Miembro fundador de la Asociación Nacional de
Innovadores y Racionalizadores (ANIR), y presidente de esa
organización en el Centro Internacional de Retinosis Pigmentaria
Camilo Cienfuegos desde 1994 hasta su jubilación en el 2003, Ramón
acumula un abultado expediente de innovaciones hechas por él con
recursos propios.
Figuran entre ellas una pipeta automática que
presentó en la primera exposición Forjadores del Futuro, de las
Brigadas Técnicas Juveniles; un cortador de gasa y otro de ámpulas
de inyecciones; el diseño y construcción de un secador de placas de
Rayos X (lo ideó mientras cumplía misión en Iraq), equipo para la
autotransfusión en circuito cerrado, de suma utilidad en la
ozonoterapia.
Sin embargo, el resultado más significativo de su
labor como innovador lo constituye el Dispositivo Auxiliar para la
Punción Venosa sin Dolor (DAPV), merecedor de la Medalla de Plata en
la 45 Exposición Mundial de Inventores, celebrada en Bélgica en
1996, en la categoría de instrumentos médicos. Puede construirse en
metal o plástico, y trabaja con jeringuillas desechables.
Concebido para la extracción de sangre sin dolor, ha
sido aplicado durante años en el propio Centro Internacional de
Retinosis Pigmentaria, con resultados altamente satisfactorios, y
tiene patente de invención conferida por la Oficina Cubana de la
Propiedad Industrial.
A pesar de tales avales y el tiempo transcurrido,
sigue sin validarse por el Ministerio de Salud Pública. El argumento
es que la entidad encargada de someterlo a ese proceso solo lo hace
con equipos de producción en serie, y no prototipos.
Ramón reconoce que su generalización en la red
nacional de laboratorios clínicos está limitada de manera objetiva
dada la baja disponibilidad de jeringuillas desechables en el país,
pero en el caso de los bancos de sangre él hizo un diseño específico
que valdría la pena probar al menos en un pequeño número de esas
unidades.
La no aplicación a gran escala del singular invento
en nada mermó su interés por tratar de resolver otros problemas, más
allá del sector de la salud.
En mayo del 2008 presentó en el Forum de Ciencia y
Técnica de su último centro laboral la ponencia Propuesta de un
Sistema para el Cobro del Pasaje en Ómnibus Urbanos, basado en
el uso de boletos prepagados, los cuales pudieran venderse en los
estanquillos de periódicos, unidades de correos y otras dependencias
de la red de comercio estatal.
El objetivo del trabajo, explica Ramón, es eliminar
la manipulación del dinero a la hora de subir a las guaguas del
transporte público y acabar con la evasión del pago, que ocasiona
notables pérdidas económicas al Estado.
Incluso, diseñó un modelo de boleto doblemente
foliado de bajo costo en su confección. Antes de abordar el ómnibus,
el conductor lo picaría en dos para entregarle una parte al pasajero
como constancia de pago, mientras se quedaría con la otra mitad a
fin de tener el cómputo del número de personas transportadas.
También construyó un equipo que permite agilizar la
recepción y posterior conteo de los boletos en las terminales al
concluir el viaje.
Según plantea, el sistema mejoraría la organización
del proceso de entrada, salida y distribución de las personas dentro
de los carros, contribuiría a rescatar la cultura del pago del
pasaje, y habría menos gasto de combustible al disminuir el tiempo
de estacionamiento en las paradas, además de garantizar mayor
fiabilidad en el control diario de la cantidad de usuarios movidos.
En septiembre del 2008, Ramón Torres recibió la
siguiente misiva de la dirección de Transportación de Pasajeros del
MITRANS: "Su propuesta fue revisada en nuestra dirección y la
catologamos de muy positiva en un momento donde se están
materializando las inversiones previstas para revitalizar este
servicio".
Pasaron más de quince meses y aún espera una
respuesta definitiva sobre si es factible aplicarla. Mientras tanto,
sigue pensando en nuevas invenciones.