(20 de
febrero de 2010)
Apuesta por el gas azul
Orfilio
Peláez
pelaez@granma.cip.cu
En 1840 y mientras hacía un experimento en su
laboratorio, el químico- físico alemán Christian Friedrich Shonbein
notó la presencia de un compuesto gaseoso que por momentos adquiría
cierta tonalidad azul intensa y despedía un olor característico.
Los
equipos utilizados para producirlo de manera artificial son
fabricados en el propio CNIC.
Quizás sin proponérselo, Shonbein descubrió así el
gas ozono, palabra proveniente del griego ozein, que significa oler.
Su fórmula es O3, al estar formadas sus moléculas por
tres átomos de oxígeno.
Debido a su alto valor germicida, bactericida y
fungicida, ya a finales del siglo XIX fue utilizado para la
desinfección de aguas en algunos países europeos. En 1896, el
científico Nicola Tesla patentó el primer equipo generador de ozono.
CREDENCIALES DE UN
PROYECTO
Sobre la base de la experiencia acumulada en esta
esfera a lo largo de más de veinte años, especialistas del Centro de
Investigaciones del Ozono, perteneciente al Centro Nacional de
Investigaciones Científicas (CNIC), ejecutan desde el 2007 un
singular proyecto dirigido a introducir el empleo del gas "azul" en
el tratamiento del agua de consumo en los círculos infantiles del
capitalino municipio de La Lisa.
Según
los controles aplicados, la calidad microbiológica del vital líquido
está totalmente garantizada.
La doctora Blanca Rosa Hung Llanos, directora de
Organización de la Actividad Científica en la institución, explicó a
Granma que al cierre del pasado mes de diciembre sumaban
veinte las instalaciones de ese tipo en las cuales el agua de tomar
es purificada con la aplicación del ozono.
Según los controles aplicados, la calidad
microbiológica del vital líquido está totalmente garantizada, hay
una marcada reducción de la incidencia de enfermedades diarreicas en
los niños, y menor gasto energético al eliminarse el tradicional
procedimiento de hervirla.
El ozono tiene la ventaja de que, además de eliminar
de manera rápida virus, bacterias, hongos, parásitos y otros
microorganismos patógenos, algunos de ellos resistentes al cloro, no
reacciona con determinados compuestos orgánicos presentes en el
agua, ni genera cambios en su sabor. Tampoco deja residuo alguno.
 El
agua ozonizada reduce la incidencia de enfermedades diarreicas en
los niños.
Los equipos utilizados para producirlo de manera
artificial a través de una descarga eléctrica, son fabricados en el
propio CNIC y se identifican con la marca comercial Ozoney.
Leticia Noa Campos, administradora del círculo
infantil Juan Alvarado, explicó que los generadores de ozono llevan
instalados allí un año con resultados muy favorables.
Más allá de los beneficios que reporta su consumo
para la salud de los infantes, subrayó, el agua ozonizada la
utilizamos también en la cocción de los alimentos y en el aseo de
los pequeños.
Este sistema reduce los riesgos de accidentes
laborales por quemaduras, al eliminar la manipulación de las grandes
ollas que antes empleábamos en hervir el agua, afirmó.
Al margen de este proyecto piloto, hoy funcionan a
nivel nacional un total de 33 sistemas de tratamiento de agua y de
aguas residuales, basados en el uso del prodigioso gas.
Figuran en la relación fábricas de medicamentos,
embotelladoras, centros para la cría de animales de laboratorio,
salones de hospitales, y entidades dedicadas a investigaciones
básicas.
Tanto los resultados expuestos, como los avances
registrados en la esfera de la ozonoterapia, forman parte del caudal
de impactos científicos logrados por el CNIC en sus casi 45 años de
creado. |