Graduado en 1975 de ingeniero geólogo en la
Universidad de Oriente, considera un privilegio haber recorrido
durante más de 40 años los más apartados rincones de la geografía
cubana y de varias islas vecinas, entre ellas Jamaica, La Española,
Puerto Rico y Barbados.
"Esas expediciones me dieron el privilegio de
participar en notables hallazgos científicos, como fueron el
encontrar en la provincia de Sancti Spíritus, a mediados de la
década del noventa del siglo pasado, los restos fósiles de los
mamíferos terrestres más antiguos de Cuba, y de los vertebrados
terrestres más viejos reportados en las Antillas, en este caso un
perezoso con 33 millones de años de edad, localizado en el
territorio puertorriqueño".
Precisa que sus andanzas lo llevaron a tomar parte
en el descubrimiento de más de una veintena de especies nuevas de
animales extinguidos, además de intervenir en otros hechos
significativos en el campo de la Paleontología.
Pero el profesor Iturralde también dedica buena
parte de su extensa labor investigativa a la Geología, disciplina a
la cual considera de suma actualidad para contribuir a la
localización de nuevos yacimientos minerales, de materiales para la
construcción, hidrocarburos, y una amplia gama de materias primas,
sumamente necesarias en el desarrollo de la sociedad moderna.
"Más allá de lo mencionado, en la actualidad esta
ciencia tiene particular importancia en los esfuerzos por atenuar
los peligros derivados de eventos naturales potencialmente
generadores de desastres".
Al indagar sobre cómo se formó la Tierra, su
evolución hasta nuestros días, las variaciones del clima en épocas
anteriores y otros elementos, la Geología da respuestas a muchas
interrogantes, que permiten al hombre comprender el pasado para
entender mejor el presente, y poder pronosticar el futuro, asunto
esencial en un mundo cada vez más acechado por múltiples desafíos
ambientales, indicó.
Uno de sus aportes más recientes es el DVD-ROM
Compendio de Geología de Cuba y del Caribe, que acaba de merecer
Premio Nacional de la Academia de Ciencias de Cuba, correspondiente
al 2011, en el acápite de Ciencias Naturales y Exactas.
La obra incluye una minuciosa descripción
actualizada y prolíficamente ilustrada, de la composición,
estructura y origen geológico del archipiélago cubano, de suma
utilidad para estudiantes, profesores, y todo especialista que
trabaje en la aplicación de esos conocimientos.
Asimismo, contiene la caracterización de los
principales peligros naturales a los que el país está expuesto,
entre ellos los sismos, deslizamientos, la contaminación de las
aguas y los suelos, y el ascenso del nivel medio del mar.
Poseedor de la Orden Carlos Juan Finlay, máxima
condecoración entregada por el Consejo de Estado a personas con
méritos relevantes en la esfera científica, el también presidente de
la Sociedad Cubana de Geología considera el conocimiento de la
ciencia como un bien público que debe promoverse de manera masiva,
pues ella "tiene que formar parte del acervo cultural de una
nación".
Acerca de su valoración sobre el estado actual de
las geociencias en el país, el doctor Iturralde dijo que la mayor
preocupación es la falta de profesionales jóvenes con la necesaria
experiencia para asumir los complejos retos planteados por las
perspectivas en el incremento de las inversiones en la minería y el
petróleo, el abasto de agua, y la reducción de riesgos naturales.
"Durante la década del noventa de la anterior
centuria disminuyó significativamente la cantidad de graduados en
las carreras de Geología, Minería, incluso, se cerró la escuela de
Geofísica, y esa situación nos pasa la cuenta hoy, al estar muchos
compañeros en edad de retiro y no haber un relevo que tenga al menos
de cinco a diez años de labor en el sector".
El periodo especial ocasionó, además, una
considerable reducción de la actividad geológico-minera y no pocos
ingenieros y técnicos migraron hacia ramas con mejores perspectivas
de remuneración, lo cual contribuyó a empeorar el panorama, subrayó.
Según el profesor Iturralde, las geociencias son tan
apasionantes como esenciales para el progreso de la sociedad, de ahí
la conveniencia de atraer a los jóvenes hacia su estudio.