(
15 de
mayo de 2010)
Obra de mucho amor
Implante
coclear número 200 beneficia a niña de Las Tunas
ELSON CONCEPCIÓN PÉREZ
elson.cp@granma.cip.cu
La historia puede considerarse como la de un
doctorado en amor. Médicos, enfermeras, técnicos y otros
especialistas no solo se ponen a tiempo completo al servicio de los
niños, sino que irradian dulzura cuando describen lo extremadamente
humano de su trabajo.
Puede ser en el Hospital Pediátrico Marfán, en el
Centro Internacional de Salud La Pradera, o en las múltiples
instalaciones médicas que a lo largo y ancho del país están
relacionadas con todo el proceso de adaptación a la nueva vida como
oyentes de los niños implantados.
La
niña Amisadai Téllez Cabrera, la número 200 en recibir un implante
coclear, junto a su mamá y personal médico encabezado por el doctor
Ulises Rodríguez, quien la operó.
LA IMPLANTADA 200
Amisadai Téllez Cabrera tiene apenas tres añitos.
Ella es la paciente número 200 que recibe un implante coclear y,
recién salida del salón de operaciones de la Clínica Cira García,
ahora inicia su nueva vida en una sala del hospital Marfán en el
Vedado capitalino, donde esperará un mes para que "despierte" el
dispositivo que se le ha instalado y sonidos que nunca percibió se
hagan presentes en su cerebro.
Su joven madre, Yenisleidy Cabrera, vive en la
ciudad de Las Tunas y no limita su alegría al saber que pronto su
hija podrá comunicarse con mayor facilidad. "Llevamos un mes
ingresadas aquí y todo ha sido bueno. Estoy muy contenta", enfatiza.
El
doctor Eduardo Morales, coordinador del Programa Nacional de
Implantes Cocleares.
En otra sala del propio hospital, Mélodi Feria
Rodríguez, de cinco años y procedente de Camagüey, espera en proceso
de evaluación a que se determine el momento oportuno para realizarle
el implante. Graciela Rodríguez, su mamá, conocedora del avance en
los niños beneficiados con esa técnica, se muestra convencida de que
pronto podrá conversar con ella sin utilizar el lenguaje de las
señas.
UNA HISTORIA HUMANA
El doctor Eduardo Morales Rodríguez, coordinador del
Programa Nacional de Implantes Cocleares, recuerda que en el año
2001, por decisión del Comandante en Jefe Fidel Castro, se hizo un
pesquisaje nacional de discapacidades y se detectó la cantidad de
personas que presentaban problemas auditivos.
Mélodi
Feria, de cinco años de edad, en proceso de evaluación para el
implante.
De ese modo surgió un programa multidisciplinario
realmente integral, de alcance nacional, básicamente pediátrico en
el 2005, después de haberse hecho 21 implantes, 14 de ellos a niños.
Fue una gran prueba, hasta que se introdujo la tecnología de punta,
lo cual requirió de una preparación, inicialmente con la ayuda de
muchos especialistas extranjeros.
Nacieron los implantes cocleares en Cuba y,
precisamente ayer, llegamos al número 200, resalta el doctor
Morales.
Podemos decir que esta es una técnica que llegó a
nuestro país para quedarse. Actualmente, la mayor de las Antillas
ocupa la presidencia del Grupo Iberoamericano de esta especialidad,
y el impacto de nuestra experiencia en el mundo ha sido
extraordinario.
Ante la necesidad de ganar habilidades sobre la
rehabilitación del lenguaje en los niños sordos, nuestros
especialistas han recibido preparación en otros países, han venido
expertos de algunas naciones y, muy recientemente, una especialista
de primer nivel, de México, impartió un curso de terapia verbal en
el CIS La Pradera.
Todos estos conocimientos son factores fundamentales
para los rehabilitadores de estos niños que nunca han hablado y han
de aprender desde cero, a conocer los sonidos y articular su
lenguaje.
Este programa llega a las 14 provincias y al
municipio especial Isla de la Juventud, lo mismo en zonas urbanas o
rurales; e incluso algunos niños viven en áreas intrincadas y ha
sido necesario hacer llegar la energía eléctrica hasta sus casas, de
manera que puedan conectar los cargadores del equipo e instalarles
televisión a quienes, además, tengan dificultades visuales.
Actualmente han sido operados 29 sordo-ciegos y se
reconoce a Cuba a nivel mundial como uno de los estados que más ha
hecho en este campo.
Solo el dispositivo para un implante coclear cuesta
entre 20 000 y 35 000 dólares, sin mencionar los demás factores que
conforman el proceso de rehabilitación, también de un costo elevado.
Antes de realizar el procedimiento, el menor debe haber asistido a
no menos de 10 o 12 consultas de evaluación que, en los pocos países
donde se emplea esta técnica, vale cada una entre 200 y 300 dólares,
explica el doctor.
En Cuba todo el programa es gratis: la detección,
las consultas, los chequeos completos con las más avanzadas
técnicas, la cirugía, el equipo y la rehabilitación.
El implante coclear es parte de una obra única y de
mucho amor que hace florecer la sonrisa en niños que nunca oyeron.
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