"Desde que en 1988 la máxima dirección del país
orientó introducir de manera acelerada los posibles usos de las
zeolitas en la agricultura, construcción, medicina y otros campos,
numerosos centros científicos se volcaron al estudio de sus
propiedades, demostrando las ventajas de emplearlas como sustrato
para el cultivo de plantas ornamentales, frutales y vegetales;
suplemento dietético en la alimentación animal, aditivo de
fertilizantes y cementos; así como tratamiento de residuales".
Llegaron a existir 33 grupos multidisciplinarios
dedicados a este asunto, donde participaban especialistas del Centro
Nacional de Investigaciones Científicas (CNIC), el Centro de
Investigaciones y Proyectos para la Industria Minero-Metalúrgica (CIPIMM),
el Instituto de Ciencia Animal, el Centro de Investigaciones
Geológicas, y otras entidades. En 1991 la producción nacional en los
cuatro yacimientos disponibles alcanzó alrededor de 600 000
toneladas.
Realmente, enfatiza, logramos acopiar el máximo de
conocimientos acerca de las cualidades de la zeolita, y creamos una
verdadera industria, que en aquella época nadie tenía en el mundo.
Tan impetuoso auge condujo a que le llamaran
públicamente el mineral del siglo, término que "no fue acuñado por
los científicos", como aclara el hoy investigador del Instituto de
Ciencia y Tecnología de Materiales (IMRE), de la Universidad de La
Habana.
Dificultades asociadas a la baja calidad del mineral
entregado, y otros inconvenientes, contribuyeron de manera adicional
al significativo decrecimiento de la demanda.
Todo ello, precisó, condujo al lamentable "engavetamiento"
de muchos resultados científicos de-sarrollados a partir de las
zeolitas y validados en la práctica, que en las condiciones actuales
valdría la pena retomar para bien de la economía nacional.
Citó el caso de los fertilizantes zeolíticos
mezclados —muy eficaces para incrementar los rendimientos del maíz,
los frijoles, el tomate, sorgo, caña de azúcar, papa, plantas
aromáticas, y otros cultivos— cuya fabricación en Cuba (la
tecnología fue transferida a México) se redujo significativamente.
Obtenerlos nuevamente y emplearlos en viveros y
parcelas de los pequeños agricultores sería de suma utilidad para
incrementar la producción de alimentos, acotó.
Igual sucede por ejemplo con la Colestina, un
aditivo empleado en la dieta de gallinas ponedoras, pollos de
engorde, y cerdos, capaz de reducir el contenido de grasas y
colesterol en carnes y huevos, o las tabletas antidiarreicas para
adultos Enterex, primer medicamento basado en zeolita natural
registrado en el mundo, obtenido por el IMRE en colaboración con los
Institutos de Gastroenterología, y el de Farmacia y Alimentos.
Lo paradójico del caso del Enterex, explica el
doctor Rodríguez, es que se trataba de un proyecto del Ministerio de
Salud Pública, y la IMEFA lo produjo y comercializó en la red de
farmacias hasta el año 1999. A pesar de sus buenos resultados en el
tratamiento de las diarreas dejó de fabricarse y nunca supimos las
razones, indicó.
Menciona, además, los sistemas de purificación de
agua ZZ para consumo humano y animal, basados en la zeolita natural
purificada y modificada, con sales de zinc.
Validado en instituciones de reconocido prestigio,
como el Instituto Finlay, y el de Medicina Tropical Pedro Kourí, se
trata de un potente microbicida de amplio espectro, que elimina las
Pseudomonas, Shigella, Salmonellas, Escherichia coli, Vibrio
cholarae, quistes de Giardia, y muchos otros microorganismos,
contaminadores del preciado líquido.
Esta tecnología, explica el especialista, no solo
garantiza la máxima calidad del agua desde el punto de vista
microbiológico, sino que también puede ser una alternativa viable a
la acción de hervir el agua y contribuir al ahorro de energía
eléctrica.
Para ello el IMRE creó, junto con el Instituto
Superior de Diseño Industrial, un modelo de purificador doméstico,
mediante el cual el agua comienza a ser filtrada al momento de
llenar el depósito directamente de la pila.
De acuerdo a la experiencia acumulada, una bolsita
de 100 gramos de partículas de ZZ situado dentro de la jarra puede
purificar hasta 150 litros de agua, sin necesidad de cambiarla.
En opinión del doctor Gerardo, constituye una
solución de bajo costo para muchos países pobres, lugares apartados,
zonas devastadas por desastres naturales, o en escenarios de
conflictos bélicos.
Más allá de esta aplicación, el sistema ZZ tiene un
enorme potencial económico y de beneficio a la salud, pues a partir
de él es factible, y de hecho se ha logrado producir a pequeña
escala, ungüentos, tabletas para combatir infecciones vaginales,
cremas dermatológicas, polvos antimicóticos, y hasta un novedoso
fármaco en desarrollo, destinado a controlar la diabetes.
Urge entonces ir al rescate de tan promisorio caudal
de impactos. Los tiempos que corren no admiten mantenerlo archivado.