CUBA                 

(12 de octubre  de 2005)

Trabajo con esmero para resultado de calidad 

Texto y foto: JORGE LUIS MERENCIO CAUTÍN

GUANTÁNAMO.— Alguien me dijo recientemente que en el Centro de Lombricultura de la Estación Provincial de Suelos, las lombrices se reproducen y crecen como en ningún otro lugar del territorio.

El manejo es elemento esencial para incrementar la reproducción de las lombrices y la producción de humus.

Las causas, indicó, han de estar en el esmero con que los trabajadores cuidan de estos nobles anélidos.

Y no se equivocaba. En la referida área esos animales se desarrollan en canteros con buen drenaje, sombra, despojados de hierbas y piedras, con riego para asegurar la humedad necesaria y una alimentación basada principalmente en estiércol vacuno y alguna fibra y celulosa como cartón y papel.

Determinante también es el manejo garantizado por Donald Calderón, Valentín Céspedes y Eddy Almenares, trabajadores que saben de lombricultura como cualquier especialista en la Estación de Suelos.

El cuidado que ellos dispensan a las lombrices es retribuido con su acelerada reproducción y alta entrega de humus, un fertilizante orgánico de gran valor nutritivo que favorece la germinación de las semillas, el estado vegetativo y sanitario de los cultivos, y acelera el crecimiento de las plantas. Se asegura que el humus de lombriz sustituye entre un 25% y un 100% la fertilización química sintética.

Solo en lo que va de año, el pequeño Centro de Lombricultura (310 metros cuadrados como área de producción) ha obtenido 110 toneladas de humus, renglón que por la calidad con que se logra en esta institución alcanza alta demanda entre los productores agrícolas, especialmente los dedicados a la Agricultura Urbana.

Pero más que en la producción de humus el valor de este colectivo está en el fomento de los pies de cría (los logran en un área aledaña de 16 metros cuadrados), destinados al desarrollo de la lombricultura en la provincia, y en la capacitación de productores, técnicos, directivos de empresas y estudiantes.

De acuerdo con la ingeniera agrónoma María Elena Toledo, responsable del Centro, este ha capacitado a 14 403 personas, incluidos extranjeros de visita en Guantánamo, y ha comercializado casi 3 000 kilogramos de pies de cría, todos de la especie híbrido rojo californiano, que es la que cultivan por su resistencia a las altas temperaturas, su favorable producción de humus y su permanencia en los canteros.

Entre otras labores desarrolladas por esta unidad se encuentran la asesoría en trabajos de curso a estudiantes universitarios de Alemania, la exportación de 100 toneladas de humus a países caribeños, y el aporte de ese abono orgánico como sustrato para la producción artesanal de biofertilizantes (rhizobium, fosforina y azotobácter).

En la producción histórica de humus de lombriz alcanzada el pasado año por la provincia (287 000 toneladas), mucho tuvo que ver la faena de este colectivo y de la Estación de Suelos en su conjunto, baluartes en el montaje y la asesoría de los 12 centros municipales y 487 microcentros de lombricultura existentes en el territorio.

Desde su fundación en 1998, la Unidad Demostrativa de Lombricultura de la Estación de Suelos, en este territorio, ha logrado sostenidos resultados en la obtención de humus y en la investigación, aplicación y transferencia de esa tecnología.

Rico aval el de este colectivo para recibir con regocijo la condición de Excelencia otorgada recientemente por el Grupo Nacional de Agricultura Urbana.

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