Ello convirtió a sus mares adyacentes en una de las
zonas con más tráfico naval del Nuevo Mundo, lo que unido al paso de
ciclones tropicales, frentes fríos, los ataques de corsarios y
piratas, y a la presencia de determinadas características
geomorfológicas peligrosas para la navegación de entonces, propició
que su plataforma marina fuera escenario de numerosos naufragios,
sobre todo desde el centro hacia el occidente del archipiélago.
Según los datos de la otrora empresa Carisub y del
Gabinete de Arqueología de la Oficina del Historiador de la Ciudad,
hay localizados y registrados con sus respectivos expedientes más de
2 000 hundimientos, la mayoría concentrados entre el litoral norte
de Matanzas y la costa noroccidental de Pinar del Río.
El reconocido buzo y arqueólogo marino Alessandro
López Pérez, uno de los especialistas principales del Gabinete de
Arqueología de la Oficina del Historiador de la Ciudad, expresa que
muchas personas carecen hoy de la conciencia conservacionista que la
Revolución logró crear desde sus inicios con el objetivo de proteger
y preservar el patrimonio.
"Yo recuerdo la paciente labor educativa
desarrollada al respecto en las comunidades costeras. Así se logró
crear una suerte de red de información a lo largo de todo el país,
formada básicamente por pescadores y residentes en tales
asentamientos, mediante la cual se informaba de inmediato sobre
cualquier tipo de hallazgo, y aquellas propias personas asumían la
custodia del lugar, hasta la llegada de los especialistas", aseveró.
Lamentablemente, señala Alessandro, en la actualidad
se ha ido perdiendo "y pongo el ejemplo más reciente de lo sucedido
en Guanabo. Hace apenas dos semanas y a una distancia aproximada de
entre 100 y 120 metros de la orilla, varios individuos de los
llamados paleteros (se dedican a buscar prendas y otros objetos
perdidos en la playa) descubrieron varias balas de cañón de distinta
tipología.
A pesar de las medidas tomadas por el personal del
Museo de Guanabo, cuando a los pocos días llegamos a explorar el
área quedaba poco allí".
Rescatamos una granada de la época y algunas otras
piezas que encontramos abandonadas en la duna de la arena, las
cuales al parecer formaban parte de la estructura de un barco
presumiblemente hundido en la primera mitad del siglo XIX, indicó.
El también presidente del comité científico de la
Federación Cubana de Actividades Subacuáticas, significó que al
estar el lugar alterado por las excavaciones hechas en el fondo del
mar, y haber desaparecido muchas de las evidencias del naufragio,
resulta imposible desarrollar los estudios arqueológicos
correspondientes.
Como bien apunta Alessandro, también han sido blanco
del saqueo el sitio aborigen sumergido de Punta Macao, en el propio
Guanabo; la nave Cristóbal Colón, perteneciente a la célebre flota
del almirante Cervera, hundida durante la batalla naval escenificada
en la bahía de Santiago de Cuba en 1898; el crucero Sánchez
Barcaíztegui y el barco San Antonio, por citar algunos ejemplos.
De acuerdo con la opinión autorizada del licenciado
Roger Azcarraeta, director del Gabinete de Arqueología de la Oficina
del Historiador de la Ciudad, las acciones de vandalismo han
ocurrido, además, en sitios de arte rupestre, enterramientos
aborígenes, ruinas de inmuebles, plantaciones y cafetales,
monumentos, y hasta en edificaciones antiguas de la propia Habana
Vieja.
Más allá de ser un problema de educación y formación
cultural, ambos investigadores comparten el criterio de que si bien
existen las leyes que velan por el cuidado del patrimonio colonial,
aborigen y sumergido de Cuba, en la práctica muchas veces no se
cumplen.
La causa principal, sostuvieron, obedece a la falta
de un efectivo mecanismo estatal para monitorear el estado de
conservación de cada lugar y garantizarles protección permanente
contra las acciones irresponsables.
Acabar con la indisciplina social en tan preciada
esfera es un reto que hoy resulta impostergable resolver.