"Ellos ejercieron sobre mí una gran influencia, poseían una
amplia cultura general, gustaban de la música y el canto, mi padre
hablaba varios idiomas, y sin duda supieron prepararme para
enfrentar los avatares de la vida y superar cualquier dificultad que
pudiera aparecer en el camino de convertirme en un hombre de bien".
Stolik cursó el Bachillerato en el Instituto de Segunda Enseñanza
de la Víbora, donde se vinculó a la lucha contra la dictadura de
Fulgencio Batista. Luego del triunfo de la Revolución ingresó en la
Universidad de La Habana (UH) para estudiar Ingeniería Eléctrica.
Sin embargo, una imprevista oferta cambiaría el destino de su vida
en el plano profesional.
"Cuando estaba en el segundo año de la carrera, me mandan a
continuarla en la extinta Unión Soviética. Ya en Moscú y luego de
sacar muy buenas calificaciones en los exámenes de Física y
Matemática correspondientes a la preparatoria, junto a otros cuatro
cubanos, recibo la propuesta de estudiar Física, porque según me
argumentaron, eso sería de mucha utilidad para Cuba cuando
volviéramos".
Una vez graduado en la URSS como Licenciado en Física-Matemática
con notas sobresalientes en 1966, Daniel regresa al país y comienza
a trabajar en el Laboratorio de Telecomunicaciones, del Ministerio
de ese ramo.
Como cuenta a Granma, a los pocos meses lo llaman para
trabajar en la entonces Escuela de Física de la Universidad de La
Habana, donde impartió cursos de electricidad y magnetismo, óptica,
electrodinámica teórica y física de los semiconductores.
Apenas dos años después es promovido a subdirector de
investigaciones, y desde ese cargo asume la creación de distintos
grupos de estudio en Física del Estado Sólido, que incluye por
ejemplo a los semiconductores, dispositivos electrónicos, metales,
magnetismo y física de los cristales.
"Inmerso en ese trabajo me designan director del citado recinto
devenido posteriormente en Facultad de Física, e hice luego el
doctorado en la Facultad de Semiconductores del Instituto de Acero y
las Aleaciones de Moscú".
El hoy Profesor titular de la UH e investigador del Instituto de
Ciencia y Tecnología de Materiales (IMRE), perteneciente a la
capitalina casa de altos estudios, pasó a laborar en 1976 en el
recién creado Ministerio de Educación Superior, con la encomienda de
dirigir el proceso para el establecimiento de los sistemas
componentes de la enseñanza de posgrado a nivel nacional, sin
desvincularse en ningún momento de la investigación y la docencia.
Sus aportes están expresados en numerosos artículos científicos
publicados en revistas nacionales y foráneas, así como en las
investigaciones desarrolladas en diferentes aristas de la física
teórica y aplicada, la energía solar fotovoltaica (FV), y los
fundamentos físicos y tecnológicos de la música.
Primer presidente de la Sociedad Cubana de Física y creador de la
revista de esa disciplina, Daniel Stolik tiene el mérito de haber
presentado hace alrededor de veinte años una propuesta de programa
de corto a largo plazo para el desarrollo de la energía FV en el
país.
"En aquella ocasión no existían las condiciones para afrontarlo,
pero por fortuna hoy existe una clara voluntad política dirigida a
promover el uso de las energías renovables, incluida la FV, las
cuales se complementan entre todas".
Manifiesta que el monto en financiamiento de la inversión inicial
ha sido el principal obstáculo al fomento de esa fuente alternativa,
aunque en lo últimos años los costos de los sistemas FV se han
reducido de manera notable y esa tendencia continuará en el futuro,
propiciada por los adelantos científicos y tecnológicos.
Resaltó que una vez que estos comienzan a operar, el proceso es
sumamente barato, pues el combustible a emplear es el Sol y Cuba
dispone de ese recurso en cantidades notables.
"Llama la atención que en la actualidad Alemania tenga instalados
unos 35 000 megaWatts de potencia fotovoltaica, teniendo menos del
60 % de la radiación solar que recibe el archipiélago cubano. Con
respecto al panorama mundial las cifras ascienden ya a unos 135 000
mW, y en el presente año 2014 deben adicionarse más de 40 000".
Stolik sueña con ver que Cuba pueda alcanzar la plena
independencia electroenergética, y poner su granito de arena en el
logro de tan estratégico empeño es su mayor aspiración como
científico, aseveró.
Pero esta personalidad de la Física también ama la música, a la
que considera una necesidad espiritual inseparable de su diario
quehacer. No por gusto creó y preside la cátedra de Física y Música
de la Universidad de La Habana.
"Cuando estaba en segundo grado ya tocaba el redoblante de la
banda de música de los alumnos de sexto. Más tarde, de joven aprendí
por mi cuenta a interpretar la guitarra, el saxofón, y hasta toqué
tumbadora en una orquesta de la institución docente donde estudiaba
en Moscú. La composición ha sido parte fundamental de mi vida y hoy
tengo más de 140 piezas en los más disímiles géneros, muchas de
ellas llevadas a documentales y multimedias".
No duda en expresar algunas preocupaciones vinculadas al estado
actual de la ciencia y la docencia en la Facultad de Física y en el
IMRE, como son el envejecimiento del claustro y la incertidumbre
respecto al relevo, la insuficiente vinculación con la producción y
los servicios, el bajísimo nivel de equipamiento para la física
experimental, la descontinuación de la carrera de ingeniería física,
y la reparación capital a la cual es sometido desde hace años el
edificio sede de esa carrera, cuya demora perjudica el desempeño de
la vida normal en ese inmueble.
Considera que a pesar de sus 73 años de edad (nació en La Habana
el 28 de mayo de 1940), recibir hace unos días la Orden Carlos Juan
Finlay, máxima condecoración que entrega el Consejo de Estado en la
esfera científica, lo compromete a seguir trabajando mientras las
fuerzas se lo permitan.