MEDICINA             

(15 de diciembre de 2005)

"Cemento" para sustituir huesos

ORFILIO PELÁEZ
pelaez@granma.cip.cu 

El sueño de poder cambiar órganos dañados fascinó al hombre desde tiempos remotos. Hace unos dos mil años los hindúes crearon procedimientos quirúrgicos de sustitución de narices amputadas, mientras en los escritos del cirujano renacentista Ambriose Paré aparecen ilustraciones de brazos, piernas y manos, hechas de metal.

El doctor José Ángel Delgado junto a la doctora Lizette Morejón.

Los avances tecnológicos del mundo actual rebasaron con creces aquellas quimeras. Baste citar los casos de personas que ayer eran sordas y oyen hoy gracias a un implante cloclear, o aquellas beneficiadas por la colocación de prótesis en diferentes partes del cuerpo, cada vez más duraderas y sin riesgo de rechazo.

Como parte de ese camino, la ciencia de los biomateriales ocupa un lugar de máxima prioridad en los países industrializados, pues se trata de obtener nuevos materiales y dispositivos que contribuyan a elevar la calidad de vida del individuo.

Así estos tienen entre sus principales funciones la de reemplazar órganos y tejidos enfermos o atrofiados por algún traumatismo (incluyen prótesis de articulaciones, cristalino artificial, piel sintética); mejorar la función de algún órgano específico (lentes de contacto, marcapasos), y solucionar problemas estéticos (prótesis de extremidades, de mama, oculares, mentón).

TREN FUTURISTA

El doctor en Ciencias Químicas José Ángel Delgado García-Menocal, jefe del departamento de Cerámicas y Composites (materiales compuestos) del Centro de Biomateriales de la Universidad de La Habana, trabaja junto a un equipo de investigadores de esa dependencia en el desarrollo de una segunda generación de biomateriales para la regeneración de estructuras óseas, basados en el empleo de cementos de fosfatos de calcio (CFC).

Las ventajas de utilizar los CFC con esos fines, explicó el doctor José Ángel, es que al mezclar las fases sólida y líquida que los conforman, se obtiene una suerte de cemento o pasta capaz de fraguar en pocos minutos, y de fácil adaptación a la forma y tamaño del defecto óseo a reparar.

También se reabsorben más rápido que las cerámicas de fosfato de calcio (hidroxiapatitas) utilizadas durante años como sustitutas del hueso, mientras algunos de esos cementos pueden ser inyectables, lo cual facilita su aplicación por técnicas quirúrgicas de mínimo acceso.

Dentro de esa línea, uno de los resultados más prometedores del Centro de Biomateriales es el producto BIOGRAFT-G (Granulado de cerámica de Beta-fosfato tricálcico, en fase de registro médico), que al propiciar el crecimiento del hueso y su consolidación, tiene amplias perspectivas de empleo en Estomatología, Cirugía Maxilofacial, Neurocirugía y Ortopedia.

Uno de los retos presentes de la ciencia de los biomateriales es aumentar más la tasa de reabsorción de los CFC con el objetivo de facilitar el crecimiento del tejido óseo en el interior del implante y lograr así una mejor integración al sitio receptor.

Los investigadores de nuestro centro, afirmó José Ángel, estamos montados en ese tren y en los últimos tiempos logramos incrementar el tamaño de los poros en algunos tipos de CFC conformados con estructuras tridimensionales, donde las células pueden intercomunicarse entre sí aumentando la velocidad de reabsorción y la posibilidad de inyectar toda la pasta al paciente diez minutos después de preparada.

Tal característica los convierte en una alternativa interesante para ser utilizada en la llamada ingeniería de tejidos, disciplina multidisciplinaria que aplica los principios de la ingeniería y ciencias como la Física, Química, Biología, Medicina y la Bioquímica, con la finalidad de disponer de sustitutos biológicos que restauren, mantengan o mejoren la función de órganos y tejidos.

El joven científico destacó la colaboración prestada por universidades españolas en el desarrollo de estos nuevos biomateriales, investigaciones que por su complejidad científica y tecnológica, son patrimonio casi exclusivo del Primer Mundo.

Para bien del hombre, la era de crear verdaderas "piezas de repuesto" de cada órgano comienza a traspasar los límites de la ciencia ficción.

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