Invierno marcado por la niña
Orfilio Peláez
pelaez@granma.cip.cu
Los expertos del Centro del Clima del Instituto de
Meteorología lo acaban de ratificar en las recientemente emitidas
perspectivas climáticas para la etapa noviembre-abril.
El
principal impacto de La Niña en Cuba es la disminución de los
totales de precipitación mensuales en el periodo seco, que abarca
desde noviembre hasta abril.
El evento de enfriamiento de las aguas del océano
Pacífico ecuatorial conocido como La Niña o AENOS, mantendrá la
categoría de fuerte alcanzada en el mes de septiembre, hasta febrero
y quizás marzo del año entrante, según sugieren la mayoría de los
modelos consultados.
Como muestran los resultados de las investigaciones
hechas al respecto, el principal impacto de ese fenómeno de
interacción océano-atmósfera sobre el comportamiento del clima en
Cuba durante el periodo poco lluvioso que incluye a nuestro benigno
invierno, se relaciona con la disminución de los totales de
precipitación mensuales.
Así para los trimestres noviembre-enero y
febrero-abril, deben ocurrir acumulados de lluvia cercanos o por
debajo de lo normal en las tres regiones del país, mientras las
temperaturas medias apuntan a tener valores cercanos a los
habituales de esta época, es decir habrá que sacar abrigos y
frazadas, sobre todo en diciembre, enero y febrero.
Es oportuno señalar que estas predicciones
caracterizan el periodo estacional en su conjunto y no significan
que cada mes tenga las mismas condiciones sinópticas a las
esperadas.
¿Se
repetirán con frecuencia estas imágenes en el invierno 2010-2011?
Asimismo, la confiabilidad de los modelos disminuye
con el paso del tiempo, por tanto los especialistas del Centro del
Clima actualizarán los vaticinios a finales de enero.
El hecho de comenzar el periodo poco lluvioso con
perspectivas climáticas desfavorables a la ocurrencia de
precipitaciones, obliga a prestar mucha atención a las áreas del
país que mantienen déficits de lluvia de moderados a extremos desde
meses anteriores, como sucede en las provincias de Pinar del Río y
La Habana.
Definidos como una zona límite entre dos masas de
aire con marcado contraste térmico, donde la fría avanza rápidamente
hacia la caliente, en Cuba los frentes fríos se clasifican
atendiendo a la fuerza del viento máximo sostenido en la superficie
a nivel del mar.
Así se dividen en débiles (menor a 35 kilómetros por
hora); moderados, de 36 a 55 km/h, y fuertes cuando igualan o
superan los 56 km/h.
Según explicó el máster en Meteorología Evelio
García Valdés, autor principal de una cronología de los frentes
fríos que han afectado a las provincias habaneras desde la temporada
de 1916-1917, a la del 2008-2009, se considera que un sistema
frontal entró si ocurre un giro del viento al noroeste y norte,
durante al menos tres horas consecutivas en el extremo más
occidental del archipiélago cubano.
En correspondencia con la dirección tomada por el
viento en la superficie pueden clasificarse también en clásicos,
reversinos y secundarios.
Los denominados clásicos son los más frecuentes en
enero y febrero, y casi siempre suelen estar precedidos por vientos
de región sur sobre la región occidental.
El promedio de frentes fríos por temporada alcanza
los 19,5, y el récord lo tiene la correspondiente al invierno de
1976-1977, con 35. Le siguen por orden las de 1969-1970, con 30, y
la de 1950-1951, que tuvo 29.
Por el contrario, la temporada invernal menos activa
es la de 1996-1997, pues entraron solamente 11.
El pasado viernes 5 de noviembre llegó el primer
frente frío del invierno 2010-2011. Desde entonces hemos tenido
durante la madrugada y al amanecer algunos valores de temperaturas
mínimas notables para la época entre los 10 y los 12 grados Celsius,
en localidades de las regiones occidental y central, mientras la
mayoría de los días han sido frescos.
¿Se repetirá de nuevo lo ocurrido en el último
invierno, cuando hubo una mayor frecuencia de días consecutivos con
sensaciones de frío en todos los horarios, debido a la poca
diferencia entre las máximas y las mínimas?