MEDICINA             

(2 de julio de 2005)

Coralina a toda vela

ORFILIO PELÁEZ

Codiciados desde tiempos remotos por sus atractivos ornamentales y contemplativos, los corales marinos también pueden ser buenos aliados de la ciencia moderna en el noble propósito de mejorar la calidad de vida del hombre.

Doctor Ramón González Santos.

Para fortuna de quienes habitamos en este archipiélago, Cuba ocupa el lugar 21 entre los 80 países del mundo con mayor reserva de corales, entre los cuales hay en nuestra plataforma abundantes cantidades del género conocido como Porites.

La idea de poder obtener un biomaterial que fuera capaz de restaurar o reconstruir el tejido óseo dañado o perdido por diferentes causas, ya fueran congénitas, traumáticas y patológicas, hizo que a finales de 1985 un equipo de especialistas del Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CNIC) viera en el citado coral la posibilidad de materializar ese objetivo.

Tras estudiar las diferentes poblaciones de Porites y hacer la selección correspondiente, los propios investigadores del CNIC diseñaron una tecnología para transformar químicamente el coral compuesto por carbonato de calcio y convertirlo en Hidroxiapatita (fosfato de calcio), que es el componente inorgánico fundamental del hueso.

El resultado marcó el nacimiento del producto conocido con el nombre comercial de Coralina HAP-200, que posee una gran similitud química y morfológica con el tejido óseo, de ahí su alta biocompatibilidad y capacidad de integrarse al entorno tisular, demostrada a lo largo de más de diez años de ensayos preclínicos y clínicos.

Al frente de los estudios relacionados con el desarrollo de la Hidroxiapatita coralina porosa por casi dos décadas, el doctor Ramón González Santos, jefe del Departamento de Biomateriales de la Dirección de Química del CNIC, precisó a este diario que la HAP-200 obtuvo su primer certificado de registro en 1992 como material de implante en estomatología y cirugía maxilofacial, mientras en 1995 logró similar validación en ortopedia y traumatología.

Apenas tres años después (1998) recibió la aprobación correspondiente para ser utilizada en la reconstrucción estética del globo ocular en aquellas personas que por diversas razones perdieron esa estructura anatómica. Hasta diciembre del 2004 se habían hecho cerca de 1 000 implantes oculares con ese material.

Según señala el doctor González, las bondades de la Hidroxiapatita coralina porosa en la reconstrucción o sustitución del tejido óseo dañado han sido comprobadas en más de 10 000 pacientes con varios años de seguimiento clínico, en cirugía cráneo maxilofacial, cirugía endobucal y odontología, ortopedia y traumatología, neurocirugía, cirugía estética, y otras especialidades.

En la actualidad, la Coralina HAP-200 está introducida en 110 instituciones del Sistema Nacional de Salud, lo cual convierte a Cuba en uno de los pocos países del mundo donde la totalidad de su población tiene acceso a un producto de primer nivel altamente cotizado en el mercado internacional, pues un gramo de Hidroxiapatita cuesta entre 70 y 100 dólares.

González aseveró que las cantidades de Hidroxiapatita producidas en el CNIC garantizan hoy la demanda nacional, mientras se amplían las exportaciones a varios países de América Latina donde ya tiene el registro médico.

Con el apoyo de especialistas del Instituto de Oceanología y de la Empresa GEOCUBA, se han desarrollado los estudios de impacto ambiental, los que demuestran la viabilidad de continuar explotando de manera sostenible los bancos de corales del género Porites para obtener la HAP-200, sin poner en peligro la supervivencia del ecosistema.

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