INVESTIGACIONES     

(27 de junio de 2003)

Cruzada ambiental con lombricultura

ORFILIO PELÁEZ

Al margen de sus probados beneficios para recuperar suelos con baja productividad e incrementar los rendimientos, la lombricultura es hoy una aliada del hombre en la búsqueda de soluciones a problemas ambientales.

Canteros donde se desarrolla el proceso de formación del humus de lombriz. 

Y es que de manera cada vez más frecuente, algunas grandes urbes ven en este proceso una alternativa económica a la hora de controlar y eliminar la creciente acumulación de grandes residuos orgánicos en vertederos públicos, pues convierte la basura doméstica y otros desechos en abono.

Cuba también trabaja en esa dirección y desde finales del año 2000, la primera Planta de Reciclaje de Sólidos Urbanos del país, situada en el municipio de Marianao y perteneciente a Servicios Comunales de Ciudad de La Habana, es testigo de una singular experiencia, al tratarse esos desperdicios con la ayuda de tan añeja práctica en una de sus áreas, luego del cotidiano procedimiento de separar de la basura el aluminio, vidrio, cartón y otros elementos recuperables.

LODOS EN LA MIRILLA

Según refiere el ingeniero agrónomo Andrés Ruiz Yanes, principal impulsor del proyecto, cada día se reciben en la unidad de lombricultura de la mencionada planta los residuos orgánicos procedentes de 16 agromercados capitalinos, placitas, el Zoológico de 26, y del corte del césped de diferentes avenidas y parques.

Así, comenta el especialista, evitamos que alrededor de 200 toneladas diarias de esos elementos contaminantes del ambiente lleguen al principal vertedero de la ciudad, y al descomponerlos mediante la lombricultura, obtenemos como producto final un fertilizante de primer orden, el humus de lombriz, el cual se destina principalmente a la agricultura urbana, viveros, y áreas verdes de Comunales.

Uno de los aspectos novedosos del trabajo es el aprovechamiento por primera vez en el país del uso de la lombriz en el tratamiento de los lodos residuales de las depuradoras de agua, que pueden contener metales pesados y otros compuestos nocivos a la salud.

Si bien por ahora los volúmenes de lodo residual no son significativos, en un futuro cuando se terminen y entren en funcionamiento las plantas de los ríos Luyanó y Martín Pérez, además de otras inversiones previstas dentro del programa de recuperación de la Bahía de La Habana, en la capital podrían generarse entre 10 000 y 15 000 toneladas anuales.

Ello impulsó al joven científico, que comparte la dirección de esta experiencia con su condición de delegado de la circunscripción número 5 del Poder Popular en Guanabacoa, a mezclar los lodos de la planta del río Quibú con los desechos orgánicos y comprobar si realmente podían aprovecharse en algo útil.

La composición del humus de lombriz mantuvo su calidad y tras los análisis de rigor, el producto recibió el aval de los especialistas del Centro de Ingeniería y Manejo Ambiental de Bahías y Costas (CIMAB), para ser aplicado como fertilizante en la agricultura, amén de sus beneficios a la hora de ofrecer una solución económica y práctica, capaz de sumarse a la cruzada verde por salvaguardar la salud ambiental del entorno.

Ir al inicio

Subir