Nacido en 1991 dentro de una pequeña área
experimental del Instituto de Oncología y Radiobiología, el Centro
de Inmunología Molecular (CIM) es hoy un verdadero paradigma de la
industria biotecnológica cubana, cuyas instituciones incorporaron
desde un principio el concepto de trabajar a ciclo completo: asumir
la investigación, producción y comercialización de sus resultados.
Doctor
en Ciencias Agustín Lage Dávila, director del Centro de Inmunología
Molecular.
Con un colectivo integrado por alrededor de mil
trabajadores, en el recién finalizado año las exportaciones de la
entidad perteneciente al Polo Científico del Oeste de la capital,
crecieron en un 11 % con respecto al 2010, la productividad del
trabajo sobrepasó los 130 000 pesos por trabajador, y se puso en
marcha la nueva planta de anticuerpos monoclonales, que recibió la
certificación de Buenas Prácticas de la agencia regulatoria cubana (CECMED),
de la brasileña y de la empresa japonesa Daiichi-Sankyo.
También resulta oportuno mencionar el notable
incremento en la fabricación de la Eritropoyetina humana
recombinante para el tratamiento de la anemia por insuficiencia
renal crónica, lo cual garantiza la cobertura total de ese producto
a cada paciente cubano que lo requiera, y representa una importante
contribución a los ingresos en divisas del CIM al llegar a más de
doce naciones.
Para el Doctor en Ciencias Agustín Lage Dávila,
director fundador del Centro de Inmunología Molecular, el 2011 se
caracterizó por la consolidación de importantes ensayos clínicos
iniciados anteriormente y que ahora generaron respuestas
promisorias.
El
sentido de compromiso con la sociedad explica la consagración del
colectivo de trabajadores, cuya edad promedio es de 35 años.
"El anticuerpo monoclonal humanizado Nimotuzumab-R3,
utilizado desde hace un tiempo en la terapia de tumores avanzados de
cabeza, cuello y cerebro, en combinación con radioterapia y/o
quimioterapia, continuó mostrando señales alentadoras en esas
indicaciones y obtuvo también su registro para combatir neoplasias
de esófago de origen epitelial."
Actualmente, precisó el reconocido científico, el
producto lo estamos usando en ensayos clínicos para otras once
localizaciones de cáncer, entre ellos los de pulmón y cuello del
útero, donde con carácter preliminar arroja evidencias terapéuticas
muy estimulantes.
Fuera de nuestras fronteras ya tiene registro en 25
países, y se hacen ensayos clínicos en naciones altamente
desarrolladas, como Japón y Alemania, indicó el doctor Lage.
Sobre el estado actual de las investigaciones
referidas a la vacuna terapéutica CIMAVAX-EGF contra el cáncer de
pulmón avanzado, manifestó que en el 2011 terminó un ensayo clínico
FASE III en 351 pacientes, mostrando resultados estadísticamente
favorables en cuanto a prolongar la supervivencia de los enfermos.
Explicó que debido a su baja toxicidad al no
provocar los desagradables efectos secundarios de la quimioterapia y
la radioterapia, el tratamiento con este producto se llevó el pasado
año al nivel primario de atención médica y se aplicó a unos 500
pacientes en más de 60 policlínicos.
Al abundar sobre el tema, el director del CIM
precisó que dada la multiplicidad de factores causantes del cáncer,
encontrar una forma única de curarlo es sumamente difícil, por eso
el propósito de las vacunas terapéuticas es tratar de mantener el
tumor controlado por largos periodos, retrasando o impidiendo su
progresión.
"Se trata en esencia de convertir el cáncer avanzado
en una enfermedad crónica que pueda mantenerse bajo control durante
mucho tiempo, como sucede con la diabetes y la hipertensión
arterial, por mencionar algunos ejemplos, propiciándoles a los
enfermos más años de supervivencia con una calidad de vida aceptable
que les permita trabajar y hacer las mismas actividades de una
persona no enferma."
En estos momentos estamos ensayando la CIMAVAX-EGF
en neoplasias de próstata, y trabajamos en un segundo producto de
estas características para el propio carcinoma del pulmón.
De lograr los resultados esperados, enfatizó,
podríamos obtener su registro en el transcurso del 2012 y Cuba
dispondría así de dos vacunas, que junto al anticuerpo monoclonal
NIMOTUZUMAB-R3, y otros productos, propiciaría el diseño de
combinaciones terapéuticas más eficaces contra esta enfermedad que
ya es la primera causa de muerte en diez provincias del territorio
nacional.
En opinión del doctor Agustín Lage, el despegue
científico y productivo del CIM va más allá del alto nivel
profesional de sus investigadores y técnicos. Aquí, señala, hemos
alcanzado un equilibrio entre ambas actividades, hay un esfuerzo
permanente de aprendizaje, de intercambiar conocimientos, abordar
temas novedosos, y concedemos a las ciencias básicas la prioridad
que merecen.
Ya en el plano individual, logramos promover una
cultura de la motivación en cada trabajador, sobre la base de que
comprendan el valor humano de su labor, cuántas vidas pueden salvar
o prolongar, y la contribución que pueden hacer al de-sarrollo del
país. Ese sentido de compromiso con la sociedad explica más que nada
el esfuerzo y la consagración del colectivo.
Cuando el Comandante en Jefe de la Revolución cubana
inauguró el entonces nuevo edificio del Centro de Inmunología
Molecular, hace 17 años, dijo con orgullo que su apertura en pleno
Periodo Especial no era un lujo, sino una promesa de salud para el
pueblo y de ingresos para nuestra economía. Tal profecía se hizo
realidad.