INVESTIGACIONES     

(24 de julio de 2010)

Vocación por la excelencia

Orfilio Peláez
pelaez@granma.cip.cu

Contra viento y marea, el hoy nombrado Instituto de Ciencia y Tecnología de Materiales (IMRE), de la Universidad de La Habana, mantiene una producción científica de primer nivel, expresada en un elevado número de artículos publicados en prestigiosas revistas foráneas, el registro de numerosas patentes y la obtención de premios nacionales e internacionales.

Foto: Raúl López

Obtener una muestra de sangre sin hacer contacto físico con el dedo del paciente es una de las ventajas de la lanceta Láser diseñada y construida en el IMRE.

Devenido el más importante centro del país dedicado a las investigaciones en tan revolucionario campo, la entidad incursiona también en el desarrollo de equipos láser y opto electrónicos, además de prestar servicios altamente especializados de análisis químico-físicos.

Según explica su director, el doctor Ernesto Estévez Rams, el surgimiento de la institución en 1985 fue fruto del esfuerzo por poner el enorme potencial científico que representaban los profesores y estudiantes universitarios, en función de brindar respuestas eficientes e integrales a los problemas de la economía y la sociedad.

El periodo especial y la caída del campo socialista obligaron al IMRE a rediseñar las líneas de investigaciones, concentradas originalmente en el apoyo a la incipiente industria electrónica, para dedicarse de manera fundamental a la ciencia de materiales.

Los materiales, precisó el doctor Estévez, son compuestos sólidos capaces de marcar el progreso de la humanidad en todas las épocas, a partir de los cuales pueden formarse múltiples objetos y dispositivos.

Baste mencionar lo que significaron en su momento la aparición de los polímeros, el silíceo, o más reciente la fibra de carbono y la fibra óptica, significó.

Durante el transcurso de estos cinco lustros la entidad contribuyó al desarrollo de las ciencias químicas, físicas y técnicas, así como a la formación de profesionales altamente calificados en esas disciplinas.

"Contamos en la actualidad con unos 40 doctores en Ciencias, y nuestros investigadores han sido invitados a impartir conferencias en el Instituto Max Plank, de Alemania, la University College London y el Royal College, del Reino Unido, la Universidad Complutense de Madrid, España, y en otras reconocidas instituciones docentes y académicas de Europa y América Latina", indicó.

MUNDO MÁGICO

Una de las áreas de trabajo más fascinantes del IMRE lo es sin duda el Laboratorio de Tecnología Láser, donde se buscan soluciones ingenieras a diferentes problemas de la industria, apoyado en esa maravilla de la ciencia moderna.

El doctor Luis Ponce, jefe del área, y el ingeniero José Luis Cabrera, señalaron a Granma que entre los resultados más importantes obtenidos figura la denominada Lanceta Láser, un singular equipo para la extracción de muestras de sangre en unidades de salud, sin mediar contacto físico con el paciente.

Basado en hacer una microperforación en la yema del dedo a través de un pulso láser, el sistema apenas causa cierta sensación de ardor, cauteriza al momento el pequeño orificio abierto, y evita todo riesgo de transmisión de enfermedades.

Asimismo, garantiza la precisión y el momento indicado para hacer el "disparo", a través de un sensor que controla la posición del dedo del paciente sin tocarlo. Tampoco genera desechos, es de bajo consumo eléctrico, y puede realizar más de 10 millones de análisis sin darle mantenimiento.

Tanto la lanceta, como otros equipos láser para aplicaciones médicas, y la limpieza de superficies, son diseñados y fabricados en el propio IMRE. Constituyen potenciales productos cubanos de alta tecnología para la exportación, sustitución de importaciones, o el mejoramiento de procesos industriales, que pudieran hacerse a mayor escala si se dispusiera del financiamiento requerido.

Dentro de la amplia gama de resultados sobresalen también la construcción del inicial microscopio de barrido por efecto túnel (permitió observar las primeras imágenes atómicas vistas en Cuba), el equipo de terapia luminosa Fototer, distribuido en la red nacional de policlínicos, y la determinación de la presencia de cobre en suero, sangre y orina, en pacientes portadores de la enfermedad de Wilson.

Vale destacar que en la actualidad el 80% de la labor científica del centro está relacionada con las nanociencias y la nanotecnología, en proyectos vinculados con la salud, la energía y el medio ambiente. Los aportes en este campo son reconocidos a nivel internacional.

MUJERES EN PRIMER PLANO

En Cuba la mujer tiene marcado protagonismo en la actividad investigativa y esa realidad adquiere en el IMRE particular dimensión.

Recientemente la Organización de Mujeres Científicas del Tercer Mundo (TWOWS), de la UNESCO, entregó por primera vez 12 premios internacionales, de los cuales tres fueron para Latinoamérica. De ellos, dos los recibió Cuba y correspondieron a las especialistas del IMRE, doctoras Aramís Rivera Denis, en el área de Química, y Aimé Peláiz Barranco, en la rama de Física-Matemática.

La alta distinción les fue conferida por el vicepresidente chino Xi Jinping, durante una ceremonia efectuada en el Gran Palacio del Pueblo, en el marco de la IV Asamblea General de la TWOWS.

Con 17 años de trabajo en el IMRE, la doctora Aramís Rivera labora en el área dedicada al empleo de las zeolitas naturales con fines médicos. Tuvo un rol esencial en el desarrollo y control de calidad del antidiarreico Enterex, el cual obtuvo su registro médico, y en determinado momento llegó a distribuirse en las farmacias.

A pesar de su probada efectividad, avalada por los expertos del Instituto Nacional de Gastroenterología, dejó de fabricarse hace tiempo sin saberse las causas.

Los aportes de esta joven investigadora en el Enterex, y en la formulación de un antiácido denominado Neutacid (también dejó de producirse), junto a sus trabajos dirigidos a evaluar el uso de la zeolita como portador de fármacos de liberación lenta, fueron tomados en cuenta para conferirle el preciado galardón.

Como expresa el doctor Ernesto Estévez, el IMRE nació con vocación de servir, y mantener ese espíritu es quizás su mayor credencial. Solo bastaría añadir el nivel de excelencia presente en su labor investigativa y docente durante el último cuarto de siglo.

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