(16
de febrero de 2007)
Energía del mar ¿Sueños o realidades?
Enrique Atiénzar Rivero
Nuevitas con sus abundantes playas y cayos se perfila como
posible reserva natural en la utilización de las mareas para generar
electricidad.
El
ingeniero Rafael Leyva expuso las ideas esenciales del proyecto
durante el reciente Fórum Nacional de Ciencia y Técnica.
Los estudios acerca de la energía marina comenzaron en el mundo
en el siglo XIX y no fue hasta la segunda mitad del XX en que se
pusieron en práctica tecnologías apropiadas —de elevado costo
inicial— para aprovechar con ese fin el inagotable recurso hídrico.
Fuentes consultadas confirman que la energía se manifiesta
mediante las ondas y las olas, las mareas, corrientes oceánicas y el
gradiente térmico oceánico. Las dos primeras sirven de sostén para
alimentar boyas y faros de lugares deshabitados.
El gradiente térmico oceánico fue expuesto teóricamente por el
francés Jacques Arsonval en 1881, mientras la primera instalación de
22 kilowatts probada bajo ese principio, se registró en la bahía de
Matanzas, en 1926, con la anuencia de los científicos galos George
Claude y Boucherot. En la región yumurina, como en la provincia de
Granma, se labora en el estudio y en la identificación de posibles
zonas para esa modalidad energética.
La
zona norte de Camagüey posee una configuración adecuada para el
desarrollo de la energía del mar.
¿POR QUÉ NUEVITAS?
Esta zona norte de la provincia de Camagüey fue escogida para el
estudio de las corrientes de mareas por poseer una configuración
especial: bahía de bolsa, con un solo canal de acceso, de 10
kilómetros de longitud, un ancho mínimo de 370 metros, 40 de
profundidad máxima y una velocidad tope de la corriente en pleamar
(marea alta) de 1,8 metros por segundo.
El Máster en Ciencias e ingeniero mecánico de profesión Rafael
Leyva Canavaciolo, explicó que las pesquisas, iniciadas hace año y
medio por un grupo multidisciplinario de Camagüey y Ciego de Ávila,
parten de un estudio oceanográfico, realizado en 1993 por el
Instituto Cubano de Hidrografía con el empleo de corrientógrafos y
mareógrafos, ubicados en diferentes puntos del canal de acceso a la
bahía, complementado con cálculos teóricos de flujo y la búsqueda de
información y patentes.
Leyva, quien también es profesor de la Universidad de Camagüey,
manifestó las ideas esenciales del proyecto durante una de las
sesiones del reciente XV Fórum Nacional de Ciencia y Técnica.
Indagaciones periodísticas posteriores llevaron a conocer que
actualmente se trabaja en el diseño y fabricación de una rueda
hidráulica, de aproximadamente un metro de diámetro, para aprovechar
las corrientes de Nuevitas, en tanto, en la división territorial del
Canal de La Pasa, entre Cayo Coco y Cayo Romano, el interés está
concentrado en delimitar las características de un prototipo marino
como parte de un proyecto para alumbrar zonas apartadas de las
costas.
RESULTADOS PRELIMINARES
La rada nuevitera tiene 200 kilómetros cuadrados de superficie
territorial, pero el área estudiada comprende la Boca del Canal con
una amplitud media mensual de mareas de 0,433 metros, una duración
de llenante de 5 horas y 43 minutos, y de vaciante de 5 horas y 42
minutos. La velocidad promedio de las corrientes es de 0,63 metros
por segundo, es decir, aproximadamente 1,22 nudos.
Los cálculos indican que son 88 millones de metros cúbicos de
agua en movimiento durante el proceso de descenso de la marea.
Recientemente se reestructuró un grupo de trabajo conformado
también por el ingeniero mecánico Enrique Calzadilla; José Carlos
Álvarez, alumno de quinto año de la especialidad en la Universidad
de Camagüey; el oceanólogo del CITMA, ingeniero Huber Hernández, así
como varios profesores y trabajadores de la sede universitaria de
Morón y de la casa de altos estudios de Ciego de Ávila.
Hoy existen en Cuba 10 comisiones para introducir y desarrollar
tecnologías de fuentes renovables y una de ellas es de energía
marina, liderada por la Universidad de Matanzas y compuesta, además
por representantes de entidades similares de Villa Clara, Ciego de
Ávila, Camagüey y un grupo de Manzanillo.
Leyva, permanente defensor de esa variante, apuntó que otras
bahías como las de Cienfuegos y La Habana tienen perspectivas en
este campo.
Nuevitas nos llevó a realizar el estudio —concluye—por el
desarrollo turístico que tendrá la cayería norte, donde podrán
vincularse varios canales para producir electricidad con el empleo
de sistemas híbridos de energías eólica y marina. |