Para beneplácito de la industria biotecnológica nacional, la
nueva planta de anticuerpos monoclonales terapéuticos del Centro de
Inmunología Molecular (CIM), se encuentra en fase de ajuste y puesta
en marcha, tras culminar con éxito el proceso constructivo.
Diseñada totalmente por especialistas cubanos y dotada de la
tecnología más moderna dirigida a fabricar esos promisorios fármacos
para el tratamiento del cáncer a partir del cultivo de células de
mamíferos (algo que solo hacen cinco o seis países en el mundo), la
instalación multiplicará por diez la capacidad productiva original
del CIM en lo referido a ese renglón particular.
El
doctor en Ciencias Técnicas David Curbelo explica detalles sobre el
funcionamiento de la nueva planta de anticuerpos monoclonales
terapéuticos.
Como señala el doctor en Ciencias Técnicas David Curbelo
Rodríguez, director de la planta, el promedio de edad del personal
que labora en ella es de 30 años, y lo conforman básicamente,
ingenieros químicos, bioquímicos, técnicos en química y farmacia
industrial, de alta calificación, capaces de operarla sin asesoría
del exterior.
En las diferentes etapas del proceso inversionista participaron
de manera fundamental fuerzas de la ECOA 24, la Empresa de
Construcción y Montaje Especializado del MICONS, y de la Empresa de
Proyectos de Ingeniería 2, de COPEXTEL y de Alastor, entre otras
entidades.
La
moderna instalación multiplicará por diez la capacidad productiva
original del Centro de Inmunología Molecular.
Según precisó el doctor Curbelo, uno de los objetivos principales
de esta verdadera joya tecnológica consiste en satisfacer la
creciente demanda nacional y los cada vez mayores requerimientos de
exportación del anticuerpo monoclonal Nimotuzumab, destinado al
tratamiento de tumores avanzados de cerebro, cabeza y esófago.
Este producto inyectable antitumoral actúa contra el receptor del
factor de Crecimiento Epidérmico e inhibe el crecimiento de la
lesión maligna.
Combinado con los demás esquemas terapéuticos tradicionales, su
empleo reporta una significativa disminución del tamaño del tumor en
un elevado porcentaje de los casos (los oncólogos prefieren hablar
de aumento de las tasas de remisión completa y parcial), además de
incrementar la expectativa y calidad de vida de los pacientes.
Tiene registro sanitario en 25 países y actualmente se
desarrollan ensayos clínicos en Estados Unidos, Japón, Canadá y
Alemania, mientras en Cuba es evaluado al menos en otros once tipos
de neoplasias.
En la investigación y desarrollo del Nimotuzumab ha sido vital el
apoyo y la colaboración brindados por los grupos multidisciplinarios
de oncólogos y demás personal médico de diferentes hospitales e
instituciones del sistema nacional de salud.
Los productos del CIM son exportados en la actualidad a 26
naciones, y la planta asumirá también la fabricación de algunos de
ellos, cuya demanda aumentó en el mercado exterior, como ocurre con
la Eritropoyetina Humana Recombinante, para tratar la anemia por
insuficiencia renal crónica y otras causas.
El doctor Curbelo aseveró que las cantidades actuales de esta
glicoproteína satisfacen plenamente las necesidades nacionales.
Hasta el mes de septiembre en curso, el Centro de Inmunología
Molecular tiene concedidas 259 patentes en el exterior, y 432 están
en fase de trámite.
APUESTA POR LA ESPERANZA
Para el doctor Agustín Lage, director fundador del CIM, resulta
vital preparar al país ante el escenario de un mercado mundial
farmacéutico donde cada vez más crece el protagonismo de los
productos biotecnológicos.
Indicó que actualmente el centro tiene tres anticuerpos
monoclonales en ensayos clínicos, y se dan los pasos para asumir la
fabricación de otros cuatro por asimilación de tecnologías, una vez
que venzan las respectivas patentes.
La nueva planta, indicó, podrá asumir las producciones futuras de
esos siete medicamentos, junto con el Nimotuzumab, y el iort t3,
utilizado para evitar el rechazo en las personas sometidas a
trasplante renal.
"Si con tiempo suficiente la máxima dirección del país no hubiera
orientado la ampliación de nuestra capacidad productiva, a corto y
mediano plazos tendríamos resultados de impacto que estaríamos
imposibilitados de fabricar a escala masiva."
Acerca de las perspectivas de las llamadas vacunas terapéuticas
contra el cáncer, precisó que su propósito es tratar de estimular el
sistema inmunológico del organismo para que este genere los propios
anticuerpos contra la neoplasia. Con ello, pretendemos actuar sobre
la evolución del tumor y bloquear su crecimiento y desarrollo.
El objetivo final es transformar el cáncer avanzado en una
enfermedad crónica controlada, como puede ser la hipertensión
arterial o la diabetes.
Si se lograra tal propósito, un paciente enfermo de cáncer en
estadio III y IV, podría vivir determinada cantidad de años con
buena calidad de vida; es un sueño al cual no renunciamos,
sentenció.