Hasta ayer viernes se habían formado en esa área
geográfica (incluye, además, el Golfo de México y el mar Caribe) un
total de 16 organismos tropicales con nombre, cantidad muy superior
al promedio anual de 10. La cifra también está por encima de la
prevista inicialmente en los modelos.
Sin embargo, llama la atención que, por lo general,
la mayoría de esos sistemas fueron débiles, describieron marcadas y
atípicas trayectorias al noroeste y norte, y solo cuatro alcanzaron
la categoría de huracán.
"En primer lugar, el número de ciclones con nombre
surgidos es bien alto, al extremo de que desde 1888 es la segunda
temporada en llegar a 16 en fecha más temprana (lo hizo el pasado 24
de septiembre), superada solamente por la del 2005."
Tanto julio, como agosto y septiembre, apuntó,
tuvieron una actividad superior a la habitual, con tres, siete y
cinco organismos, respectivamente. En el caso de agosto, la cifra
ubica el mes como el segundo más activo en cuanto a formación, junto
a los de 1933 y 1995.
"Pero al mismo tiempo, solo hay cuatro huracanes
contando a Ophelia, que alcanzó esa categoría el jueves 29, y la
casi totalidad de las tormentas tropicales presentaron patrones
nubosos desorganizados, con las áreas de mayor convección alejadas
de la zona central, algo típico en los sistemas de poca fuerza."
Según destacó Rubiera, otro rasgo distintivo radica
en la marcada tendencia a moverse en dirección al noroeste y norte,
bordeando la periferia del anticiclón del Atlántico, muy retirado de
su posición normal para esta época del año. Lo anterior explica que
muchos hayan descrito esas recurvas encima o próximas al arco de las
Antillas Menores, sin penetrar en el mar Caribe.
Vale mencionar lo sucedido con el huracán Irene, que
pasó por las inmediaciones de la ciudad de Nueva York, algo que ha
sucedido en contadas ocasiones.
¿Por qué tan poca fuerza en la mayoría de los
ciclones registrados hasta ahora?
"En mi opinión, ello obedece fundamentalmente a la
marcada presencia de fuertes vientos del oeste al suroeste a alturas
entre 10 y 12 kilómetros, los cuales ejercen un efecto de
cizalladura e impiden la concentración de la energía del sistema,
limitando de forma considerable sus posibilidades de intensificarse.
En algunos casos a esto se unió la entrada de aire seco en la
circulación del sistema."
Una vez más esto pone de manifiesto que el de-sarrollo
de un ciclón tropical no solo depende de la temperatura del mar,
sino también de las corrientes de aire imperantes en la atmósfera
superior, precisó el científico.
¿Qué puede depararnos octubre?
Refiere Rubiera que los ciclones tropicales del
décimo mes del calendario surgen casi siempre en la porción sur del
mar Caribe occidental y sus trayectorias tienden hacia el norte, de
ahí que deban prestar especial atención las zonas de la porción sur
desde Pinar del Río hasta Matanzas, incluido el municipio especial
de Isla de la Juventud.
"Es sumamente difícil predecir lo que sucederá en el
Caribe durante octubre, ni saber cuántos ciclones podrían formarse
en lo que resta de temporada, hasta el 30 de noviembre."
Lo sensato radica en estar siempre preparados,
concluyó Rubiera.
TEMPORADAS CICLÓNICAS MÁS ACTIVAS |
Años |
Número de tormentas tropicales y huracanes |
2005 |
28
(récord absoluto) |
1933
|
21
|
2010
|
19
|
1995
|
19
|