(11
de mayo de 2006)
Desafío a las
alergias
BIOCEN puede producir
suficientes antialérgicos Valergen con el fin de situarlos en todas
las unidades de atención a esta enfermedad en el país. La entidad
desarrolla novedosos alergenos competitivos a nivel mundial con
perspectivas de aplicación clínica
MARIAGNY TASET
AGUILAR
El Centro Nacional de
Biopreparados (BIOCEN), en el municipio de Bejucal, en La Habana,
muestra hoy importantes resultados en el desarrollo de productos
efectivos para el diagnóstico y tratamiento de alergias. Esta es una
enfermedad que clasifica entre las de mayor prevalencia en el mundo
y la padece cerca del 20% de la población cubana.
A
diferencia del tratamiento farmacológico, los efectos de la
inmunoterapia perduran por varios años, asegura Alexis.
Recientemente la entidad
registró tres vacunas terapéuticas (Valergen DP, DS y BT) para
tratar el asma leve o moderada, elaboradas a partir de sustancias
extraídas de los tres tipos de ácaros que más inciden en Cuba como
causantes de alergias respiratorias (sobre todo asma). Tales
extractos alergénicos también permiten diagnosticar la sensibilidad
a ellos mediante pruebas en la piel.
En diálogo con Granma,
el máster Alexis Labrada Rosado, autor principal de las
investigaciones y jefe del Departamento de Alergenos de BIOCEN,
destacó el propósito para este año de situar estos fármacos en las
más de 60 consultas de atención al padecimiento existentes en el
país. Su extensión a más consultas, señaló, depende en gran medida
de las potencialidades de estos locales para garantizar el eficaz
servicio, pues los productos deben administrarse en condiciones
controladas.
Explicó que en la
mayoría de dichas unidades solo se ha trabajado con fórmulas a
escala de laboratorio, que no tienen la calidad y seguridad (con
mínimos riesgos de reacción) típicas en estos medicamentos
industriales, estandarizados a un nivel comparable con sus similares
en el primer mundo, de alto costo en el mercado internacional.
El
tratamiento anual con similares productos en el primer mundo
representa un alto costo.
Hoy existe
disponibilidad del Valergen en la capital y otras provincias como
Camagüey y Santiago de Cuba. Según afirmó el especialista, la
capacidad de producción del centro es suficiente para satisfacer la
demanda nacional actual: estimada en 20 000 bulbos anuales, que en
dependencia de su aplicación durante un año, representan un millón
de pruebas cutáneas o el tratamiento de 20 000 pacientes.
NUEVAS Y VENTAJOSAS
INVESTIGACIONES
En la actualidad BIOCEN
experimenta, de conjunto con otros centros, novedosos métodos para
desarrollar vacunas antialérgicas. Ahora los estudios, más que en el
antígeno, se centran en el adyuvante (componente encargado de
dirigir y potenciar la respuesta inmunológica adecuada) de los
posibles productos, destinados fundamentalmente a prevenir la
progresión de la enfermedad y optimizar las terapias.
"Aspiramos obtener
nuevas vacunas terapéuticas, incluso preventivas (`educadoras' del
sistema inmunológico), que ofrezcan ventajas respecto a las más
avanzadas existentes. Para ello investigamos el uso de ciertas
sustancias (liposomas y proteoliposomas) como adyuvantes, las cuales
nunca se habían utilizado para tal fin en productos industriales en
el mundo.
"Buscamos, en esencia,
lograr en el organismo un efecto protector superior y duradero ante
el desarrollo de la patología. Este enfoque no está presente en la
mayoría de los antialérgicos existentes hoy en el mercado
internacional, donde la prioridad se centra en tratamientos
farmacológicos para personas ya enfermas."
Expertos afirman que los
resultados obtenidos hasta ahora sugieren nuevas fórmulas más
efectivas y seguras en la inmunoterapia de pacientes alérgicos a
ácaros del polvo, que las empleadas en las vacunas actuales.
La efectividad se
alcanzaría con un número menor de inyecciones (de 20 a cuatro o
cinco) y en menos tiempo. Además, señalan que tales expectativas han
sido suficientes para la aprobación de una patente en Cuba, con
vistas al desarrollo de un producto farmacéutico.
Las investigaciones no
solo abarcan medicamentos inyectables. Los especialistas también
exploran otras vías a favor de la salud y el bienestar del
necesitado.
"Estamos evaluando
clínicamente el empleo de gotas sublinguales a partir de los
parenterales Valergen. De resultar eficaces, estas implicarían
riesgos de reacción aún menores y podrían administrarse bajo
condiciones más sencillas que las requeridas para estos últimos."
Algunas de las fórmulas
ya están patentadas y, asegura Alexis, el éxito depende mucho de la
colaboración con otras instituciones científicas. "Por ejemplo, en
la variante donde experimentamos con liposomas sintéticos como
adyuvantes, tales componentes son desarrollados por investigadores
de la Universidad de La Habana, para añadirlos a nuestros
ingredientes activos alergenos".
"También el Instituto
Finlay trabaja junto a nosotros en los estudios que incluyen
proteoliposomas (liposomas y proteínas derivadas de bacterias),
fórmula con la que estamos cercanos a realizar ya un ensayo clínico.
Otras entidades nos han brindado su apoyo, entre ellas el Centro de
Ingeniería Genética y Biotecnología y el de Inmunología Molecular."
Ahora, entre las
perspectivas de BIOCEN, figura expandir la producción a otros 20
extractos alergénicos (de hongos, epidermis de animales, insectos y
alimentos) para pruebas cutáneas. Según informes, ello cubriría
paulatinamente, en un periodo de tres años, las necesidades más
comunes del país en este sentido. |