(9
de octubre de 2003)
Manos de oro en un
innovador
RONAL SUÁREZ RAMOS
PINAR DEL RÍO.— No sería
exagerado decir que Pedro Hidalgo, trabajador del Establecimiento
Provincial de Electromedicina, tiene manos de oro. Él es uno de los
tres cubanos ganadores del Premio al mayor impacto económico y
social que por primera vez otorga la Asociación Nacional de
Innovadores y Racionalizadores (ANIR), sobre la base de los
resultados de los últimos seis años.
Doy
más valor al reconocimiento social que a lo que pudiera beneficiarme
materialmente.
Con casi dos décadas de
experiencia en la recuperación y fabricación de instrumental médico,
a la creatividad de este hombre cincuentón que inició su vida
laboral como carpintero, se deben el funcionamiento de numerosos y
costosos equipos utilizados en distintos centros asistenciales de
Salud, y aditamentos que hacen posible salvar vidas.
Le encontramos en su
pequeño taller dando los toques finales a un cabezal para trabajos
microquirúrgicos que sería destinado al hospital Calixto García, de
Ciudad de La Habana. Ya se utiliza en el Abel Santamaría y en el
pediátrico Pepe Portilla, donde se ha comprobado su efectividad en
más de 50 operaciones, dice mientras me extiende el aval al
respecto, firmado por los doctores Iván Arena y Ary Fernández, los
respectivos jefes de los servicios de Neurocirugía en esos centros.
A partir de una
herradura de fijador externo de la que se usa en ortopedia; una
excéntrica desechable de una mesa de parto, y cabilla cromada
también recuperada, Pedro fabrica el referido cabezal, cuya función
es inmovilizar al paciente durante tan delicada intervención
quirúrgica.
Otra inventiva reciente
es un dispositivo llamado CLAMP que, colocado en la arteria
carótida, regula la presión arterial y evita el derrame cerebral.
"Simple en su
aplicación, versátil, ahorro de tiempo quirúrgico, facilidad para su
manipulación en el proceso posoperatorio y para su retirada al
terminar la oclusión vascular", son algunas de las cualidades que le
atribuyen los especialistas al novedoso aditamento.
La lista de soluciones
dadas por este infatigable innovador es interminable. Entre las
piezas y aditamentos fabricados sobresalen también: guía para
catéter de nefrología, aspiradora de mínimo acceso, caballo y
separadores para operaciones de hernia discal, set de vasectomía y
20 000 agujas de acupuntura.
Logró además recuperar
un equipo de mamografía que se encontraba inactivo desde hacía seis
meses, mediante la adaptación del piñón para columna de portatubos
de rayos X Siemens; y 250 autoclaves de los consultorios del médico
de la familia, entre otros.
Con el instrumental
recuperado se han rea-lizado más de 4 300 intervenciones quirúrgicas
de mínimo acceso, de manera que lo desechable se hizo recuperable,
dice Pedro, quien asegura que el efecto económico de su trabajo
durante los últimos seis años ha sido valorado en 1 284 656 dólares.
Su inicio en la
electromedicina, en 1984, es testimonio de la vocación que siempre
ha tenido para resolver problemas: "En el local del hospital donde
tenía mis herramientas de carpintería, empezaron a amontonarse
cajones de instrumental médico destinado al patio de chatarra; en mi
tiempo libre comencé a recuperarlo y lo devolvía en perfectas
condiciones".
"Aquello tuvo mucha
aceptación entre los especialistas, quienes empezaron a darme
tareas; así fue que me propusieron pasar al Establecimiento de
Electromedicina y me prepararon un taller para recuperar y fabricar
piezas, una actividad que hasta entonces no existía."
Pronto le llegarían
envíos de instrumentos en desuso desde otras provincias, y
encomiendas para impartir cursos de adiestramiento a personal de
todo el país. Incluso realizó un estudio de factibilidad sobre la
fabricación y recuperación de instrumental médico en Costa Rica.
Pedro Hidalgo, padre de
cinco hijos, devenga un salario de 274 pesos. ¿Y con esa facilidad
para hacer cosas, no te ha tentado la posibilidad de buscarte más
dinero mediante trabajos particulares?, le comento.
En realidad, no me queda
tiempo para ello; hay veces que no duermo pensando en los problemas
por resolver; cierto que mi salario no es alto, pero no bebo ni
fumo; mi esposa también trabaja y nos las arreglamos para vivir
modestamente; le doy más valor al reconocimiento social que a lo que
pudiera beneficiarme desde el punto de vista material, es la
respuesta de este hombre, quien entre otras distinciones mantiene la
condición de Vanguardia Nacional durante 10 años consecutivos. |