INVESTIGACIONES     

(3 de diciembre de 2003)

Premio al mayor impacto económico y social

A Héctor Vidal le viene como anillo al dedo

Ortelio González Martínez

CIEGO DE ÁVILA.— Calculador, empecinado, hablador incansable y distraído en apariencia son calificativos que le vienen como anillo al dedo a Héctor Vidal Iglesias, uno de los tres cubanos ganadores del Premio al Mayor Impacto Económico y Social, que por primera vez otorga la Asociación Nacional de Innovadores y Racionalizadores (ANIR).

Muestra de una sección casi obstruida de la tubería sanitaria del hotel Sol Cayo Coco, antes de aplicarse el tratamiento magnético al agua.

Cuando este hombre envejezca tendrá mucho que contar. Se hablará de él como una de las personas que mayor aporte realizó en Cuba al tratamiento magnético del agua y a la generalización de esos trabajos. Más bien se le recordará por la perseverancia.

Antes de trabajar en el MICONS laboró como técnico de nivel medio en Geología en la Empresa de Perforación y Extracción de Petróleo de Varadero. En 1978, al llegar a la Constructora Integral número 1 avileña, comenzó a innovar en la reparación de los instrumentos de medición de diferentes magnitudes físicas, fundamentalmente los de temperatura, presión, pesaje industrial, y los de longitud y ángulo. Además, automatizó los sistemas de producción en las plantas de hormigones hidráulico y asfáltico del territorio.

Tanta ha sido su tenacidad que en los años difíciles impidió que se paralizaran muchas construcciones con el proyecto y la fabricación del primer nivel cubano de burbujas sobre madera, certificado por el Instituto Nacional de Investigaciones Metrológicas. A partir de entonces se inició la producción a escala industrial de ese instrumento, utilizado en disímiles obras del país.

Pero como Vidal es un hombre empecinado —ya lo advertí— también recuperó reguladores, y manómetros de equipos de oxicorte y básculas de pesaje industrial.

Entonces convirtió el quehacer cotidiano en una obsesión, y en 1989, cuando había que "estirarlo" todo, a partir de las recomendaciones del doctor Viterbo O'Reilly, presidente de la Comisión Nacional de Ahorro de Cemento, aplicó el tratamiento magnético del agua a las plantas de hormigón de Ciego de Ávila, "con el objetivo de elevar la plasticidad, disminuir el contenido del líquido y ahorrar este material".

En el caso del agua, comprobó cómo las incrustaciones calcáreas obstruían los sistemas hidráulicos de varias instalaciones. El mejor de estos ejemplos fue la tubería sanitaria de agua caliente del hotel Sol Cayo Coco, afectada en más del 80% de su diámetro.

Entonces puso a funcionar su "magia", y en seis meses de tratamiento pulverizó el calcio de la sección de la tubería. "Fueron noches de desvelo en la realización de los cálculos acertados. En poco tiempo noté que el agua circulaba cada vez mejor, hasta que las tuberías quedaron limpias".

Ello evitó el cambio de más de siete kilómetros de redes hidráulicas de diferentes diámetros y el gasto de más de un millón de dólares en dichos trabajos. El ingeniero Eudaldo Pardo Rivero, jefe de servicios técnicos del hotel, confirmó que de haberla sustituido se hubieran visto obligados a cerrar la instalación durante un año, con la afectación del plan de ingreso, calculado en unos 6 millones de dólares.

Al mismo tiempo Vidal comenzó el tratamiento magnético del agua en las piscinas, para disminuir el uso de productos químicos, aumentar la transparencia del líquido y evitar las contaminaciones microbiológicas. Hoy lo aplican en más de 30 albercas de hoteles del país.

En varias calderas del territorio también se utiliza, lo cual mejora la eficiencia, pues ha probado que un milímetro de incrustación provoca un incremento del 8% en el gasto de energía.

A pesar de las aplicaciones, algo le aprieta el pecho: "A principios del periodo especial unas 50 bombas distribuidoras de combustible en Ciego de Ávila y más de 1 200 autos disponían de imanes permanentes para magnetizar el combustible. Hoy todo eso desapareció en el territorio".

Tampoco se utiliza el agua tratada por este método en casi ninguna locomotora a vapor, como sucedió tiempo atrás en el central Orlando González.

Otros usos de probada utilidad están demostrados en el agua de imbibición, en el sistema de enfriamiento de las bombas de vacío, jugos azucarados y calderas. Sin embargo, la generalización de estos resultados aún dista mucho de lo que exige y necesita la economía del país.

"No he alcanzado todos mis objetivos, pero sueño dormido y despierto. Pienso, por ejemplo, que un día el parque de ómnibus de TRANSTUR y VERACUBA en la provincia, ruede con combustible magnetizado. Por ahí anduvo durante dos años una guagüita de 20 plazas, con una reducción del índice de consumo de combustible del 15%, y escasas emanaciones de gases tóxicos al medio ambiente."

Vidal es fundador de la ANIR, organización de la que ha sido ocho veces Vanguardia Nacional, premiado en igual cantidad de oportunidades en los foros nacionales de Ciencia y Técnica; en dos ocasiones seleccionado Trabajador Valor del sector del Turismo y posee la medalla Hazaña Laboral. Pero él no vive de agasajos y reconocimientos, aunque sabe que se encuentra, por derecho propio en la lista de los hombres que ayudan a la economía del país, desde su "trinchera" en Ciego de Ávila.

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