INVESTIGACIONES     

(17 de diciembre de 2011)

Instituto de Investigaciones Avícolas

Donde la constancia cosecha buenos resultados

SHEYLA DELGADO GUERRA

Cuando en 1961 llegó por casualidad a la entonces Escuela de Superación Avícola —primera de su tipo en Cuba—, José Ramón Villa apenas imaginó que encontraría allí su verdadera vocación. Pero así fue.

Foto: Anabel Díaz MenaLa mayoría de los naveros y técnicos avícolas, tanto en el IIA como en el país, son mujeres.

Fundador del Instituto de Investigaciones Avícolas (IIA) —y actualmente jefe del Departamento de Genética— este hombre ha consagrado buena parte de su vida a la avicultura.

Por eso, cuando después de jubilado lo llamaron para reincorporarse al Instituto, Villa ni siquiera se detuvo a pensarlo.

HACIENDO CIENCIA PARA LA AVICULTURA

Creado en 1976 con el nombre de Centro de Investigaciones Avícolas, el Instituto cumplió el pasado jueves su trigésimo quinto aniversario con la satisfacción de haber realizado aportes concretos al desarrollo de nuestra economía.

Con la misión de proveer a la producción avícola nacional de todas las tecnologías referentes a la genética, la nutrición y la salud de las aves, así como brindar servicios científico-técnicos, docentes y de asistencia técnica a la base productiva, este instituto —único de su tipo en el territorio nacional— cuenta con el genofondo avícola cubano, contentivo de 18 genotipos entre razas y líneas que están destinadas tanto a la conservación como a la mejora genética. Además, posee dos estaciones experimentales donde se llevan a cabo las investigaciones.

Cuatro son sus directrices esenciales: la investigación —con énfasis en la producción genotípica—, los servicios científico-técnicos, la docencia y la asistencia técnica. En ellas radica su razón de ser y la motivación para seguir haciendo una avicultura sostenible y eficiente.

CUANDO INVESTIGACIÓN Y PRODUCCIÓN VAN DE LA MANO

La avicultura cubana se desarrolla en tres direcciones fundamentales: a la primera se le conoce como industrial o especializada y es la que garantiza el suministro de huevos para la canasta básica; le sigue la intermedia, la cual realizan varios organismos para su autoabastecimiento; y la tercera se corresponde con la cría de traspatio o familiar.

"Nuestro Instituto asiste técnicamente las tres variantes, priorizando la potenciación de la especializada, por su impacto socio-económico", explicó a Granma Gustavo Madrazo, subdirector de Ciencia y Técnica, quien se refirió también a la obtención de dos híbridos —las gallinas L-33 y L-84— a partir de la selección y la mejora genética de líneas importadas, que presentan un comportamiento altamente productivo y se han adaptado a las condiciones de crianza del país.

A esto se unen otros importantes logros durante las tres décadas y media de investigación, desde la obtención de una gallina ponedora con un potencial genético superior a los 300 huevos en 52 semanas, hasta la de una gallina semirrústica para la cría familiar, con una producción media de diez a doce huevos mensuales, con alimentación no convencional.

Han conseguido, también, un pollo campero que es capaz de alcanzar entre 1, 4 y 1,6 kilogramos de carne en ocho o nueve semanas sin consumir pienso industrial, y un pavo semirrústico para la cría semiconfinada en zonas rurales. Todos estos logros han merecido relevantes premios, entre ellos los de Academia, Innovación Tecnológica y Organismo.

Asimismo, divulgan dichos logros mediante diferentes vías, especialmente en la Revista Cubana de Ciencia Avícola —fundada en 1966— cuya edición corre a cargo de especialistas del propio instituto y que ha servido de enlace entre investigadores, técnicos y productores, a partir de las investigaciones inéditas obtenidas en este campo, a nivel nacional.

La revista se intercambia con más de 60 países, gracias a lo cual se obtienen aproximadamente 90 títulos con más de 550 números especializados de un elevado nivel documental. También se editan folletos, manuales y otros instructivos útiles sobre estas temáticas.

Particular significación reviste igualmente la docencia, dirigida a capacitar a técnicos y profesionales del ramo, así como extender su radio de acción a aquellos productores de traspatio que, desde sus casas, emplean los beneficios de la ciencia que el Instituto les proporciona. Cursos de capacitación, postgrados a cubanos y extranjeros, colaboración con organizaciones no gubernamentales y disímiles instituciones, así como servicios especializados de asesoría, inspección, difusión y transferencia tecnológica, se destacan además en este sentido.

CON LOS PIES EN EL PRESENTE Y LA MIRADA EN EL FUTURO

"Para el próximo año se prevé probar dos nuevos híbridos para la producción de huevos, continuar con la mejora genética del pollo campero, perfeccionar el sistema de atención a la base productiva e intensificar la oferta de cursos de postgrados y de capacitación a operarios del sector agropecuario, técnicos de nivel medio, administrativos y productores de traspatio. Esto sin descuidar la vigilancia sobre las enfermedades de las aves", explicó Juan José Bermúdez, director del Instituto.

Con estas expectativas a las puertas del 2012, poniendo los pies en la tierra y la cabeza en función del desarrollo avícola, ese colectivo ha encontrado en la ciencia una herramienta y en la avicultura, su pasión.

Investigar y producir: he ahí dos infinitivos imprescindibles en su diccionario del día a día. Y esa ha sido, sin duda, la mejor forma de celebrar su 35 cumpleaños.

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