Una vez graduada en octubre de 1973, Maritza Ballester entra a
trabajar en el entonces departamento de Pronósticos, y pronto forma
parte de un equipo de investigación.
Hace un trabajo donde aborda las características de los llamados
"sures", y luego pasa al grupo de Satélite, dentro del cual comienza
a incursionar en la génesis y trayectoria de los ciclones
tropicales.
En 1980 integra el colectivo de especialistas del Laboratorio
Conjunto Cubano-Soviético para el estudio de la Meteorología
Tropical y los Huracanes, institución que desempeñó un papel
esencial en el desarrollo científico del país en este campo al
posibilitar la adquisición de computadoras, estaciones de sondeo
aerológico, radares del tipo MRL-5 y otros instrumentos.
La estancia en el laboratorio le permitió participar en dos temas
investigativos de suma importancia en aquel momento: Métodos de
pronóstico de trayectoria, y Dinámica y Energética de los Huracanes.
"Sin apartarme de esos objetivos, cuando surgía la amenaza de
algún organismo tropical me incorporaba a un grupo especializado
existente en el área de Pronósticos para apoyar el trabajo
operativo, así sucedió con el Kate en noviembre de 1985."
En 1986 llega a nuestro país el primer avión meteorológico
soviético, con el objetivo de avanzar en los experimentos de lluvia
provocada, y hacer vuelos de reconocimiento a los ciclones
tropicales que se movieran en el entorno del archipiélago cubano.
Maritza estuvo en la lista de especialistas preparados para
participar en esas arriesgadas misiones. Según cuenta, no pudo volar
al ciclón Emily en septiembre de 1987 porque estaba en Moscú, pero
pudo hacerlo a la periferia de la tormenta tropical Floyd un mes
después.
"A pesar de ser un organismo débil, la nave IL-18 se movió
bastante, pero pudimos realizar las mediciones previstas. Participé,
además, en una expedición científica a bordo de un barco por el
Caribe, vinculada también al estudio de los huracanes."
En 1995, junto con la doctora Cecilia González y el doctor Ramón
Pérez, da a conocer con carácter experimental el primer pronóstico
estacional sobre el probable comportamiento de la temporada
ciclónica elaborado en el país, que a partir del año siguiente
comienza a emitirse de manera oficial.
Autora principal de ese modelo cubano para vaticinar la actividad
ciclónica en la cuenca del Atlántico tropical, y vicepresidenta de
la Sociedad Meteorológica de Cuba (SOMETCUBA), Maritza Ballester
obtuvo en 1988 el Doctorado en Ciencias Geográficas, y hoy es una
reconocida autoridad en el tema de los huracanes.
No duda en mencionar al ciclón Frederic de septiembre de 1979,
como uno de los organismos tropicales que más le ha impresionado
debido a su explosivo desarrollo en aguas del Golfo de Batabanó, y
las torrenciales lluvias que produjo en las dos provincias
habaneras.
El notable huracán Allen de agosto de 1980, comenta, fue una
decepción para mí desde el punto profesional, pues esperaba que
tocara por algún punto a la Isla de la Juventud, y afortunadamente
no lo hizo.
Si de pronósticos difíciles se trata, cita en primer lugar el
caso del Lily ocurrido en octubre de 1996, el cual les jugó cabeza
al hacer un brusco e inesperado giro en su trayectoria, que lo llevó
a azotar a la provincia de Cienfuegos, algo no previsto con la
suficiente claridad.
Entre las personas que más contribuyeron a su formación durante
la carrera y primeros años de vida laboral, la doctora Ballester
menciona a los ya fallecidos meteorólogos Mario Rodríguez Ramírez y
Roberto Ortiz Héctor, y al doctor Miguel Portela.
Con respecto a los conocimientos adquiridos sobre ciclones
tropicales, reconoce el apoyo recibido del doctor Lixion Ávila,
especialista principal del Centro Nacional de Huracanes de los
Estados Unidos.
Afirma que, si bien los modelos de trayectoria han mejorado
significativamente, queda mucho por investigar y descubrir sobre
todo lo relacionado con la génesis e intensificación de esos
fenómenos naturales.
A las puertas de un nuevo aniversario de la Federación de Mujeres
Cubanas, la meteorología se precia de tener una sólida presencia
científica femenina, representada en la doctora Maritza y otras
muchas especialistas de primer nivel, como son Cecilia González, Ida
Mitrani, Miriam Limia, Lourdes Álvarez, Virgen Cutié, Rosaura Hoyos,
Miriam Teresita Llanes y Gisel Aguilar.