(17 de
septiembre de 2011)
Barrera natural para proteger
la costa
Orfilio Peláez
pelaez@granma.cip.cu
Propiciar la preservación de los arrecifes coralinos es una de
las prioridades emanadas del Macroproyecto peligros y vulnerabilidad
costera 2050-2100, iniciado hace casi cuatro años y cuyos resultados
colocan a Cuba en una situación ventajosa para prever y enfrentar
los impactos del cambio climático.
Las
crestas de arrecifes en la ensenada de Cazones, al sur de Matanzas,
figuran entre las mejor conservadas del país.
Consistentes en estructuras geológicas sólidas del relieve
submarino, de origen biológico, notable belleza y variedad de
formas, que aparecen sobre algunos fondos marinos de zonas
tropicales y subtropicales, ocupan en el mundo un área estimada de
617 000 kilómetros cuadrados.
Aproximadamente el 15 % de los arrecifes coralinos del orbe se
concentra en la llamada región del Gran Caribe (que incluye a Cuba,
otras islas del mar Caribe, el Golfo de México, las Bahamas y las
Bermudas) y constituyen un importante recurso económico, social,
ecológico y paisajístico.
Dentro del medio marino son considerados el ecosistema más rico
en especies, pues en ellos habitan recursos pesqueros tan
apreciables como la langosta, diversos tipos de camarón, pargo,
cherna y otros de alta demanda.
El
doctor en Ciencias Pedro Alcolado labora en el Instituto de
Oceanología, donde ha desarrollado diferentes investigaciones sobre
los arrecifes coralinos.
Incluso, los expertos estiman que el potencial de captura de
peces, crustáceos y moluscos, presentes en los arrecifes a nivel
internacional, podría rondar los nueve millones de toneladas
métricas.
Al ser sumamente sensibles a los cambios ambientales sirven como
indicadores del estado de la calidad del agua en los trópicos,
además de refugio o sitio ideal para la reproducción de gran
cantidad de especies; albergan organismos portadores de sustancias
de posible uso en la medicina y constituyen uno de los escenarios
submarinos preferidos por los turistas.
APUESTA POR LA RECUPERACIÓN
En el archipiélago cubano los arrecifes coralinos cubren
alrededor de 3 200 kilómetros del borde de la plataforma marina.
Aparecen en forma de crestas, promontorios y barras alternadas con
canales de arena, que los pescadores llaman cangilones.
Según las investigaciones desarrolladas por expertos del
Instituto de Oceanología del Ministerio de Ciencia, Tecnología y
Medio Ambiente, 41 agrupaciones de crestas de arrecifes analizadas
presentan diferentes grados de deterioro, en áreas situadas al sur
de la Isla de la Juventud y Pinar del Río, Jardines de la Reina, y
la cayería norte Sabana-Camagüey, por mencionar algunos ejemplos.
Como explica a Granma el doctor en Ciencias Pedro M.
Alcolado, una de las voces más autorizadas en el tema, entre las
principales causas del declive de los corales en Cuba figura la
sedimentación, el crecimiento descontrolado de algas, el aumento de
la frecuencia de huracanes intensos, la pesca excesiva, y la
ocurrencia de enfermedades propias de ese ecosistema, incluido el
blanqueamiento.
Lo último resulta más evidente a partir de principios de los años
80 del pasado siglo debido al aumento de la temperatura y la acidez
del mar, ocasionado por la acumulación de gases de efecto
invernadero (dióxido de carbono, metano) en las altas capas de la
atmósfera.
Junto con los manglares, precisó el especialista del Instituto de
Oceanología, las crestas de arrecifes coralinos constituyen
verdaderas barreras naturales que protegen de manera efectiva la
costa frente a la erosión causada por el oleaje.
Son una suerte de "muro" poco profundo, capaz de amortiguar los
efectos del aumento del nivel medio del mar, lo cual representa a
largo plazo la principal amenaza del cambio climático sobre los
asentamientos costeros, instalaciones socioeconómicas y ecosistemas
como las playas, subrayó Alcolado.
Las proyecciones hechas por los meteorólogos cubanos sugieren una
elevación de ese indicador entre 27 y 85 centímetros para los años
2050 y 2100, respectivamente, mientras los estimados de los
oceanógrafos del Instituto de Oceanología apuntan a valores máximos
de 31,14 y de 84,92 centímetros, en los plazos antes mencionados.
El propósito inmediato del Ministerio de Ciencia, Tecnología y
Medio Ambiente es frenar el declive de los arrecifes de coral y
reforzar las medidas dirigidas a su protección en todo el
archipiélago. La cuenta regresiva de tan crucial desafío ecológico
ya comenzó.
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