(10 de
julio de 2010)
Zeolita, ¿el mineral olvidado?
Freddy Pérez
Cabrera
RANCHUELO.— Después de aquel boom de los años 80, en
el que la zeolita, considerada entonces como el mineral del siglo,
era recomendada para fines tan disímiles como la agricultura, la
alimentación animal, la construcción, la medicina y otros usos,
pareciera que nos olvidamos de ella, a pesar sus probadas
propiedades y de poseer una de las mayores reservas del mundo.
Al parecer, no todo el mundo estaba preparado para
emplearla de forma correcta, lo que unido a las carencias del
periodo especial y las limitaciones que trajo aparejado, casi
condenaron al olvido el producto.
La
mina ranchuelera posee una gran reserva de zeolita.
De una producción en 1999, que superó las 44 000
toneladas, bajamos a solo 3 000 unos años después, recuerda el
técnico Sergio Ruiz Martínez, jefe de producción de la planta
ubicada en San Juan de los Yeras, municipio de Ranchuelo, un hombre
que conoce al dedillo la historia de esa industria.
"Fue en 1988 cuando se decidió, por estrategia de la
dirección del país, fomentar el desarrollo de la zeolita en Cuba,
atendiendo a sus potencialidades, para impulsar la agricultura y la
ganadería, entre otros fines", aclara Sergio, quien pondera sus
posibilidades de captar el fertilizante de la tierra y
transmitírselo a las plantas, además de evitar la compactación de
los suelos y ser un dietético probado, capaz de mejorar la digestión
de los animales e impedir enfermedades como las diarreas.
El
mineral puede servir para muchas áreas productivas.
Sin embargo, a mi modo de ver, asegura, su
utilización no resultó organizada de manera correcta, al no
capacitarse lo suficiente para su empleo, lo cual determinó que
algunas personas, al no observar resultados concretos, comenzaran a
desecharla, porque la zeolita, si bien trae beneficios, también, si
no la suministras como debe ser puede perjudicarte, razón que motivó
su decadencia.
Resurrección y nuevos retos
Aunque hoy puede hablarse de una recuperación de la
producción de zeolita y de mayor conciencia de sus beneficios en la
sociedad, aún estamos muy lejos de apreciar su verdadero significado
para la economía cubana.
La entrega de 23 000 toneladas el pasado año
constituye un buen síntoma para una cantera que tiene reconocimiento
por su excelente calidad, además de poseer reservas catalogadas en
más de 50 millones de toneladas.
Hoy los clientes fundamentales son la agricultura,
en especial la avicultura, que la emplea para la absorción de
excretas en naves y vaquerías, lo cual les proporciona mayor
higiene, menor incidencia de enfermedades y la reducción de la
mortalidad animal. Provincias como Cienfuegos y Villa Clara
constituyen un puntal en ese sector. También la Empresa de
Suministros Agropecuarios de La Habana adquirió casi 1 000 toneladas
el pasado año, explica Ángel Cruz, trabajador con más de 20 años de
labor en la planta de Tasajera, en Ranchuelo.
La empresa Rayonitro, de Matanzas, es un cliente
permanente que recibe casi 5 000 toneladas a fin de incorporarla a
los fertilizantes, así como el MININT, que compra entre 800 y 1 500
cada año, además de otras pequeñas entidades.
Del mismo modo, el sector de la construcción
comienza a interesarse en el programa. En fecha reciente fue firmado
un contrato de 2 000 toneladas, destinadas a Varadero, a través del
cual se ahorrarán importantes volúmenes de cemento con el empleo de
la zeolita, asegura el jefe de producción de la planta.
En el capítulo de las insatisfacciones, la dirección
de la planta ranchuelera incluye la poca aceptación que ha tenido la
zeolita en las fábricas de pienso, cuyos directivos no acaban de
comprender la importancia de un mineral con posibilidades de ser
incorporado al alimento, lo cual conllevaría a un considerable
ahorro de otras materias primas que hoy el país importa, experiencia
que sí aplican algunas entidades de manera individual.
Tampoco la agricultura urbana, que comenzó con mucho
ímpetu, utiliza como debiera las potencialidades del mineral para el
desarrollo de sus producciones. Las ventas a ese organismo resultan
ínfimas, aclara. Asimismo, las pequeñas industrias de materiales
emplean muy poco la zeolita en la elaboración del cemento puzolánico,
utilizado en la fabricación de bloques, tejas y otros productos.
Es indudable que estamos subestimando una fuente
potencial de recursos que tenemos a la mano y que mucho puede
contribuir al desarrollo si no la menospreciamos. |
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