CUBA                 

(22 de octubre de 2011)

Promisorias credenciales de un impermeabilizante

LIVIA RODRÍGUEZ DELIS

Cuando una vivienda no es protegida contra la humedad, lo que en un principio se muestran como pequeñas goteras o manchas de agua en la pared se convierten en un grave peligro para la estructura y confort de la edificación, a la vez que se compromete la salud de los moradores.

La falta de complejidad en la manipulación posibilita que las personas con pocos conocimientos de albañilería puedan utilizar el impermeabilizante D-10.

Con motivo de esa preocupación, durante años se han elaborado en Cuba productos para la protección de las construcciones de los efectos de la lluvia o de la alta humedad, característica de nuestro país.

Estos son los llamados impermeabilizantes, entre los cuales se encuentran los sistemas conocidos como cementosos, cuya base fundamental es el cemento gris, y su funcionalidad fue probada desde los años 50.

El país no demoró su producción por la amplia demanda pero su utilización decayó por la falta de esos productos, debido, entre otros factores, al deterioro de la industria de la construcción, afirmó a Granma el arquitecto Alberto Castellanos Forte.

"Ya en los años noventa, a solicitud del Ministerio de la Construcción, el Centro Técnico de Materiales de la Construcción se encargó de diseñar, probar y poner en producción un sistema económico de impermeabilización para cubiertas y áreas húmedas de las edificaciones con la mayor integración de productos nacionales".

Fruto de las investigaciones de un grupo de especialistas nació el D-10, un sistema capaz de ser aplicado en las condiciones climáticas de nuestro país y que, al mezclar sus componentes —uno en polvo y otro de resina— y agregarle agua, forma una capa dura que garantiza una protección impermeable por no menos de cinco años.

Actualmente con el impulso de la construcción de viviendas por esfuerzo propio, el D-10 fue incluido entre las ofertas para la venta liberada de materiales de la construcción. La falta de complejidad en la manipulación posibilita que las personas con pocos conocimientos de albañilería puedan utilizarlo en la edificación o mantenimiento de sus viviendas con instrumentos como brochas, cubos, escobas y otros.

HÁGALO USTED MISMO

La aplicación del D-10 requiere de la ejecución de determinados pasos que no pueden ser obviados si se desea un resultado satisfactorio.

Entre las condicionantes para lograr la durabilidad del proceso están que las fisuras y los desconchados que pueda presentar el terreno deben estar rellenados con mortero de cemento y arena; deben ser eliminados los saltillos y las protuberancias y es imprescindible una superficie sólida, limpia de grasas, restos de otros materiales y de cualquier materia extraña que imposibilite la perfecta adherencia del recubrimiento.

El sistema de productos se puede emplear en el acabado de cualquier área de albañilería en obras nuevas o en reparación. En pocetas para baños, patios y otras áreas que estén en contacto permanente con agua es factible su utilización, pero con la sugerencia de que si el suelo quedaría expuesto al tránsito de personas, tendría que ser protegido con pisos de mortero o gress cerámico.

No es recomendable el tránsito sobre el impermeabilizante si no es para mantenimientos propios del sistema y mucho menos aplicarlo sobre hormigones aligerados.

El fabricante recomienda que la superficie esté saturada con agua antes de emplearlo, que se realicen dos aplicaciones, las cuales deben efectuarse de afuera hacia dentro o desde el punto más bajo hacia el más alto.

Asimismo el horario de labor debe ser antes de las diez de la mañana y después de las cuatro de la tarde para evitar la evaporación del agua y que se produzcan fisuras.

Después de terminado el trabajo la superficie debe ser rociada con agua dos horas y colocarse en ella paños húmedos durante tres días. La segunda aplicación de la capa puede realizarse luego de 24 horas de la primera.

Es importante lograr la máxima uniformidad en las capas, cuyo espesor no podrá ser mayor de los tres milímetros, por lo cual es preciso emplear dos kilogramos de mezcla por metro cuadrado de superficie.

La calidad del trabajo también es asegurada con otros productos de apoyo al impermeabilizante D-10. Estos son los imprimantes y las masillas para el sellado en los puntos de penetración más probable del agua al interior de las viviendas. Por ejemplo: los desagües pluviales; las fisuras en las uniones de pisos y muros, alrededor de tubos pasantes en las superficies y de apoyos de bases de antenas, tanques y otros equipos.

Comprobar que el impermeabilizante está bien aplicado es sencillo. Según los especialistas si en un lapso de 30 o 45 minutos expuesta al agua no aparecen manchas de humedad en la superficie, entonces usted poseerá su propia garantía de un trabajo perfectamente realizado.

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