iniciadores de trasplantes renales en Cuba. De izquierda a derecha Jorge Alfonzo, Sergio Arce, Reynaldo Mañalich y Charles Magrans.

El riñón fue el primer órgano trasplantado con éxito entre seres humanos a comienzos de la década del cincuenta del pasado siglo XX, y hacía realidad el sueño largamente acariciado por la humanidad de poder sustituir órganos enfermos por otros sanos.

El 24 de febrero de 1970 un grupo multidisciplinario de especialistas, dirigido por el profesor Abelardo Buch, director-fundador del Instituto de Nefrología en Ciudad de La Habana, practicó el primer trasplante exitoso a un joven de 16 años, Víctor Blanco Conde (con el riñón de un donante fallecido), quien tuvo una supervivencia de más de 20 años.

Los cirujanos principales fueron los profesores Oscar Suárez Savio y Alfredo Gómez Sampera y el equipo estuvo integrado también por Charles Magrans, Reynaldo Mañalich, Sergio Arce, Olga González Sureda, Armando Heras, especialistas en nefrología, urología, inmunología, conjuntamente con anestesiólogos, técnicos en laboratorio y enfermería. Luego, en los inicios de estas intervenciones, conformaron el grupo los doctores Adalberto Rodríguez López, Pedro Rodríguez Sotelo y Jorge Alfonzo.

Desde entonces, y hasta el pasado 31 de diciembre, se han realizado en el país 3 689 trasplantes. Solo en el año 2004 se practicaron 185, y es propósito anunciado por la Oficina del Centro de Coordinación Nacional de Enfermedad Renal Crónica, Diálisis y Trasplantes del Instituto de Nefrología, donde se evalúa esta problemática de salud, que los injertos se incrementen. Asimismo, con la incorporación del más moderno equipamiento y el personal de alto nivel científico con que cuenta el país, se lograrán indicadores de supervivencia cada vez más elevados.

De los primeros 17 pacientes que recibieron trasplantes en 1970, vive aún Miguel Acosta Báez, de Vueltas, en Villa Clara.

Actualmente funcionan en el país 9 centros de trasplante renal, radicados en Ciudad de La Habana (con cinco), Santa Clara, Camagüey, Holguín y Santiago de Cuba. A esta red se encuentran adscritos 42 hospitales como centros donadores de órganos.

Para el profesor Alfonzo, si le fuera dable destacar el rasgo más distintivo del grupo multidisciplinario del Instituto de Nefrología, no dudaría en señalar su consagración al trabajo. Por su parte, el profesor Arce indica que el Programa Nacional de Trasplantes constituye una unidad que garantiza su funcionamiento sobre bases científicas: la compatibilidad biológica entre donante y receptor.

En los dos últimos años, al calor de la Batalla de Ideas, en el desarrollo y consolidación de la Red Nacional de Servicios de Nefrología y Diálisis, se han producido avances verdaderamente importantes al ser incrementados y acercarse estos servicios adonde viven los pacientes.

De los 31 Servicios de Diálisis con que contaba el país en el 2002, se elevan hoy a 47, y junto a la construcción, remodelación y el montaje de un avanzado equipamiento, se realiza un programa docente para la preparación de los recursos humanos necesarios.

Para los especialistas en Nefrología lo más importante es evitar que los pacientes lleguen a la insuficiencia renal crónica, un fallo progresivo de la función global de ambos riñones, cuando solo es posible suplir las esenciales funciones de este órgano mediante la diálisis o el trasplante.

La prevención es posible cuando las personas con padecimientos de diabetes mellitus e hipertensión arterial, dos importantes causas del desencadenamiento de la insuficiencia renal crónica, son capaces de controlar adecuada y sistemáticamente estas enfermedades.

Por ello, nuestro sistema de salud viene desarrollando estrategias, desde el sistema de atención primaria, dirigidas a la prevención de la enfermedad renal crónica.

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