INVESTIGACIONES     

(24 de agosto de 2012)

Avales de una inventiva

ORFILIO PELÁEZ
pelaez@granma.cip.cu

Desde que fue creado con su actual denominación en 1992, el capitalino Centro de Investigación y Desarrollo de Medicamentos (CIDEM) asumió la difícil encomienda de encabezar el programa de sustitución de importaciones del Ministerio de Salud Pública.

FOTOs: ANABEL díaz MENAOtro de los proyectos previstos es lograr encapsular un fármaco empleado en pacientes sometidos a trasplantes. En la gráfica aparece el doctor Orestes Darío López, junto al técnico Antonio Nogueiras.

En el transcurso de estas dos décadas, la entidad obtuvo una amplia gama de medicamentos genéricos, productos naturales, suplementos nutricionales, medios diagnósticos y otros compuestos, que garantizaron en gran medida las necesidades de la población y propiciaron un significativo ahorro en divisas a la economía nacional.

Más reciente en el tiempo, el CIDEM comenzó a incorporar la nanotecnología y las nanociencias al diseño de promisorios fármacos de acción sostenida, cuya finalidad es lograr productos capaces de mantener en la sangre de forma permanente la dosis requerida por el paciente.

Cápsulas de semilla de calabaza, obtenidas en el CIDEM mediante la novedosa tecnología.

También labora en la búsqueda de los llamados medicamentos dianas, los cuales al ser introducidos en el organismo actuarían exclusivamente en el lugar donde exista la lesión.

Ello no solo haría más efectiva la acción terapéutica, sino que reduce también las dosis a suministrar y los efectos secundarios, por tanto, son considerados ideales para el tratamiento del cáncer.

SALDAR UNA IMPOSTERGABLE DEUDA

Como explica el doctor en Ciencias Técnicas Orestes Darío López Hernández, investigador del CIDEM, otra de las aristas de trabajo de la institución es el empleo o desarrollo propio de avanzados procedimientos para la elaboración de fármacos, capaces de facilitar el más rápido tránsito del laboratorio al escalado industrial, logrando un resultado final de mayor efectividad y económicamente factible.

Hace apenas unos meses, el joven ingeniero químico mereció uno de los Premios Nacionales de la Academia de Ciencias de Cuba correspondientes al 2011, por ser el autor principal de una novedosa tecnología para sustituir las cápsulas blandas en la fabricación de compuestos orales que contengan algún tipo de aceite, como son los casos de la vitamina E y determinados antinflamatorios no esteroideos.

Así un grupo de especialistas y técnicos de la institución, encabezados por el doctor López Hernández, concibieron lo que científicamente se denomina Tecnología de microencapsulación mediante secado por aspersión, en cuya validación emplearon los lípidos extraídos de la semilla de calabaza (Cucurbita pepo L), utilizada desde hace algún tiempo en varios países del orbe para tratar la hiperplasia benigna de la próstata.

Entre sus principales ventajas aparece el poder llevar ese proceso al escalado industrial a un costo factible de aplicar y generalizar, incorporar los aceites a formas de microcápsulas sólidas, con una estabilidad superior a los 18 meses; además de propiciar el máximo aprovechamiento de la semilla de calabaza, al incrementarse de manera notable la efectividad de la sustancia activa.

Según afirma el experto, la tecnología está avalada con la patente otorgada en el 2011 por la Oficina Cubana de la Propiedad Industrial (OCPI), y el CIDEM presentó el expediente al Centro para el Control Estatal de los Medicamentos (CECMED), para iniciar los ensayos clínicos del promisorio medicamento.

Entregado con vehemencia a la investigación, el doctor Orestes se plantea nuevos objetivos y ya trabaja en varios proyectos dirigidos a encapsular con esta tecnología vitaminas A, E y C, otros aceites como el Omega 3, y un importante fármaco inmunosupresor (Ciclosporina), empleado en los pacientes sometidos a trasplantes de órganos.

Está convencido de que la ciencia debe aportar mucho más a la economía nacional y al bienestar de los ciudadanos. Para él y sus colegas del CIDEM, cada nuevo estudio a emprender es una oportunidad para ir saldando tan impostergable deuda.

 

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